La comisión boliviana presentó el miércoles 24 la demanda marítima en la Corte de La Haya. El canciller David Choquehuanca (c) leyó un comunicado oficial. ABI. |
CHILE (ANB / La Razón).- El gobierno de Sebastián Piñera informó que eran
previsibles los términos de la demanda boliviana en La Haya por una salida
soberana al Pacífico.
El gobierno del presidente de Chile, Sebastián Piñera, prevé que Bolivia
desplazará junto a su demanda jurídica de una salida soberana al mar en La Haya
toda una estrategia que abarcará demandas por los diferendos sobre el desvío
del río Lauca y el uso de las aguas del Silala para presionar a La Moneda.
La administración del presidente Evo Morales presentó el miércoles en la
Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya la demanda que pretende lograr
un fallo que obligue a Chile a negociar con Bolivia una salida soberana al
Pacífico en cumplimiento de compromisos que históricamente asumió en esa
dirección, aunque también se reserva el derecho de recurrir a una Corte de
Arbitraje.
En Chile, según publica el diario La Tercera en base a fuentes oficiales,
la base de la demanda se encuentra entre los escenarios previsibles que
analizaba el equipo de Piñera, entre los que también se encuentra- afirma la
publicación- la posibilidad de que el gobierno de La Paz "intente abrir
flancos paralelos y simultáneos para presionar a La Moneda".
Además revela que en Santiago ven posible la presentación de demandas por
conflictos históricos vinculados con el río Lauca y las aguas del Silala.
Bolivia reivindica que las aguas del Silala, desviadas artificialmente hace
más de 100 años, nacen y mueren en territorio nacional, mientras que Santiago
asegura que se trata de un río de curso internacional. Chile aceptó en 2009
pagar por el 50% del uso del recurso hídrico hasta que un estudio resuelva la
propiedad del restante porcentaje.
La gobernación de Potosí encaminó proyectos para el aprovechamiento de las
aguas ubicadas en el cantón Quetena Chico, fronteriza con Chile. En marzo fue
inaugurado un criadero de truchas y está en proyecto la instalación de una
embotelladora y una hidroeléctrica en la zona.
El caso del rio Lauca se constituye en otro conflicto binacional debido a
que sus aguas fueron desviadas en 1962 hacia Chile, sin consentimiento de Bolivia.
Por ese motivo, ese año las autoridades bolivianas optaron por romper
relaciones diplomáticas con el vecino trasandino.
Según la publicación de La Tercera, en el gobierno chileno dicen haber
tomado resguardos ante diferentes escenarios. De hecho, cada uno de esos
posibles flancos judiciales habrían sido analizados por asesores jurídicos.
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