NEUROCIENCIA
ESPAÑA (ANB / Tomado de ALT1040).- De forma tradicional, la neurociencia conoce si nuestro
cerebro sigue vivo a través de la prueba conocida como encefalograma, que es
capaz de medir nuestra actividad cerebral.
Cuando un paciente entraba en la etapa conocida como muerte cerebral, las
líneas que se trazaban en el encefalograma eran planas. Esto es lo que se
conoce popularmente como encefalograma plano, que significa que la actividad
cerebral es nula, momento a partir del cual se puede determinar, transcurrido
un determinado período de tiempo, la muerte del paciente.
Sin embargo, un estudio publicado en la revista PLOS One podría cambiar
definitivamente nuestro conocimiento sobre el encefalograma plano. En otras
palabras, científicos de la Universidad de Montreal han conseguido detectar
actividad cerebral tras esas líneas planas, bautizando estas extrañas
oscilaciones como "complejos Nu".
El estudio fue llevado a cabo inicialmente en un paciente que se encontraba
en el estado de coma profundo, en el que no mostraba actividad cerebral. Los
científicos demostraron que tras encontrar encefalograma plano, se daba una
insólita etapa en la que el cerebro del individuo parecía trabajar mínimamente.
Para demostrar que esta intrigante actividad cerebral era cierta, y que no
era debida a problemas técnicos, los investigadores canadienses recrearon en
gatos el estado de coma profundo de este paciente, mediante el uso de un
potente anestésico. La razón de usar esta especie fue que es el modelo animal
por excelencia en este tipo de estudios neurobiológicos.
Al inducir el estado de coma profundo en los gatos, los científicos fueron
capaces de detectar una mínima e insólita actividad cerebral, acorde a los complejos
Nu descritos en el paciente. La sorpresa fue mayúscula. Y es que este
descubrimiento podría cambiar en buena medida las teorías tradicionales sobre
la muerte de nuestro cerebro y la interpretación de los datos del
encefalograma.Podríamos proteger el cerebro de pacientes en coma en el futuro
Además, los investigadores vieron que en este estado de mínima actividad
cerebral, el hipocampo podía enviar órdenes a la corteza cerebral. Este
hallazgo también tiene implicaciones terapéuticas muy importantes, ya que
podría aplicarse este descubrimiento en pacientes que hubieran sufrido daños
importantes tras un accidente, pues sería una forma de preservar el cerebro y
otras estructuras del cuerpo.
Esto es debido a que los individuos que hayan pasado una buena temporada en
coma pueden experimentar bastantes problemas, debido a la inactividad de su
cerebro, que provocaría en parte atrofias. Por tanto, saber que existe un
estado en el que el encéfalo presenta una mínima actividad cerebral podría
ayudar a evitar este tipo de problemas.
Otra posibilidad es utilizar esta fase de mínima actividad cerebral para
conocer más sobre los procesos de aprendizaje y memoria que lleva a cabo
nuestro encéfalo. En cualquier caso, se trata de un descubrimiento muy
importante para la medicina en general, y la neurociencia en particular.
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