OPOSITORES DESAFÍAN AL GOBIERNO EN PLENO CARNAVALES

Venezuela:

CARACAS, VENEZUELA (ANB / Erbol).- Se oyeron pitos, cornetas y había una multitud de personas en las calles y en las estaciones y vagones del metro. Alguien que llegara por primer día a Caracas podía pensar que acudía a una celebración de Carnaval, pero no era así. Miles de manifestantes respondieron a la convocatoria del movimiento estudiantil para hacer hoy una gran marcha y concentración en medio de un feriado en el que otra ocasión la ciudad hubiera lucido tranquila y desprovista de todos los que buscan refugio en otras partes del país para disfrutar de un buen descanso, informa Terra.

Juan Requesens, presidente de la Federación de Centros Universitarios de la Universidad Central de Venezuela, la más importante institución de estudios superiores del país, había usado días antes una metáfora: “Vamos a colapsar la ciudad”. Las personas que atendieron el llamado usaron franelas blancas, en su mayoría, y ciertamente dejaron constancia de que por este año muchos están dispuestos a sacrificar el turismo. “El Carnaval es aquí y ahora”, gritaba una mujer entre la multitud mientras levantaba los gritos y aplausos de quienes la rodeaban.

Los organizadores diseñaron rutas y motivos distintos de protesta. Un brazo de la marcha salió de la plaza Alfredo Sadel de Las Mercedes para expresarse en contra de la censura que afirman se aplica contra los medios de comunicación; otra columna partió de la plaza La Castellana para cuestionar la injusticia en las detenciones de estudiantes y dirigentes por lo que se consideran motivos políticos; una más arrancó de la plaza Miranda de Los Dos Caminos para alzar la voz contra la inseguridad en un país donde el año pasado se calcula que hubo más de 20.000 homicidios; y la última tenía como punto de partida Ciudad Banesco, en  Colinas de Bello Monte, para quienes protestaban contra el desabastecimiento que hoy se traduce en la falta de productos básicos –como leche y papel higiénico– y en largas colas para comprar en los comercios.

Un cartel que era exhibido por otra mujer desplegaba un gran revólver sobre un fondo rojo con un mensaje dirigido al presidente Nicolás Maduro: “El arte de la paz no está en un arma, desarma a los colectivos ya si quieres la paz”. Las palabras hacían alusión a las críticas contra grupos de civiles armados afectos al gobierno y que han sido vinculados a algunos de los 18 homicidios ocurridos en el país desde el 12 de febrero, cuando se agudizaron las movilizaciones de calle, manifestaciones y disturbios que además han dejado más de un millar de detenidos –la mayoría ahora en libertad aunque bajo tutela judicial– y 27 averiguaciones abiertas por la Fiscalía General de la República por violaciones de derechos humanos. “Estamos cansados de la situación y nos mantendremos movilizados”, dijo Ana Betancourt.

Todos los puntos de partida estuvieron en los municipios Baruta, Chacao y Sucre del área metropolitana de la ciudad. Todos están bajo control de alcaldes opositores al igual que el lugar donde convergieron todos los manifestantes: la plaza Brión de Chacaíto. Ninguno se desplazó por el municipio Libertador, controlado por Jorge Rodríguez, alcalde del chavismo, y donde voceros del gobierno han dicho que no tolerarán manifestaciones callejeras. En el punto de encuentro, las calles parecían rebosar. Se hizo un minuto de silencio por los fallecidos. Requesens dio un discurso desafiante frente al gobierno y respondió las invitaciones de Maduro, quien instaló la semana pasada una conferencia nacional de paz, ha invitado a los estudiantes al diálogo y afirma que hay sectores que quieren derrocarlo. “¿Quiere hablar con nosotros? Ponga esto en cadena nacional: la libertad de los estudiantes no se negocia”, dijo el dirigente en referencia a los compañeros detenidos que aún sigue presos. “El derecho a la vida lo tienen que garantizar el gobierno”, dijo sobre las acusaciones de violencia que han endilgado a los estudiantes. La movilización no se detendrá: invitó mañana a una nueva concentración en la plaza Alfredo Sadel.