LA PAZ, BOLIVIA (ANB / Erbol).- La Defensoría del Pueblo mediante un comunicado
calificó como medida reactiva y rechazó la propuesta de imputabilidad de los
adolescentes desde los 14 años, que está siendo debatido en la Asamblea
Legislativa Plurinacional.
La gravedad del problema y la poca experiencia del Estado para lidiar con
las nuevas realidades, nos impulsan muchas veces a intentar soluciones
reactivas, como la propuesta de disminuir la edad de la imputabilidad de 16 a
14 años, planteada por una autoridad de Gobierno, señala.
Agrega que desde la Defensoría varias veces expresaron preocupación por el
grave problema de la inseguridad ciudadana, cuya generalización, agravada por
mayores niveles de violencia está evidenciando la crisis profunda en la
sociedad y que, entre otras formas, se expresa en el incremento de las
conductas delictivas de adolescentes.
La Constitución nos demanda “velar prioritariamente por el interés superior
del Niño, Niña y Adolescente”. Los tratados y acuerdos internacionales
suscritos por Bolivia establecen la obligatoriedad de proteger y defender los
derechos que favorecen a la niñez y adolescencia; y como Estado hemos decidido
declarar el año 2012 como el “Año contra la violencia hacia los niños, niñas y
adolescentes”, destaca.
Entonces, en nuestro rol de institución defensora de los derechos humanos,
hemos realizado un análisis pormenorizado de este planteamiento que podría
afectar los derechos de esta población.
Consideraciones que hace la Defensoría
1) El Código Niño Niña y
Adolescente establece que los y las adolescentes que se encuentran entre los 14
y 16 años y que cometen delitos previstos en el Código Penal, son considerados
responsables socialmente, pudiendo imponérseles medidas socio-educativas, que
ya incluyen, en algunos casos, la privación de libertad que debe ser cumplida
en centros especiales, además de la vigilancia del Estado y la obligatoriedad
de seguir tratamientos de reinserción y rehabilitación.
2) La Corte Interamericana de
Derechos Humanos (CIDH) en su Opinión consultiva 17, referida a la
imputabilidad de los adolescentes infractores, expresa que “se estima que los
niños menores de 18 años, pero mayores de 12 ó 14 años, “no deberían ser
considerados penalmente imputables, pero sí penalmente responsables”, tomando
en consideración que, en virtud de su condición de niño, es una persona
inimputable que “ha tenido obstáculos para participar igualitariamente en la
sociedad y para satisfacer sus necesidades”, y por ello el Estado debe tomar en
cuenta estas circunstancias y promover las condiciones que les permitan
integrarse a la sociedad”.
3) El “Análisis comparativo
sobre edades de Imputabilidad y responsabilidad penal de adolescentes en
América Latina”, realizado por el Instituto Interamericano del Niño de la
Organización de Estados Americanos, estableció que a excepción de Bolivia, todos
los países analizados, esto es, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador,
El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú,
República Dominicana, Uruguay y Venezuela, han fijado la inimputabilidad en 18
años; y, han creado sistemas especializados para el tratamiento de la
determinación de la existencia de una infracción a la ley penal y la
participación de un adolescente en la misma.
4) El incremento de las
acciones delictivas por parte de adolescentes tiene varias causas como la
pobreza, la falta de oportunidades, la violencia generalizada, la pérdida de
valores, la discriminación, la disgregación familiar, el crimen organizado y el
narcotráfico. Por tanto, el incriminar a los adolescentes infractores no
afecta ninguna de estas causas y tiende por el contrario a incrementarse la
reclusión de población joven en centros penitenciarios o semi penitenciarios
que, de acuerdo a la experiencia, poco o nada contribuyen a la rehabilitación y
reinserción de las personas que han cometido delitos.
5) La asociación de la
criminalidad con los adolescentes, puede constituirse en un peligroso motivo de
discriminación generalizada y legalizada por el propio Estado, que afectaría
especialmente a los menores pobres, indígenas, que viven en áreas periurbanas o
que conforman “tribus urbanas” que, por nuestra visión sesgada y
segregacionista como sociedad adultocentrista, suelen ser víctimas de la
desconfianza y el recelo.
En consecuencia, según nuestro rol constitucional y nuestros principios
institucionales, expresamos públicamente nuestro desacuerdo con la propuesta
señalada y nuestro rechazo a cualquier intento que tienda a privilegiar el
enfoque punitivo que afecte a los adolescentes para enfrentar el problema de la
inseguridad ciudadana, argumenta.
Exhortamos a las autoridades nacionales a enfrentar este problema con la
generación de una política integral y eficiente de prevención, educación y
participación social que integre la necesidad de garantizar la protección de
los bolivianos y bolivianas, en sujeción a la normativa y a los derechos
humanos.
Instamos a las organizaciones e instituciones que se dedican a la defensa y
protección de los derechos de los niños, niñas y adolescentes a que expresen su
posición en este delicado tema a fin de alimentar el análisis y proponer
alternativas de solución que no afecten los derechos consagrados en la
Constitución y los instrumentos internacionales.
Proponemos al Gobierno y al Estado Plurinacional, la apertura de un espacio
de reflexión y análisis profundo sobre este problema que incluya a todos los
sectores de la sociedad pero especialmente a las organizaciones de adolescentes
y jóvenes, cuyas opiniones deben ser consideradas al tratar temas que les
atingen y pueden afectarles.
La Paz, 5 noviembre 2012 – J.C.
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