Fue en la
eliminatoria de 1993
La “Verde” respondió a la talla de Ecuador, consiguiendo un empate 1 – 1
gracias al gol de William Ramallo que desató alegría colectiva en el país.
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TRINIDAD, BOLIVIA (ANB / Erbol).- Este jueves se recuerdan 20 años de la última
clasificación del seleccionado nacional a una Copa del Mundo. Cómo olvidar
aquel 19 de septiembre de 1993, fue un
domingo. En esta ocasión el partido
debía jugarse ante Ecuador como visita y la “Verde” respondió a la talla del
rival consiguiendo un empate 1 – 1 gracias al gol de William Ramallo que desató
alegría colectiva en el país.
“Un día aquí, un día allá. Ahora
Bolivia se va al Mundial”, cantaban al ritmo de Jorge Eduardo, los miles
de hinchas bolivianos que portando la enseña patria se paseaban por las calles
de las diferentes ciudades del país una vez concluido el encuentro.
“No sólo se cantaba en el país, también en Argentina. Recuerdo que estaba
en el Obelisco de Buenos Aires esa tarde
y los bolivianos rebosaban de alegría con esta canción y otras que se le
habían dedicado a este fabuloso equipo”, relata a los micrófonos de Erbol
Digital el cantautor.
Familias integras se habían reunido para observar el juego, como si
hubiesen adivinado que sería un evento casi imposible de volver a vivirse en el
futuro. Después de gritar el gol de la
clasificación la meta siguiente era dar la bienvenida a ese equipo de “Titanes”
conducido por un querido “Bigotón” Azkargorta.
“Nosotros estábamos en Yacuiba y
volvimos en avión lo antes posible,
porque nos ofrecimos a cantar en la fiesta”, cuenta Noemí Valdivia,
quien junto a sus tres hijos y esposo
interpretó el famoso “Bolivia gana y se va al Mundial”.
“Compuse el tema antes de que clasificara.
Mi hijo Pablo me dio unas notas con la zampoña y la letra se acomodó de
maravilla”, marra Adolfo Valdivia, autor del tema, mismo que meses más tarde derivó en “Bolivia juega en el Mundial”.
Sin lugar a dudas fue un momento de unidad nacional en el país, otorgado
por personajes que grabaron su nombre en la historia. Uno de ellos, el
presidente de la Federación Boliviana de Fútbol en ése entonces, Guido Loayza.
“Realmente fue un esfuerzo mayúsculo
de un grupo reducido de gente que dio todo. Pusimos nuestro dinero,
voluntad y vocación de servicio.
Encontramos eco en el cuerpo técnico, jugadores y el público que fue crucial”,
rememora el ahora titular del Club Bolívar.
Pasaron dos décadas y hoy la realidad es totalmente diferente. Estamos en
el fondo de la tabla y resignamos un nuevo Mundial, pero rememorar
la proeza deportiva de 1993,
nos recuerda que un día estuvimos en condiciones de codeamos con los
mejores del planeta y podemos luchar por volver a vivir una experiencia tan
hermosa.
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