LA PAZ, BOLIVIA (ANB / Erbol).- La Fundación Milenio advierte sobre los posibles
riesgos que podrían derivar en el fracaso del Proyecto de Úrea y Amoniaco (PAU)
que desarrolla el gobierno nacional en la región de Bulo Bulo y que fue
adjudicada para su implementación a la coreana Samsung.
El informe indica que mientras Bolivia se embarca para emprender el tan
esperado viaje de negocios, “una suma de factores no contemplados podría hacer
que llegar a destino o naufragar en el intento sea un tema librado al azar”,
señala en su informe 167.
Milenio apuntala que aspectos fundamentales para la puesta en marcha del
millonario proyecto como la provisión de gas, la logística, el transporte y el
mercado aún no están claramente definidos en el proyecto y se lo deja para su
desarrollo “al calor” del avance de la obra. En adelante la posición de la
Fundación.
Disponibilidad de gas natural y
precio
Sería de mucho beneficio para todos los bolivianos, dice Milenio, que YPFB
Corporación dejará claramente establecido, entre otros aspectos, el origen y la
disponibilidad del gas natural que demandará la PAU así como el precio del
mismo.
El gobierno dijo que a partir del año 2015,
se producirán en el país 432.000 toneladas métricas año (TMA) de
amoniaco y 756.000 TMA de urea. Parte de esa producción (20 por ciento)
permitiría al sector agropecuario y agroindustrial boliviano ampliar las áreas
de cultivo de 2,9 a 105 millones de hectáreas e incrementar la rentabilidad de
los cultivos hasta en un 40 por ciento por hectárea.
Para alcanzar esa meta, la planta de Bulo Bulo demandaría aproximadamente
1.5 millones de metros cúbicos de gas por día. Ese dato nos permite calcular
que durante 20 años de operación, la demanda total de gas será de
aproximadamente 0.36 TCF (trillones de pies cúbicos por sus siglas en inglés).
Dicho volumen tiene previsto llegar a destino mediante un gasoducto de 1.5
kilómetros de longitud.
Sobre la disponibilidad y el origen del gas para abastecer el proyecto, las
autoridades consultadas se han limitado a garantizar que ese no será un
problema.
El precio del carburante a utilizar es otro factor que no está definido.
Hasta ahora YPFB simplemente mencionó que este tendrá un valor preferencial pero
aún no se ha establecido el mismo.
Logística y transporte
Con relación a la logística y el transporte, es poco frecuente ver que se
firma un contrato de estas características sin tener antes la certeza de cómo
es que se va a exportar la producción obtenida.
Se dice que se está trabajando en un proyecto para trasportar la producción
por vía férrea desde Bulo Bulo hasta Montero en el Departamento de Santa Cruz.
¿No hubiera sido mejor ubicar la planta en un lugar estratégico que facilite,
abarate y optimice el proceso de exportación? Varios son los expertos en el tema
que han coincidido en que el trópico cochabambino no es el mejor lugar para un
proyecto que exportará el 80 por ciento de su producción.
No menos preocupante es el hecho de que YPFB aún no tiene saneadas las
tierras sobre las que se construirá la Planta. A casi un mes de la firma del
contrato la cantidad de hectáreas necesarias para el proyecto permanece como
una incógnita.
A esas observaciones debemos añadir el hecho de que aún no existe un marco
normativo y regulatorio para la industria petroquímica en Bolivia. Recordemos
nuevamente que las exportaciones de productos petroquímicos no se pueden
comparar con la exportación de gas natural, para eso se debería trabajar en la
creación de una Unidad Especializada en la Comercialización de Productos Petroquímicos
que garantice un grado aceptable de competitividad en la producción boliviana
con relación a los proveedores que abastecen los mercados de Brasil y
Argentina.
Mercados
Sobre el destino de los productos obtenidos, oficialmente se ha informado
que lo que no se consuma internamente, es decir el 80 por ciento de lo
producido, será exportado a los mercados de Brasil y Argentina. Entonces, en
base a los datos señalados, Bolivia exportaría 604.800 TMA de urea y 345.600
TMA de amoniaco lo que generaría para el país, según declaraciones del
presidente de YPFB Corporación, un ingreso bruto de 340 millones de dólares
anuales durante los 20 años de vida útil que se estima tendrá este proyecto.
Si la exportación es la razón de ser de la PAU, en un mercado globalizado
tan dinámico y exigente como el de la urea y el amoniaco, YPFB Corporación
debería tener una estrategia de mercado que le permita asegurar tanto a Brasil
como a la Argentina las condiciones más favorables no solamente con relación a
los proveedores que actualmente abastecen dichos mercados sino también con
relación a las 60 nuevas plantas que se estima iniciaran operaciones entre 2012
y 2016.
El mercado brasileño merece un análisis separado. Según datos oficiales de
Petrobras, 5.900 millones de dólares serán destinados al proceso de conversión
del gas natural en urea, amoníaco, metanol y otros productos necesarios para la
producción de fertilizantes.
Esas inversiones le permitirán a Brasil prescindir de las importaciones de
amoniaco desde el año 2015 (actualmente Brasil importa el 53 por ciento del
amoníaco que consume) y para el año 2020 tiene planeado reducir su dependencia
de urea importada al 22 por ciento.
En resumen, según Petrobras, Brasil no necesitará importar amoniaco de
Bolivia lo que nos obligaría a exportar esas 432.000 TMA al mercado argentino,
el reto estará entonces en hacer que esa producción llegue a destino en
condiciones más competitivas que las de la competencia.
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