LA
PAZ, BOLIVIA (ANB / Erbol).- La Fundación Jubileo
propuso recientemente una “Estrategia institucional para el monitoreo” de los
contratos petroleros con las transnacionales que operan en Bolivia,
considerando importante una necesaria vigilancia debido a que este sector
estratégico –afectado en los últimos meses por denuncias de corrupción y
retrasos– genera una renta, la mayor que el país ha visto en su historia, que
debería dinamizar otros sectores de la economía en procura de un desarrollo
humano integral.
Seguimiento con base en
información, “más aún”, asegura Jubileo, de la Iglesia Católica de Bolivia y
Alemania, “porque esos recursos se agotarán en algún momento, lo que compromete
a autoridades y a la sociedad en su conjunto a dar a esa renta un uso
transparente y eficiente”.
Pero casi dos tercios
de la renta petrolera boliviana (10.900 millones de dólares entre el 2007 y
2011) han sido destinados al gasto corriente del Estado Plurinacional y sólo
36-39 por ciento a inversiones públicas, según otro estudio de la
Fundación, debatido con organizaciones de base.
Los gastos corrientes
son esencialmente “el consumo del gobierno para el funcionamiento de los bienes
y servicios públicos que ofrece, además de otras prestaciones. Entonces, se
puede concluir que, como país, la mayor parte de los recursos IDH (impuesto
directo a los hidrocarburos) están siendo consumidos”, señala el estudio.
Las evaluaciones de
Jubileo se produjeron a sólo semanas de que Yacimientos Petrolíferos Fiscales
Bolivianos (YPFB) confirmara un inédito aumento a 54 millones de pies cúbicos
de gas por día (MMmdc) de producción, observada sin embargo porque el record
significa también una intensa sobreexplotación de los campos y su acelerada
monetización, sin reposición de las reservas, que dan sustentabilidad a los
ingresos que percibe el país.
Escándalo y polémica
Las prevenciones sobre
el destino de la renta hidrocarburífera fueron conocidas en medio del escándalo
que rodea aún a la ejecución de dos plantas extractoras de líquidos, revelado
de manera fortuita, y una controversia acerca de los beneficios de las
transnacionales que en los últimos años se han llevado del país casi 4.400
millones de dólares (sobre un total de valor de producción de casi 15.400
millones), trocando al parecer en 30-70 por ciento la relación que otorgaba un
18 por ciento de las ganancias a las petroleras y el 82 por ciento al Estado.
“Adicionalmente al 50
por ciento recaudado por el Estado por concepto de Regalías, Participación al
Tesoro nacional (TGN) e IDH, Yacimientos percibió desde mayo 2007 a junio de
2012, 2,139.6 millones de dólares como ganancia de YPFB dentro los
Contratos de Operación producto de la aplicación de las tablas de participación
establecidas en el anexo F de los Contratos de Operación”, subrayó en agosto a
la corporativa AN-YPFB el gerente de administración de la estatal, Edwin
Alvarez.
Esos 2,139 millones
corresponderían a los 10,900 millones percibidos como renta petrolera, según
parciales reportes institucionales que no dan cuenta del total oficial de las
ganancias de las petroleras desde el 2007 y el valor de la producción
hidrocarburífera en ese período, por lo que los especialistas deben trabajar
con base en deducciones.
“Lo importante que es
que se cumpla a cabalidad con lo que se establece en la Ley 3740 en su artículo
6, relativo a transparentar la información de costos recuperables,
participación de YPFB y el titular en las ganancias de los contratos,
inversiones e índice B por contrato a fin de poder realizar un adecuado
monitoreo a los contratos y determinar por ejemplo cuánto es la participación
del Estado en los ingresos obtenidos por la venta de hidrocarburos”, dijo el
economista Raúl Velázquez, especializado en hidrocarburos.
El ex ministro de
Hidrocarburos, Andrés Solís, aseguró en julio que el gobierno de Evo Morales
incumple el decreto de nacionalización, lo que ha derivado en millonarias
ventajas económicas a las transnacionales petroleras que operaban en Bolivia
antes del decreto y que ahora, seis años después, mantienen el control de las
principales reservas y tributan sólo un 50 por ciento, no el 82 por ciento que
creían los bolivianos.
En réplica, el
presidente de YPFB, Carlos Villegas, acusó a Solís –seis años después– de haber
ocultado información sobre las reservas el 2006 y que renunció porque no quiso
ejecutar” la nacionalización. Solís explicó que si hubo una fuga, fue la del
vicepresidente Álvaro García Linera “que desautorizó la vigencia de la
Resolución Ministerial 207 firmada por mí, por la que, ejecutando el decreto de
nacionalización de hidrocarburos, recuperaba el control de las refinerías
Gualberto Villarroel y Guillermo Elder Bell, hasta entonces en manos de
Petrobras, a favor del Estado boliviano”.
