CHINA (ANB / La Razón).- El temblor tuvo lugar al pie de la meseta tibetana, en la provincia de Sichuan, una región con fuerte actividad sísmica que ya fue devastada en 2008 por otro potente terremoto.
Un potente terremoto de magnitud 6,6 sacudió ayer por la mañana el suroeste
de China y dejó al menos 160 muertos y más de 5.700 heridos, según las
autoridades locales que enviaron a la zona a miles de soldados para reforzar el
rescate.
El temblor tuvo lugar al pie de la meseta tibetana, en la provincia de Sichuan,
una región con fuerte actividad sísmica que ya fue devastada en 2008 por otro
potente terremoto. El movimiento telúrico duró unos 30 segundos. Su epicentro
se situó cerca de la ciudad de Ya’an y sorprendió a la población a las 08.00
locales.
Por lo menos unas 10 mil viviendas resultaron destruidas y seriamente
dañadas por el sismo, informó el Gobierno de Sichuan, al tiempo que los equipos
de socorro buscan a sobrevivientes bajo los escombros.
Más de 260 réplicas sísmicas se sucedieron durante el día, indicó el Diario
del Pueblo.
La agencia de prensa oficial indicó que el sismo del sábado alcanzó una
magnitud de 7 en la escala de Richter, mientras que el Instituto Geofísico de
EEUU (USGS) registró un temblor de magnitud 6,6. La profundidad fue estimada en
12 km, una distancia muy baja, lo que favorece que se produzcan más daños.
Inmediatamente luego del sismo, un centenar de personas en pánico salieron
a las calles, informaron testigos.
“Los miembros de mi familia estaban ya en sus camas cuando comenzaron los
fuertes temblores, los armarios comenzaron a sacudirse. Tomamos nuestras ropas
y corrimos afuera”, dijo un residente de Chongqing que se identificó como Wang.
Unos 6.000 soldados y agentes de la Policía fueron enviados de urgencia a
la zona para auxiliar en los rescates, y la fuerza aérea pasó a utilizar seis
aviones no tripulados (drones) para tomar imágenes aéreas y planificar las
acciones de auxilio, informó el diario China Nueva.
RESCATE. Con rutas bloqueadas por deslizamientos de tierra y rocas, un
camión con soldados del Ejército cayó en un despeñadero, provocando la muerte
de uno y heridas en otros siete.
Las primeras fotos de la catástrofe mostraban edificios de poca altura
destruidos y numerosos escombros en las calles.
En los 140 km de autopista entre la capital, Chengdu, y Ya’an, la localidad
más cercana al epicentro del temblor, la circulación de coches particulares fue
prohibida y reservada para ambulancias, camiones del Ejército y otros vehículos
de auxilio.
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