Afectó
a empresas, agricultores y el Estado
Foto: APIA
|
SANTA
CRUZ, BOLIVIA (ANB / Erbol).- La Asociación de Proveedores de
Insumos Agropecuarios (APIA) expresó hoy su “profunda preocupación” por la
persistencia del contrabando y la producción de semilla ilegal en el país,
actividades que afectan al agricultor y perjudican al Estado y a las empresas
del rubro que operan legalmente.
De acuerdo a registros de APIA,
el área sembrada de maíz en la época de invierno pasado fue de 95.300
hectáreas, en cuya extensión se utilizaron 95.000 bolsas de semillas. Sin
embargo de ello, las empresas legales comercializaron 57.000 sacos “lo que
significa que existen 38.000 producidos ilegalmente y/o ingresados al país vía
contrabando”, señala un informe oficial de la institución.
Este cuadro de situación
–añade– representa que cerca del 40% de la semilla sembrada en el invierno
pasado (2013) no pasó por los sistemas de control ni certificación y, los
responsables de su comercialización –aún no identificados– no pagaron impuestos
ni aranceles al Estado.
Por otro lado, esa semilla
ilegal ha provocado a las empresas legales del
rubro un daño económico de Bs35.720.000 y el Estado boliviano ha dejado
de percibir el 16% por obligaciones impositivas, es decir, cerca de Bs
5.715.200. A esto se suma la pérdida de los agricultores –que usaron la semilla
ilegal– de al menos Bs70 millones por la disminución de más del 10% de sus
ingresos debido al bajo rendimiento por hectárea.
La entidad precisa que esa
actividad ilícita daña, además de la economía de los agricultores, de los
productores legales de semilla y de las empresas beneficiadoras de semilla.
Añade que al no contar con sistemas de control fitosanitario, el simiente ilegal
pudo introducir plagas a los campos agrícolas del país.
Cumplimiento de la Ley
“En definitiva, debido a esas
actividades ilegales, todos los que cumplimos con las leyes perdemos y los
únicos que ganan son los contrabandistas y/o productores clandestinos de
semilla”, señala la entidad al precisar que sólo en la temporada de invierno
2013 las pérdidas llegaron a Bs111.4 millones, sin considerar los ingresos por
inspección y fiscalización que debían percibir el Instituto Nacional de
Innovación Agropecuaria (INIAF) y el SENASAG.
Frente a esa situación
“profundamente preocupante”, APIA ratifica su posición de defensa de la
normativa legal vigente debido a que “es una institución que en el marco de los
principios que orientan su actuación permanente, cumple y defiende las normas
que rigen la actividad agropecuaria y agroindustrial en el país”.
Pone de manifiesto su “rechazo
a las prácticas comerciales fuera de la ley como el contrabando, la importación
de productos no registrados, adulteración de productos, subfacturación,
producción de semilla ilegal, entre otras que causan daño al Estado evitándole
ingresos por recaudaciones y al agricultor con la baja del rendimiento de la
tierra por hectárea”.
“Toda persona jurídica
individual o empresarial que se dedica a este rubro, debe pagar impuestos,
facturar por venta de productos, aportar a las instituciones como el INIAF y
SENASAG que están para proteger al “Estado y a la población en su conjunto”,
señala el informe institucional.
Grupos ilegales
Añade que “en los últimos
tiempos, cada vez más empresas se
sienten afectadas técnica y comercialmente por grupos de contrabandistas y
productores ilegales de simientes cuyos responsables conforman un sistema
ilegal, peligroso y actúan en el marco de una competencia desleal”.
APIA expresa la existencia de
“mucha carga tecnológica y de propiedad intelectual en el campo de la producción legal de
semillas cuyo trabajo empresarial e
individuales debe ser respetado en función de sus derechos y garantías
constitucionales”.
“En cuanto a semillas se
refiere, defendemos el principio de la legalidad para que se importe y produzca
bajo las normas vigentes en Bolivia”, afirma APIA al advertir que “las
prácticas ilegales ponen en serio riesgo el estatus sanitario del país”.
Lucha conjunta
Para hacer frente a la
producción de semilla nacional ilegal y del contrabando, sobre todo en los
cultivos de algodón y maíz, APIA propone unificar los esfuerzos de control de
las instituciones públicas como la Aduana, el SENASAG, el INIAF y las
asociaciones de productores de semillas.
Señala que es posible “mejorar
el estatus productivo de Bolivia ampliando más el uso de semillas certificadas
que son el resultado de un proceso de investigación, inversión, cumplimiento de
las normas, pago de impuestos y
desarrollo de tecnología”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
ANBOLIVIA te invita a ser el quinto poder, opina...con respeto
DEJA TU OPINIÓN EN:
TW: @ANBOLIVIA
TW: @ANBdigital
F: https://www.facebook.com/anboliviadigital