Testimonio de
indígena
Los hacendados ganadores en el oriente. |
SANTA CRUZ, BOLIVIA (ANB / Erbol).- El joven guaraní Angel Ireyo trabajaba 18 horas al día para un
ganadero tras salir de su comunidad Ivo de la provincia Luis Calvo del
departamento de Chuquisaca, que al final dejó porque no tenía días de descanso
y prácticamente tuvo que huir hasta
Villamontes de Tarija de los maltratos de sus patrones, donde trabajó como
albañil.
El reporte
corresponde a radio Aclo de la Red Erbol, que además hace conocer que el
indígena dejó su tierra debido a la falta de empleo y por la sequía que afectó
el cultivo de su familia.
El indígena
contó que su jornada laboral empezaba a las 04.00 horas de la madrugada y
concluía a las 22.00 de la noche y dijo que le deban de comer muy tarde. Su rol
consistía en ser portero hasta dar de comer a los cerdos.
“Me trajeron de
Ivo para trabajar de portero. Me dijeron que me iban a pagar 1.200 bolivianos;
son ganaderos, son de plata esa gente. Cuidaba el ganado, ordeñaba, daba de
comer a los cerdos. Empezaba a trabajar desde las 04.00 de la madrugada y a las
22.00 nos íbamos a acostar”, narró el guaraní.
De acuerdo con
el reporte, el joven indígena abandonó su trabajo para no seguir soportando
abusos y maltratos de parte de su empleador. Se conoció que estaba
indocumentado.
“Antes el señor
era muy malo, quería ratearlo a uno. En cuanto a la alimentación, el alimento
era a las dos de la tarde y la cena era a las nueve o diez de la noche, no
salíamos; queríamos salir en cada quincena pero no querían”, finalizó.
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