La reunión será el 19 de marzo en el
Vaticano
El Papa Francisco. Foto:
Archivo.
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ROMA
(ANB / Erbol).- La gravedad de la situación que atraviesa
Argentina, pese al discurso oficial, ha desembocado en la intervención directa
del Papa. El diario La Nación publica hoy que el Pontífice argentino, en medio
de la tensión política y económica del país, convocó a una reunión el 19 de
marzo en el Vaticano con miembros del Gobierno, empresarios y sindicalistas. El
objetivo: garantizar la paz social, según informó ABC.
La reunión, de acuerdo al
periódico, estará presidida por el Papa Francisco. Entre los participantes que
han confirmado ya su asistencia figuran el ministro de Trabajao, Carlos Tomada,
el presidente de la Unión Industrial Argentina (equivalente a la Ceoe), Héctor
Méndez, el vicepresidente, Daniel Funes de rioja, y el secretario general de la
Uocra (Sindicato de la Construcción), Gerardo Martínez.
El matutino —con excelentes
vínculos con la Iglesia— desvela un reunión que hasta ahora pretendía ser
«reservada. Todavía no había intención de comunicarla», confían a La Nación
«fuentes directamente vinculadas con la iniciativa». En la misma información se
insiste en que la convocatoria del Papa será «una señal de pacificación» y de
promoción de «la cultura del encuentro».
El Pontífice, ex arzobispo de
Buenos Aires, sigue desde el Vaticano el acontecer de su país de nacimiento y
es sabido que los últimos tiempos está muy preocupado por la tensión que se
vive en Argentina y las recientes medidas del Gobierno. La escalada inflacionaria,
la devaluación, la escasez de reservas y la inminente discusión de los
convenios colectivos, donde algunos gremios exigen hasta el 60 por ciento de
aumentos, son un caldo de cultivo propicio para el malestar social que tanto
preocupa a Francisco.
El rumbo incierto del Gobierno
de Cristina Fernández de Kirchner y los rumores de su dimisión, desmentida por
varios ministros y por la propia Presidenta en su última intervención pública,
aumentan la incertidumbre y resucitan –salvando las enormes distancias— los
fantasmas del 2001. Ese año, acosado por una crisis financiera, política y
social abrumadora, el presidente, Fernando De La Rúa, terminó dimitiendo en un
contexto de revueltas, violencia, muerte y pobreza.
Las relaciones entre el Papa,
cuando era arzobispo de Buenos Aires y la presidenta de Argentina eran
prácticamente nulas. Cristina Fernández y su difunto marido, el ex presidente
Néstor Kirchner, le consideraban «el jefe de la oposición». La presidenta, pese
a más de una decena de intentos, nunca recibió a quien por entonces era
Monseñor Bergoglio. Convertido en Francisco, Cristina Fernández de Kirchner
recibió un trato preferente, como presidenta del país de origen del Papa, en su
entronización de la que se cumple un año el 13 de marzo. Desde entonces, según
confían sus allegados, el Pontífice ha mantenido frecuentes contactos con ella.
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