Reporte
Fundación Tierra
LA PAZ, BOLIVIA (ANB / Información de Fundación
Tierra).- El modelo de gobierno que se proyecta en
los estatutos autonómicos no incluye a las organizaciones indígenas y las
reduce a una forma de control social, afirmó el investigador Jorge Salgado el
miércoles 24 de abril en la disertación que abrió el seminario internacional
Gestión territorial y autogobierno indígena que se realiza en Colcapirhua –
Cochabamba y se extenderá hasta el 26 de abril. El especialista intervino
después de las palabras introductorias del evento que estuvieron a cargo de la
directora del IBIS, Ximena Valdivia; de la vicepresidenta de la Confederación
de Indígenas de Bolivia (CIDOB), Nelly Romero y del Kuraca del suyo Qhara
Qhara, Francisco Ibarra.
La principal
controversia que encontró Salgado es que en la vida de las comunidades las
organizaciones indígenas que realizan la gestión territorial indígena (GTI) son
reconocidas como gobiernos de los territorios, en cambio en el modelo de
estatuto planteado por los municipios en transición a las autonomías indígena
originario campesinas (AIOC), las organizaciones indígenas que impulsaron esa
autonomía no son gobierno y se convierten en una instancia de control social.
“Se diseña un
gobierno de la AIOC parecido a los municipios con cambio a nombres originarios de
los alcaldes y concejales” se lee en la presentación de Salgado.
Antes de llegar
a esa comparación el experto revisó la historia de la gestión territorial
indígena en las tierras bajas en Bolivia, describió y analizó el proceso de
saneamiento que se desarrolla en el país a partir de la reforma agraria y
después de la ley del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) en la década
de los años 90. Explicó que la situación de saneamiento en gobierno anteriores
a 2006 no hubo voluntad política para continuar el proceso de saneamiento.
“Entre 2005 y 2009, sí hubo voluntad política del gobierno para desarrollar esa
tarea”.
Luego abordó el
tema de las controversias por límites entre los municipios y territorios
indígenas. Sostuvo que este es uno de los principales problemas para el acceso
a las autonomías. Explicó que 314 de los 339 municipios existentes tienen algún
conflicto de límites.
Posteriormente
explicó los requisitos que el Estado exige a los pueblos y naciones indígenas
para acceder a las AIOC y estimó que 21 municipios con un promedio de 70 por
ciento de población indígena tendrían posibilidades de acceder a las AIOC en un
futuro cercano.
Finalmente
planteó comparaciones y preguntas sobre la gestión territorial indígena (GTI) y
la autonomía indígena. Cotejó factores comunes a ambas dimensiones: las
asambleas, estatutos, competencias, proyectos, educación, organizaciones y
gobiernos indígenas.
La visión del gobierno boliviano
A esta primera
exposición le siguió la del representante del ministerio de Autonomías,
Alejandro Vargas. El funcionario reconoció que en el proceso de construcción de
la autonomía indígena hay dificultades como la de los límites, o las tendencias
en pro y en contra tanto en los pueblos indígenas como en el mismo gobierno.
Vargas afirmó
que había mayores dificultades entre los pueblos indígenas, en la redacción de
sus estatutos. Explicó que de los 11 municipios sólo dos avanzaron porque al
interior de los otros se registraron disputas entre los indígenas. “Jesús de
Machaca iba primero, como una locomotora. Aprobaron su estatuto y ahí
comenzaron las divergencias y pararon en proceso. Algunos que tienen la
expectativa de ser reelectos como alcaldes”, afirmó Vargas.
Según el
funcionario de gobierno es responsabilidad de todos los bolivianos “llevar a
buen puerto este proceso” (de las autonomías indígenas), “no del gobierno del
MAS o de otro gobierno”. Vargas finalizó su intervención reconociendo que las
autonomías tienen dificultades y haciendo un llamado a evitar la confrontación con
el ministerio de Autonomías.
La experiencia nicaragüense
Miguel González
docente de la universidad en Toronto Canadá abrió la sesión de la tarde,
compartiendo con el auditorio la experiencia de autonomía indígena en la Costa
Caribe nicaragüense que tiene 23 años de antigüedad. Según sus datos, el 77 por
ciento de la población de su país es mestizo, mientras que el restante 23 por
ciento se distribuye entre los indígenas Miskitu, Rama Mayangna, Ulwa y los
afrodescencientes Creole y Garifuna.
En esos años de
experiencia se conformaron 6 consejos regionales autónomos y la legislación
nicaragüense otorgó a los indígenas la responsabilidad de administrar 45
competencias, aunque según el especialista los originarios de su país “sólo
asumieron 10 a plenitud”.
González explicó
que al interior de los consejos se registran tensiones partidarias entre
organizaciones políticas nacionales y locales.
El experto
concluyó afirmando que después de 23 años de experiencia, la autonomía indígena
nicaragüense mostró ser un proceso complejo, tortuoso y difícil. Explicó que la
complejidad del proceso se da en dos niveles: al interior de los pueblos
indígenas y en la conducta del gobierno de ese país respecto de las autonomías.
“Al interior de
sus pueblos los indígenas deben establecer consensos y afianzar sus visiones y
estructuras, definir los mecanismos de articulación con el Estado, con los
consejos regionales, definir cómo se articula el gobierno territorial
multicomunal”, explicó González.
En cuanto a la
discusión con el Estado nicaragüense, el especialista afirmó que a pesar de los
cambios de administración con cada gobierno, hay patrones de conducta
constantes. “Uno de esos patrones fue la actitud de tutelaje, de imposición, de
contar con consejos regionales dependientes del gobierno central y eso no ha
coadyuvado a la libre determinación de los pueblos de la Costa Caribe”,
finalizó el experto.
La autonomía indígena en Oaxaca – México
El politólogo
mexicano David Recondo que estudió por aproximadamente 20 años la región del
sureste de su país, compartió con el auditorio la experiencia indígena de
Oaxaca, que es uno de los 31 estados de la república federal. En esa región la
mitad de la población es indígena.
Algunos
elementos de la conflictividad en las autonomías indígenas mexicanas parecidos
a conflictos que se registran en Bolivia en el proceso de construcción de las
autonomías.
En México los
conflictos giran en torno a cómo se eligen las autoridades de las autonomías.
Cuando no se encuentra una resolución para esas controversias, los casos van a
los tribunales de justicia ordinaria. Allí, explica Recondo, se confrontan dos
tipos de normas: las normas o leyes positivas del Estado mexicano y las normas
de las comunidades.
Ante los
conflictos de normas, los magistrados que tienen una mentalidad occidental,
buscan el respeto al derecho de todos los mexicanos a votar y ser elegidos como
autoridades. “Basta que un ciudadano de uno de los pueblos se queje de que no
lo dejaron votar porque vivo en Estados Unidos y regreso sólo una vez al año,
el tribunal federal anula la elección y exige que la comunidad vuelva a
organizar una nueva elección autorizando que todos los vecinos de ese lugar
voten”, explicó Recondo.
Después del
especialista mexicano, participaron el docente canadiense John Cameron que
habló sobre la construcción de la autonomía indígena como un proceso
contradictorio, el economista boliviano Mario Galindo que habló sobre los
“Retos de la gestión pública de la autonomía indígena originaria campesina”.
En la parte
final, la directora de Veterinarios sin frontera, Sarah Metais, se refirió a la
experiencia en gestión territorial de Salinas de Garci Mendoza en el Altiplano
Sur. El técnico de la Asamblea del Pueblo Guaraní, Néstor Cuellar, fue
encargado de cerrar la jornada hablando también sobre la gestión territorial de
los guaraníes.
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