BENGALÍ (ANB / Yahoo! Noticias).- Hasta el momento, 304 personas murieron después de que el miércoles
por la mañana el Rana Plaza, un edificio de ocho plantas, se derrumbara en la
zona industrial de Savar, en las afueras de Dacca, la capital bengalí, según el
ejército.
"Hemos
encontrado a unas 50 personas aún vivas en varios lugares del tercer piso
después de cavar túneles. Esperamos poder rescatarlos mañana por la
mañana", explicó a AFP Mizanur Rahman, subdirector del servicio nacional
de bomberos.
El
descubrimiento de más supervivientes da nuevas esperanzas a los miles de
familiares desesperados que se congregaron en el lugar del accidente, pero el
intenso olor a descomposición sugiere que numerosos cuerpos permanecen
atrapados bajo los escombros.
"Hemos
rescatado hoy a unas 80 personas, ocho de ellos hace unos minutos", dijo
Rahman a AFP. Más de 2.300 personas fueron rescatadas con vida desde que el
edificio se derrumbó, pero muchos están gravemente heridos, dijo el ejército.
En el cercano
hospital Enam Medical College, los médicos intentaban atender a unas 1.200
personas desde el miércoles por la mañana, muchos de ellos con miembros
amputados o con graves lesiones que requirieron amputaciones.
Equipos de
rescate integrados por exhaustos soldados, bomberos y voluntarios trabajan
contrarreloj para encontrar más supervivientes de la peor catástrofe en la
historia industrial del país.
Este viernes por
la mañana, empleados del sector textil bengalí chocaron con la policía en una
manifestación que reunió a centenares de miles de personas, que atacaron las
fábricas y volcaron vehículos en protesta por esta tragedia, la última en el
sector de la confección de Bangladesh, gran fuente de divisas para este país.
La policía
disparó balas de goma y gases lacrimógenos contra una multitud encolerizada en
Savar.
Esta catástrofe
reactivó la polémica sobre las condiciones laborales en la industria textil de
Bangladesh, un país muy pobre del sur de Asia que abastece a importantes marcas
de ropa occidentales. "La situación es muy inestable. Cientos de miles de
obreros participan en la manifestación. Hicimos uso de balas de goma y de gases
lacrimógenos para dispersarlos", declaró un responsable policial sobre la
manifestación organizada dos días después de la tragedia. "Exigen el
arresto y la ejecución de los propietarios de los talleres y del edificio que
se derrumbó en Savar", cerca de Dacca, contó a AFP Mustafizur Rahman, el
número dos de la policía de Gazipur, a las afueras de la capital, Dacca.
El inmueble
albergaba cinco talleres vinculados a la marca española Mango y a la británica
Primark, las únicas que confirmaron sus relaciones con los talleres del Rana
Plaza, donde trabajaban unas 3.000 personas, en su mayoría mujeres, mientras
que otras marcas como Walmart y Carrefour están siendo investigadas.
A raíz de la
catástrofe, activistas por los derechos laborales acusaron a las marcas
occidentales de ropa de anteponer su beneficio a la seguridad para abastecerse
de productos en Bangladesh, a pesar de su terrible historial de catástrofes
mortales.
En noviembre de
2012, un incendio en un taller textil cerca de Dacca se cobró la vida de 111
empleados, en su mayoría mujeres, lo que ya provocó una polémica sobre las
condiciones de trabajo y de seguridad de los obreros de esta industria.
El derrumbe de este
edificio "muestra la urgente necesidad de mejorar la protección para la
salud y la seguridad de los trabajadores en Bangladesh", según Human Right
Watch (HRW), basada en Nueva York.
"Dado el
largo historial de muertes de trabajadores en (fábricas de Bangladesh), esta
tragedia era tristemente predecible ", dijo Brad Adams, director de HRW
para Asia.
Con muchas de
las 4.500 fábricas del país cerradas por las protestas y por el temor a sufrir
desperfectos, los fabricantes dieron a sus trabajadores descanso el sábado y
los sindicatos convocaron una huelga el domingo para exigir mejores condiciones
laborales.
Por su parte, la
policía continuaba la búsqueda de los propietarios de las fábricas y del
edificio, después de que la primera ministra, Sheikh Hasina, prometiera
llevarlos ante la justicia.
Hace unos 30
años Bangladesh se lanzó a la confección para la exportación y logró hacer del
sector una punta de lanza de su economía.
Años de
crecimiento a dos cifras, gracias a las 4.500 plantas textiles, ayudaron a este
país desfavorecido de Asia del Sur con 153 millones de habitantes a reducir su
pobreza endémica a un ritmo más rápido que su vecino, el gigante indio.
La Organización
Internacional del Trabajo (OIT) lanzó este viernes un llamado a las autoridades
de Bangladesh para que creen "lugares de trabajo seguros."
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