A las ocho de la
tarde se ha hecho efectiva la renuncia de Ratzinger al pontificado y la sede
vaticana ha quedado vacante
Antes ha
pronunciado sus últimas palabras públicas como pontífice en el balcón del
palacio de Castel Gandolfo
El Papa Benedicto XVI. |
ROMA (ANB / Información de El Pais).- "Solo soy un peregrino en la última etapa de su peregrinaje en
esta tierra". Benedicto XVI se ha despedido así de los fieles que se
congregaban frente al Palacio Apostólico de Castel Gandolfo y, por extensión,
de todos los católicos, en su última aparición pública como papa. "Sabéis
que hoy es un día distinto para mí", ha dicho. A las ocho de la tarde se
ha hecho efectiva su renuncia y ha dejado formalmente de ser el líder de la
Iglesia católica. "Gracias, buenas noches. Gracias a todos", han sido
sus últimas palabras desde el balcón de la residencia estival pontificia.
A las ocho en
punto, la gendarmería vaticana ha relevado al destacamento de la Guardia Suiza
en Castel Gandolfo y se han cerrado las puertas de las estancias papales en el
Palacio Apostólico del Vaticano. Estas han sido las únicas señales externas de
que Joseph Ratzinger, de 85 años, ha dejado de ser papa. Eso, y el cambio en la
cuenta de Twitter @pontifex que Benedicto XVI inauguro hace unos meses. En
lugar de Benedicto XVI, el usuario de la red social se llama ahora Sede
Vacante, y la fotografía de Ratzinger ha sido sustituida por el escudo con las
llaves cruzadas que simboliza la ausencia de papa. Todos los tuits han sido
borrados.
La silla de
Pedro ha quedado efectivamente vacante y la Iglesia se ha sumergido en una
incertidumbre extraña, desconocida desde hace siete siglos, la de esperar la
llegada de su nuevo Sumo Pontífice con el anterior todavía vivo. Hasta que el
cónclave elija un sucesor, el liderazgo espiritual de la Iglesia ha quedado en
manos del Colegio Cardenalicio en pleno, esto es, la reunión de todos los
purpurados. Los asuntos materiales, es decir, la jefatura del Estado vaticano,
recaerán sobre la figura del cardenal camarlengo, que no es otro que el
secretario de Estado, el cardenal Tarcisio Bertone. Bertone será el encargado
de anular el Anillo del Pescador y desfigurar el sello papal con el que
Benedicto XVI ha firmado sus documentos.
En una jornada
de despedidas, el ya papa emérito ha viajado en helicóptero a Castel Gandolfo,
adonde ha llegado poco antes de las cinco y media. Antes se había despedido en
el Vaticano de la mayoría de cardenales que ya han llegado a la ciudad para
preparar el cónclave que debe elegir a su sucesor. En un acto muy breve, el
Papa ha saludado a los purpurados, ha agradecido su presencia y ha prometido
obediencia "incondicional" al próximo pontífice.
En su discurso
ante los cardenales a mediodía, Joseph Ratzinger ha dicho: "Seguiré
estando especialmente cerca con la oración, sobre todo en los próximos días
para que estéis totalmente iluminados por el Espíritu Santo en la elección del
nuevo Papa, que el Señor os muestre lo que él desea. Entre vosotros está el
futuro Papa al que desde hoy ya le prometo mi reverencia y obediencia
incondicional".
Ese ha sido el
último acto propiamente dicho de un adiós que Benedicto XVI ha preparado al
milímetro. Después, ha regresado a su apartamento, donde ha almorzado junto a
la llamada Familia Pontificia —su secretario, monseñor Georg Gänswein y cuatro
laicas consagradas— y ha preparado el viaje hacia la residencia de Castel
Gandolfo, a unos 20 kilómetros de Roma. Cuando retorne, su sucesor ya habrá
sido elegido y las obras del convento del Vaticano donde tiene previsto
recluirse estarán concluidas.
Por la tarde, después
de despedirse de los miembros de la curia y empleados vaticanos, Benedicto XVI
ha viajado en helicóptero hasta la residencia estival donde pasará los próximos
meses. En el corto trayecto por aire —de unos veinte minutos— Benedicto XVI ha
estado acompañado por Georg Gänswein, además de su médico personal, el jefe de
la Casa Pontificia y su nuevo mayordomo, el sustituto de Paolo Gabriele,
destituido y procesado por el caso Vatileaks. El despegue del aparato de la
Fuerza Aérea italiana que ha trasladado al Pontífice y sus acompañantes ha sido
saludado por el repicar de las campanas de todas las iglesias y basílicas de
Roma. En el Palacio Apostólico estival ha pasado las últimas horas de su
papado, que comenzó en la tarde del 19 de abril de 2005.
En estos últimos
días de pontificado, ha quedado claro que el pasado día 11, cuando anunció en
latín su sorprendente renuncia al papado, Benedicto había planificado muy bien
su despedida. Gestos, palabras, decisiones. Una fecha, 28 de febrero de 2013, y
una hora, las ocho de la tarde. Ha sido el momento en el que, junto al lago
Albano, el papa alemán se habrá quitado el Anillo del Pescador, habrá dejado de
calzar los zapatos rojos que representan el martirio y —según aseguró el padre
Federico Lombardi— habrá perdido su cualidad de infalible. Conservará, no
obstante, otra cualidad, más terrena pero no por ello muy común. La de haber
renunciado al poder cuando, “ni humana ni espiritualmente”, se consideró capaz
de seguir ejerciéndolo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
ANBOLIVIA te invita a ser el quinto poder, opina...con respeto
DEJA TU OPINIÓN EN:
TW: @ANBOLIVIA
TW: @ANBdigital
F: https://www.facebook.com/anboliviadigital