Por Marcelo Cordero Q.
LA PAZ, BOLIVIA (ANB / Erbol).- Se proyectaron 148 películas, 15 actividades de
seminarios, clases magistrales, encuentros y recitales, y asistieron 14.000
espectadores, 800 artistas y periodistas y 500 invitados de los países de
la Unión de Naciones Suramericanas. (Unasur).
El pasado 20 de septiembre culminó la segunda versión del Festival
Internacional Unasur Cine, evento que tuvo lugar en la ciudad de San Juan,
Argentina.
La edición 2013 de Unasur Cine fue una apuesta grande de los organizadores,
ya sea por la cantidad de invitados, como por la logística. Bajo el paraguas
del Gobierno de la Provincia de San Juan, no hubo reparo en los gastos. La
intención es clara: posesionar en el corto plazo el Festival como uno de los
más importantes de la región, así como ser la vidriera para promocionar los
atractivos turísticos de San Juan e integrar, a través del cine y la cultura, a
los países miembros de la Unasur.
El Festival es joven para tratar de ver el impacto inmediato que
tiene en la cinematografía de la región. Únicamente podemos percibir las buenas
intenciones, mismas que se encuentran algo dispersas. Aún es un Festival en
busca de identidad, que picotea de muchas vetas pero no termina de aterrizar.
Competencia y muestra de películas, work in progress, homenajes, actividades de
formación, encuentros, son algunos elementos que hacen que un
festival sea serio y que apunte a una meta concreta. En el caso de
Unasur Cine, a pesar de los atributos con los que ya cuenta el evento, el objetivo
es lo que todavía no se logra visibilizar, por lo tanto, es difícil entender
hacia donde apunta en términos cinematográficos; en todo caso, ésta
apreciación, no es una crítica, entendiendo que es un espacio que apenas nace;
es simplemente una lectura de lo que fue el evento en su segunda versión.
Una de las grandes debilidades de la edición 2013 fue la selección de las
películas participantes en las secciones competitivas ya que la mayoría de
ellas ya fueron vistas en otras plataformas o contaban con
cierta antigüedad. Lastimosamente no se tuvo la oportunidad de entrevistar a la
directora del Festival, por lo que no sabemos cuáles fueron los criterios de
selección, sólo nos queda especular y tratar de tener una lectura sobre la
experiencia vivida.
Lo más notorio fue el desequilibrio, por ejemplo, en la sección
denominada Competencia Ficciones, en la cual una película de
riesgo, evidentemente artesanal como Soy Mucho Mejor que Vos del director Che
Sandoval, estuvo al lado de películas, casi industriales y de fórmula,
como No de Larrain o Stefan vs Kramer de Sebastián Freund, o ver filmes
pequeños, pero inteligentemente producidos, honestos, con intenciones
claramente cinematográficas como la peruana Chicama, dirigida por Omar Forero
al lado de filmes como el Cartel de Los Sapos de Carlos Moreno o Puerta de
Hierro el Exilio de Perón, de los directores Victor Laplace y Dieguillo
Fernández, obras que no toman ningún riesgo y que se valen de lo extra
cinematográfico. Hay que mencionar también la baja calidad de varias películas
a nivel técnico y de propuestas respecto a otras.
No fue sorpresa que en la premiación gane, en su mayoría, lo obvio, como
fue el caso de Wakolda, de Lucia Puenzo. A pesar de ser una película que
aporta poco o nada al cine; clásica en su tratamiento y sin mérito alguno, pesó
más su contenido que lo cinematográfico. Quedaron fuera de la premiación filmes
mucho más interesantes como Tanta Agua de Leticia Jorge y Ana Guevara, o la
película animada Anina de Alfredo Soderguit que apenas se llevó la mención
especial del jurado.
En la Competencia Documentales los criterios de premiación fueron más
equilibrados que la de ficción, donde parece que lo cinematográfico tuvo peso.
Así lo demuestra La Chica del Sur del director José Luis García, filme que se
llevó el reconocimiento al Mejor Documental o Hija de María Paz Gonzáles que se
quedó con el premio a Mejor Dirección.
Cabe resaltar la importancia que Unasur Cine dio en su segunda versión al
Cortometraje, teniendo nueve categorías para la premiación, llevándose el
premio a Mejor Corto, el filme Detrás del espejo (Perú), de Julio Ramos.
No se puede negar que Unasur Cine cumplió su principal premisa: ser un
festival que busca la integración, la inclusión, jugar con la diversidad,
trabajar la memoria, ser un punto de encuentro y fiesta. Sin embargo, al mismo
tiempo, tiene un gran peso del cual debe desembarazarse: corresponde decidir si
quiere ser un festival de cine o simplemente un evento que tiene como principal
actividad el cine, esto será lo que termine por dar identidad a un evento que
demostró tener profesionalismo, proyección a su modo, recursos y mucho apoyo
para garantizar su existencia.
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