ESPAÑA (ANB / Tomado de ElMundo).- El análisis de un meteorito caído en California el
año pasado revela la presencia de moléculas orgánicas que no habían sido
halladas antes en ningún otro meteorito. La riqueza de estos compuestos indica
que el material orgánico extraterrestre pudo haber sido de gran importancia
para la evolución de la complejidad molecular en la Tierra primitiva y la
emergencia de la vida.
Un bólido de 4 kilotones
El 22 de abril del año pasado, una gran bola de fuego estalló sobre el
lugar conocido como Sutter's Mill, en Sierra Nevada, norte de California.
Tan sólo dos días después ya se habían encontrado 3 pequeños meteoritos
resultantes de la explosión. Con la ayuda de las imágenes de videocámaras de
seguridad y de las tomadas por un radar meteorológico que se encontraba instalado
en la zona de caída, investigadores del centro AMES de NASA y del instituto
SETI pudieron localizar rápidamente el campo de dispersión de los fragmentos.
Mediante vuelos con un globo dirigible, encontraron pronto numerosos pedazos. A
día de hoy se han colectado 77 fragmentos, el mayor de los cuales tiene 205
gramos. A partir de toda la información disponible se dedujo que el meteoroide
original tenía el tamaño de una furgoneta pequeña y que entró en la atmósfera a
unos 100.000 kilómetros por hora creando una explosión equivalente a la de 4
kilotones de TNT, similar a la de una pequeña bomba nuclear.
A los pocos meses de la caída del meteorito, el astrónomo Peter Jenniskens
y colaboradores anunciaron en un artículo en Science que se trataba de un
meteorito poco frecuente: una condrita carbonácea. De cada cien meteoritos de
los que caen en la Tierra, tan sólo 4 son de este tipo.
Material orgánico
Las condritas son meteoroides rocosos (con poco contenido metálico) que no
han sufrido procesos de fusión y que, por ello, reflejan la composición inicial
del disco protoplanetario solar. En particular, las condritas carbonáceas,
caracterizadas como su nombre indica por un alto contenido de compuestos de
carbono, presentan una abundancia significativa de compuestos volátiles y de
agua lo que sugiere que se han formado en regiones muy lejanas al Sol y que
deben conservar la misma composición química que tuvo la nebulosa presolar.
Pero lo que hace absolutamente apasionantes a estas condritas es la enorme
variedad de compuestos orgánicos que contienen. Más de seiscientas moléculas
orgánicas complejas diferentes han sido identificadas en ellas: hidrocarburos,
alcoholes, cetonas, aldehídos, aminas y muchas otras, entre las que cabe
destacar varios aminoácidos, como la glicina y la alanina.
Sandra Pizzarello, de la Universidad del Estado de Arizona, y sus
colaboradores, al analizar muestras de la condrita de Sutter's Mill, tomaron
especiales precauciones. Estas muestras fueron recogidas muy pronto tras la
caída del meteorito, por lo que no se espera que estén muy contaminadas por
material terrestre, y han de ser manipuladas con sumo cuidado para preservar
esta pureza. Pizzarello y colaboradores separaron en primer lugar los
compuestos insolubles de los solubles. A los materiales solubles les aplicaron
un tratamiento hidrotérmico que simulaba las condiciones de humedad y
temperatura de algunos lugares de la Tierra primitiva. El material liberado
tras el tratamiento fue analizado mediante cromatografía de masas y espectroscopia.
De esta manera, no sólo encontraron numerosos compuestos orgánicos, sino que
muchos de ellos se detectaban por vez primera en un meteorito, por ejemplo
diversos ésteres y poliéteres complejos. Algunos de estos compuestos tienen un
interés indudable para los procesos químicos prebióticos. Su artículo ha sido
publicado hace unos días en Proceedings of the National Academy of Sciences y
puede ser consultado aquí.
Ingredientes de la vida
A día de hoy no resulta posible explicar el origen de la gran complejidad
molecular encontrada en las condritas. En comparación, las moléculas orgánicas
identificadas en las nubes interestelares donde se forman las estrellas son
relativamente simples. Ni siquiera la glicina ha sido identificada en el medio
interestelar a pesar de los numerosos intentos realizados. Quizás las moléculas
más simples de las regiones de formación estelar sirven como piezas para
construir los aminoácidos y las demás grandes moléculas de los meteoritos
carbonáceos. Pero no hay que olvidar la presencia en el medio interestelar de
macromoléculas de hidrocarburos aromáticos policíclicos (PAHs) y quizás de
algunos fulerenos y grafenos, lo que abre la posibilidad de que parte de las complejas
moléculas de las condritas se formasen a partir de la fragmentación de dichas
macromoléculas por el efecto de la radiación ultravioleta.
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