TIENE 63 AÑOS Y SUBE EN BICICLETA DESDE YOLOSA HASTA LA CUMBRE

LA PAZ, BOLIVIA (ANB / Erbol).- Mirtha Muñoz Moyano (63), abuela de seis nietos, es aficionada y apasionada por el ciclismo que sin inconvenientes escala pedaleando desde Yolosa hasta la Cumbre, en La Paz. Actualmente tiene el objetivo de pedalear con todos sus nietos.

Erbol Digital (ED).- ¿Quién es Mirtha Muñoz?

Mirtha Muñoz (MM).- Soy boliviana y paceña. Soy fanática del ciclismo.

ED.- ¿La familia?

MM.- tengo dos hijas que también hacen ciclismo y seis nietos, de los cuales tres hacen bicicross y otra empezó a montar la bicicleta.

ED.- ¿Otras actividades?

MM.- Troto mucho y participo en maratones. En las competencias de El Diario, la Corporación Andina de Fomento (CAF), del Sur y otros.

ED.- ¿De cómo surge su pasión por el ciclismo?

MM.- Desde mis 18 años hasta más de 30 jugué volibol y siempre me gustaba hacer caminatas, subir cerros y hacer excursiones. En el año 1994, cuando aparecieron las bicicletas con cambios (mecánicos) compramos una y manejamos en mi familia.

En 2000, viajé a Santa Cruz y conocí a un amigo llamado Julio Pereyra que hicimos ciclismo en Orubú, Santa Cruz. Volvimos a La Paz y empezamos a salir con bicicletas; íbamos por la Cumbre, además hicimos recorridos a Valencia donde nos conocimos con otros y ahí hicimos un grupo denominado “Los Huanca”.

“Los Huanca” creció en integrantes e hicimos viajes, por ejemplo, de Oruro a Cochabamba donde debíamos llegar en dos días y pero lo hicimos en una jornada. Los viajes a Los Yungas, trepamos la Cumbre, al salar de Uyuni, Copacabana y otros.

Una de mis metas, es que quiero envejecer bien. Creo que si el Gobierno daría más apoyo al deporte entonces el gasto en salud sería menos.

ED.- ¿Las competencias en las que participó?

MM.- No fue parte en competencias de profesionales sino en aficionados. El 27 de octubre, participaré de la “VII Competencia del Ascenso al Cielo por el Camino de la Muerte”, se sube desde Yolosa hasta la Cumbre, son 68 kilómetros de pura subida.

Estaré con el grupo por quinta vez; en la primera llegué en 12.05, la última vez arribé en 09.15 y ahora espero hacer por lo menos en 08.30, pero es duro.

ED.- ¿Cómo es una jornada de la ciclista aficionada?

MM.- En la semana troto y hago rodillo. Para el domingo duermo temprano y nos convocamos, me levanto temprano, tomo mi jugo “tranca pecho”, luego nos encontramos en Las Cholas e iniciamos a pedalear a Valencia y de ahí volvimos a casa totalmente “destrozados”, pero felices.

Amo mi bicicleta, es mi instrumento de vida, más o menos. 

ED.- ¿Cuánto cuesta su bicicleta?

MM.- La que tengo compré con 1.100 dólares. Me encantaría que en La Paz haya muchas bicicletas como medio de transporte. Espero que los transportistas nos respeten porque nos persiguen y nos tocan bocina. 

Ojalá en La Paz tuviéramos ciclovías verdaderas y seguras, hay lugares pequeños en Achumani y Costanerita donde se asientan las comerciantes y obstruyen la práctica del ciclismo.

ED.- ¿Cuál es la mayor satisfacción que tuvo con el ciclismo?

MM.- La más bella es que pude llegar desde Yolosa a la Cumbre acompañada de mis nietos Mateo y Felipe. A la competencia viene gente del interior, en el último evento participaron 162.

ED.- ¿Un recuerdo desagradable?

MM.- Hace poco fuimos a dar una vuelta por Huayna Potosí, cuando estábamos descansando los 14 integrantes vino un bus que sin reparo pisó una bicicleta. Un recuerdo muy amargo.

ED.- ¿Su nuevo objetivo?

MM.- La competencia del ascenso a la Cumbre, pero sobre todo añoro salir con todos mis nietos aunque voy a estar muy viejita. Que mis descendientes amen y tengan pasión por la bicicleta porque se disfruta yendo por la naturaleza y los paisajes maravillosos de Bolivia.

La Paz, 12 septiembre 2012 – J.C.