Cerró
acceso a medios de comunicación por Internet
Infografía: ICIJ.
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LA
PAZ, BOLIVIA (ANB / Erbol).- La retórica de la lucha contra
la corrupción, la promoción de una mayor transparencia y la intención de
perseguir el enriquecimiento ilícito de las élites proclamadas por el
presidente chino, Xi Jinping, desde que accedió al cargo en marzo de 2013,
quedaron ayer en entredicho con la reacción del Gobierno a las revelaciones
periodísticas de que familiares directos de los máximos dirigentes crearon
sociedades opacas en paraísos fiscales. Entre ellos, figura el cuñado del
mandatario.
Las autoridades bloquearon en
China las ediciones digitales de medios que han participado en la investigación
—entre ellas las de EL PAÍS, Le Monde (Francia), The Guardian (Reino Unido) y
Global Mail (Australia)— al tiempo que intentaron restar credibilidad a la
información, pero sin desmentirla. La censura coincidió con el inicio, ayer,
del juicio al prominente activista Xu Zhiyong por pedir que los funcionarios
hagan públicos sus patrimonios.
“Desde el punto de vista de un
lector, la lógica del artículo es poco convincente, y no puede más que plantear
interrogantes sobre los motivos ocultos”, aseguró Qin Gang, portavoz del
Ministerio de Exteriores.
Una base de datos filtrada al
Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, en sus siglas en
inglés), y a la que ha tenido acceso EL PAÍS, demuestra que al menos 13
parientes de altos dirigentes en activo, jubilados o fallecidos —incluidos los
hijos de los ex primeros ministros Wen Jiabao y Li Peng—, así como 16 grandes empresarios
y conglomerados estatales constituyeron empresas en refugios fiscales,
principalmente en las Islas Vírgenes Británicas.
El bloqueo de las ediciones
digitales es una práctica que el Gobierno de Pekín ha empleado anteriormente
con The New York Times y la agencia de noticias Bloomberg, ambos medios
estadounidenses, por sus detalladas investigaciones sobre las fortunas ocultas
de los parientes de dirigentes chinos.
A pesar del enojo de Pekín por
la investigación, las declaraciones de Qin —el portavoz de Exteriores— parecen
dejar entrever el interés del Gobierno en separar el trigo de la paja. “Lo que
quiero puntualizar es que se demostrará que los limpios son limpios y los
sucios son sucios”, dijo. Un comentario críptico y sutil que podría indicar que
las autoridades quieren dejar clara la diferencia entre los líderes y las
posibles actividades de sus familiares, y que tienen en marcha su propia lucha
contra posibles prácticas ilegales.
Un periódico de Hong Kong
publicó el sábado pasado una carta de Wen Jiabao en la cual aseguraba que nunca
ha abusado de su poder para lograr “un beneficio personal”. Wen dejó la
jefatura de Gobierno en marzo de 2003.
Entre los príncipes —término
con el que son conocidos los hijos de los máximos líderes presentes y pasados
del Partido Comunista Chino (PCCh)— que figuran en la base de datos con
actividad en paraísos fiscales, están Deng Jiagui, cuñado de Xi, y Wen Yunsong,
el único hijo varón de Wen Jiabao. También se encuentra el prominente
empresario Ma Huateng, uno de los más ricos del país. Ma es el creador del
popular servicio de mensajería por Internet QQ.
Las sociedades en paraísos
fiscales pueden ser legales y no hay evidencias de que Xi Jinping o Wen Jiabao
estuvieran al tanto de la actividad de sus familiares. Ninguno de los dos
figura en los documentos analizados. EL PAÍS tiene soporte documental de todos
los datos publicados. Antes de la revelación, este periódico intentó recabar la
versión de las autoridades chinas, que declinaron comentar oficialmente los
datos.
Los registros de las sociedades
opacas creadas por la élite china proceden de una filtración de más de dos
millones de archivos de dos compañías gestoras, Portcullis TrustNet (Singapur)
y Commonwealth Trust Limited (Islas Vírgenes Británicas). En la base de datos,
aparecen documentos con 37.000 clientes extranjeros vinculados a China, Hong
Kong y Taiwán. De ellos, cerca de 22.000 corresponden a personas con direcciones
en China continental y la excolonia británica.
La investigación eleva la
atención mediática sobre Xi Jinping y la fortuna acumulada por su familia y
otros dirigentes, en un momento en que el presidente chino ha hecho de la lucha
contra la corrupción una bandera. Las quejas y sospechas sobre la riqueza de la
nobleza roja están extendidas entre la población, pero los detalles sobre sus
actividades, especialmente de quienes están en los niveles más altos del PCCh,
permanecen ocultos. Ello explica el bloqueo en Internet que sufre la prensa
extranjera cada vez que informa sobre este asunto.
Las búsquedas con las palabras
offshore (término relacionado con paraíso fiscal) y princeling (príncipe) en
Weibo —servicio similar a Twitter— bloqueaban ayer la página correspondiente,
según Reuters.
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