“Villegas, mi sucesor,
firmó la anulación de esa resolución y le devolvió a Petrobras el negocio.
Desde entonces hasta que se pagó a Petrobras por esas refinerías, ésta se
benefició a costa de los bolivianos con el petróleo reconstituido que exportó a
precios internacionales, obteniendo más de cien millones de dólares de
beneficios indebidos”.
Solís añadió que
anteriormente, “García Linera, Jorge Alvarado y Manuel Morales Olivera (estos
últimos ex presidentes de la estatal) decidieron abrir negociaciones con
Petrobras al margen del Ministerio de Hidrocarburos sobre los nuevos contratos
petroleros, sin que estén aún concluidas las auditorias petroleras que mi
despacho ejecutaba. Esas acciones hacían imposible mi permanencia en el
despacho ministerial”.
Contratos: similitudes
y contrastes
La propuesta de Jubileo
sobre el monitoreo a los contratos, coincidió con la presentación de un
novedoso sistema de información geográfica de las áreas petroleras concedidas a
las operadoras en los 43 contratos, disponible en el portal jubileo.org.bo, con
el que se puede apreciar la ubicación exacta y eventuales superposiciones con
territorios indígenas y áreas protegidas.
Un análisis sobre el
estado de los 43 contratos petroleros, solicitado al experto Raúl Velásquez, de
Jubileo, da cuenta de la situación existente en varios aspectos, incluidos los
antecedentes:
En mayo del 2006, por
el Decreto de Nacionalización Nº 28701, las empresas petroleras que hasta ese
momento operaban en Bolivia bajo contratos de riesgo compartido debían migrar,
en un plazo no mayor a 180 días, a nuevos contratos petroleros que cumplan con los
nuevos requisitos legales y constitucionales, de manera que el Estado Boliviano
suscribió en oct-2006, 44 Contratos de Operación con 15 empresas petroleras,
los mismos que entraron en vigencia a partir del 2-may-2007. (Uno fue devuelto
el 2008 quedando 43 vigentes).
De los 44, siete
corresponden a áreas de exploración y 36 a áreas de explotación, es decir
áreas donde ya se venían realizando actividades hidrocarburíferas. De los 43
contratos suscritos, 29 se encuentran en etapa de producción y el resto en fase
de exploración o con declaratoria de fuerza mayor, principalmente por problemas
con las comunidades indígenas aledañas a las áreas.
En general los 43
Contratos de Operación vigentes, 44 suscritos en principio, mantienen unas
mismas características sobre los aspectos de mayor relevancia; por ejemplo, no
confieren al Titular la propiedad de los yacimientos hidrocarburíferos ni sobre
los hidrocarburos producidos, y tienen por objeto la realización de las
operaciones petroleras por parte de los Titulares a su exclusiva cuenta y
riesgo a cambio de recibir una retribución o pago por sus servicios.
Todos establecen,
asimismo, que los ingresos obtenidos por la venta de hidrocarburos netos en
punto de fiscalización serán destinados, en primera instancia, al pago de
regalías, participación del Tesoro general de la Nación (TGN) e Impuesto
Directo a los Hidrocarburos (IDH).
Costos recuperables y
ganancias
Establecen que, del
valor remanente, YPFB reconocerá al Titular los costos recuperables aprobados
por YPFB en el marco de lo dispuesto en el Anexo D del Contrato de Operación.
Una vez descontados los
costos recuperados, la ganancia resultante será distribuida entre YPFB y el
Titular de acuerdo a las tablas de participación establecidas en el Anexo F de
los respectivos contratos.
En este sentido, la
retribución del Titular está conformada por la sumatoria de los costos
recuperables y la ganancia del Titular, y es pagada por YPFB de forma mensual.
Participación de YPFB
Las tablas de
participación para YPFB presentes en el Anexo F son diferentes para cada
contrato, pues fueron negociadas en función a las características conocidas de
los campos en ese entonces.
Es así que las tablas
para los contratos San Alberto y San Antonio –los megacampos sobre los cuales
está asentada la economía boliviana de los hidrocarburos– establecen
porcentajes de participación más altos para YPFB.
Considerando que ambos
contratos comprenden a los campos más grandes del país, seguramente son los que
explican principalmente la participación de YPFB en la ganancia mensual.
Caipipendi-Margarita
Sin embargo en el caso
del Contrato Caipipendi (campo Margarita), los porcentajes presentes en las
tablas del Anexo F son mucho menores, al parecer porque al momento de la
negociación se utilizó un Plan de Desarrollo con datos no actualizados.
