Una familia utiliza 35% de sus ingresos
Foto: Fundación Tierra.
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LA PAZ, BOLIVIA (ANB / Erbol).- Bolivia es autosuficiente en 28 productos
alimenticios de la canasta familiar y otros 300 los importa, señala un informe
del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) en base a los datos de
Instituto Nacional de Estadística (INE). La Fundación Jubileo reportó que de
2006 a septiembre de 2013, los alimentos aumentaron en precio en 101 por
ciento.
En un sondeo realizado por Erbol se evidenció que las amas de casa gastan
el doble que hace unos años atrás en las compras del mercado. Las entrevistadas
coincidieron que los alimentos subieron casi el doble, y en las últimas semanas
mucho más. “Antes yo iba al mercado con 300 bolivianos y llegaba a mi casa con
5 bolsas llenas, ahora con 450 sólo llevo tres”; “es imposible ahora comprar
todo lo que necesitas”, fueron las recurrentes expresiones de las
entrevistadas.
El Ejecutivo señaló que los fenómenos climatológicos de los últimos meses,
como la nevada, granizada y sequía, afectaron a los cultivos y causaron la
posterior elevación de los precios. La inflación acumulada hasta septiembre de
2013 fue de 5,65 por ciento, cifra mayor al 4,8 por ciento estimado por el
gobierno para esta gestión.
De los 112 productos de la clasificación Alimentos y Bebidas no
Alcohólicas, 28 son productos no importados y producidos en el país, indicó
Jimena León, Jefa de la Unidad de Estadística del IBCE.
“Son productos que se producen casi en su totalidad en Bolivia, como la
carne de llama, chuno, tunta, quinua, productos bolivianos que en otros países no
hay”, declaró.
Los pobres gastan más en alimentos
Bruno Rojas, investigador del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral
y Agrario (CEDLA), indicó que una familia de cuatro miembros con un ingreso de
1.500 bolivianos al mes gasta en promedio el 35 por ciento de sus recursos en
comida, en tanto que una con ingresos iguales o menores a 1.200 bolivianos
dispone el 50 por ciento para la alimentación.
En las ciudades de La Paz, Cochabamba, Santa Cruz y El Alto “se estima que
entre 30 a 35 por ciento del ingreso familiar en general está destinado a la
alimentación (…). Hay que tomar en cuenta que estos porcentajes están en
referencia a ingresos y salarios bajos”.
“Un 25 por ciento sumaría transporte y vestido, el resto, 40 por ciento, se
distribuye en salud, educación, servicios básicos como luz y agua, alquiler”,
agregó el especialista.
De acuerdo a otras investigaciones, indicó Rojas, los trabajadores con
ingresos más bajos destinan un mayor porcentaje de sus recursos para los
alimentos; “podrían llegar hasta el 45 o al 50 por ciento”.
“Casi la mitad de sus ingresos dedican a alimentos, estamos hablando del 20
por ciento de la población ocupada más pobre, es decir trabajadoras del hogar,
operarios, ayudantes de pequeñas empresas, vendedores, promotores,
impulsadores, una población donde los ingresos son bajos, nos referimos a los
que ganan por debajo del salario mínimo nacional”, apuntó.
En ese sentido puntualizó que el país está frente a un panorama de
“salarios precarios e ingresos precarios” pese a los esfuerzos que hace la
familia por buscar otras formas de ingresos. “El 95 por ciento de la población
ocupada gana por debajo de una canasta básica familiar que fue estimada el año
2011 en 4.531 bolivianos, sólo un 5 por ciento gana por encima de ese monto”,
refirió.
Priman los carbohidratos
Evelyn Cerruto, Jefa de la Unidad de Alimentación y Nutrición del
Ministerio de Salud, advirtió que la alimentación de los bolivianos es
sumamente abundante en carbohidratos y escasa carnes, frutas y verduras.
Identificó esta situación como el principal problema para las “anemias
nutricionales”.
“La alimentación de la población boliviana en general es híper
hidrocarbonada, esto quiere decir que los bolivianos consumimos muchos
alimentos ricos en carbohidratos como arroz, papa, fideos, y justamente son
alimentos que no tienen vitaminas ni minerales, en todo caso lo que se
recomienda es que se consuma al día mínimamente tres frutas y un plato de
verduras, y aumentar el consumo de productos derivados de la leche y carnes”,
señaló.
Agregó que el problema de la salud pública en el país es por el bajo
consumo de alimentos proteicos que otorgan los cárnicos. “La población que
consume por la mañana un té con pan y al medio día un ají de fideo, en ese tipo
de comidas no hay frutas y no hay verduras y es una deficiencia que tenemos en
nuestra alimentación”, advirtió.
“Nuestro consumo en alimentos ricos en vitaminas A y hierro es poco, se
consume poca zanahoria, poco zapallo, poca carne, eso nos muestran los
estudios, y ha conllevado a que la prevalencia de anemias en grupos vulnerables
se alta”, apuntó.
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