“Sería pertinente,
advierte Jubileo, una evaluación por parte de la empresa estatal de las tablas
de participación de YPFB presentes en el Anexo F considerando el nuevo Plan de
Desarrollo para el Contrato Caipiependi, toda vez que la producción llegará a
los 14 MMmcd.
Adicionalmente,
en casos como el Contrato Caipipendi, debiera revisarse las tablas de
participación de YPFB en las ganancias toda vez que las mismas posiblemente
fueron negociadas en otro contexto y con información de un plan de desarrollo
distinto al actual.
Riesgos y desarrollo
El riesgo es asumido
enteramente por el Titular y la inversión realizada es recuperada por las
empresas, vía costos recuperables, una vez que el campo es explotado.
Todos los
contratos establecen que una vez obtenida la declaratoria de comercialidad para
un campo, el Titular tiene la obligación de presentar a YPFB, para su
aprobación, un Plan de Desarrollo para el o los campos dentro el área de
contrato; y la obligación del Titular de presentar, de forma anual a YPFB para
su aprobación, un Programa de Trabajo y Presupuesto (PTP).
Se considera
crucial que, al ser los hidrocarburos un recurso del pueblo boliviano,
resultaría importante, en el marco de una política de transparencia, que YPFB
publique un resumen con las principales actividades e inversiones comprometidas
en los PTP de forma anual.
Recuperaciones
distintas
Los Contratos
Petroleros establecen la recuperación de los costos clasificados en su Anexo D.
Dichos costos deben ser
revisados y aprobados mensualmente por YPFB; aquellos montos aprobados
que no hayan sido recuperados en un mes determinado podrán ser trasladados al
siguiente.
En 38 contratos el
límite de recuperación de costos es del 100% del valor remanente [precisado
como el resultante de deducir de los ingresos brutos obtenido por la venta de
hidrocarburos, los costos de transporte y compresión y el pago por regalías,
participación TGN e Impuesto Directo a los Hidrocarburos].
Pero en cinco contratos
el límite es distinto. Es el caso de:
● Contrato San Antonio,
(Titulares: Petrobras Bolivia 35 por ciento - operador- YPFB Andina 50 por
ciento y Total E&P Bolivie 15 por ciento) el límite de recuperación de
costos es del 60 por ciento del valor remanente.
● Contrato San Alberto,
(Titulares: Petrobras Bolivia 35 por ciento - operador- YPFB Andina 50 por
ciento y Total E&P Bolivie 15 por ciento) el límite de recuperación de
costos es del 60 por ciento del valor remanente.
● Contrato Caipipendi,
(Titulares: Repsol YPF 37,5 por ciento - operador- BG Bolivia 37,5 por ciento y
PAE 25 por ciento) el límite de recuperación de costos es del 95 por ciento del
valor remanente.
● Contrato Colpa y
Caranda, (Titular Petrobras Energía 100 por ciento) el límite de recuperación
de costos es del 80 por ciento del valor remanente.
● Contrato Ingre,
(Titular Petrobras Bolivia 100 por ciento) el límite de recuperación de costos
es del 80 por ciento del valor remanente.
Megacampos
En el contexto de
producción, ganancias y costos recuperados, sin duda que los contratos San
Alberto y San Antonio operados por Petrobras Bolivia, asegura Jubileo, son los
que registran un mayor aporte a la producción nacional de hidrocarburos.
Por lo tanto son los
que aportan también la mayor parte de regalías, participación TGN, IDH y
participación de YPFB en las ganancias de los Contratos de Operación.
Petróleo en campos
marginales y pequeños
Los Contratos no
establecen importantes diferenciaciones entre campos gasíferos y
petrolíferos, salvo la no aplicación de tablas de distribución de ganancias en
caso de que los campos sean marginales o pequeños.
No obstante, esto no ha
sido suficiente incentivo para un nuevo proceso de exploración de hidrocarburos
líquidos cuya producción –sin considerar el condensado– ha venido declinando
desde el año 2005.
Exploración por
subsidiarias
El estudio remarca que
las empresas nacionalizadas, Andina y Chaco, aún no terminan de asumir un rol
protagónico en la producción de hidrocarburos.
“Estas empresas quizás
deberían ser las que asuman la exploración en bloques con mayor potencial
hidrocarburífero como lo es Azero.
Resulta importante
puntualizar que los contratos no fijan precios, éstos son establecidos mediante
contratos de compra–venta suscritos por YPFB en representación del Estado. Y el
precio al cual son valorados los hidrocarburos producidos y entregados por las
empresas en propiedad a YPFB depende del mercado que asigne la estatal
petrolera a dicha producción. (Versión completa y actualizada con base en la
versión de Energy Press:
http://www.energypress.com.bo/index.php?c=&articulo=A-monitorear-los-contratos-petroleros&cat=387&pla=3&id_articulo=2144)
Texto: Rolando Carvajal
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