Juicio político en Brasil:
ESPAÑA (ANB / Fuente: El
Clarín) .- “Las contrariedades son una
cosa superada”. Con esa declaración, realizada ayer en Porto Alegre, el
vicepresidente brasileño Michel Temer dio por terminados los últimos escarceos
con la jefa de Estado, Dilma Rousseff. Todo había empezado hace unos días
cuando este líder político del cogobernante Partido del Movimiento Democrático
Brasileño le envió a la presidenta una carta donde se quejaba de que ella
“nunca confió en mí. Ni tampoco en el PMDB”.
La publicidad de la misiva fue leída en aquel momento por
los ministros de Rousseff como una “ruptura golpista”.
Para ellos, Temer hacía explícito un plan de favorecer el
juicio político contra la presidenta con el supuesto interés de hacerse del
poder.
Pero el vice, para arreglar el desaguisado que había
provocado su mensaje, accedió a reunirse con Rousseff el miércoles por la
noche.
Luego de esa cita aclaró que el tono de lo que había escrito
“mostró que era totalmente personal”. El político sostuvo ayer que, de ahora en
adelante, “es preciso restablecer en Brasil un clima de optimismo”.
Con el recrudecimiento de las tensiones políticas, en las
que estos roces tuvieron un papel central, sectores del poder financiero y
productivo de Brasil empezaron a temer que la aguda recesión que vive el país
se prolongue por dos o tres años.
El grito de alerta lo dio nada menos que la agencia de
calificación de deuda Moody´s cuando señaló hace dos días que la involución del
PBI (con una caída de entre 3 y 4% en 2015) podría continuar en 2016.
Y advirtió que eso colocaba al país al borde de una rebaja
de la nota de riesgo que provocaría la huida de las inversiones extranjeras.
En línea con Moody´s, el ministro de Hacienda, Joaquim Levy,
señalaba ayer: “El rebajamiento (de la nota de riesgo) refleja una realidad. Si
uno no se une y no se organiza, los resultados serán cada vez peores”.
Claramente expresó que todo el proceso declinante de la
economía brasileña “es influido por circunstancias externas, con más precisión:
por la política”.
El CEO del banco Bradesco, Luis Carlos Trabuco, se mostró
preocupado. El informe de Moody´s, dijo, “es una fotografía desagradable” y
podrá aumentar el costo de hacer negocios en el país:
“Refinanciar las deudas será más difícil y eso irá a incidir
negativamente sobre las inversiones en infraestructura, donde hay una inmensa
necesidad de avanzar”.
El funcionario no solo habló; también hizo publicar una nota
oficial donde asegura que “está comprometido a atacar todos los problemas”.
Pero antes, insistió, “será preciso subsanar las
dificultades que proceden del ambiente político y que perjudican la capacidad
del gobierno en implantar medidas que lleven a resultados fiscales
consistentes”.
Ayer, había más interrogantes que certezas sobre los nuevos
capítulos del juicio contra la presidenta Rousseff.
Mientras el día anterior todo parecía apuntar a la eventual
derrota de la gobernante en la Cámara Baja que la debe juzgar, el viento sopló
en otra dirección con el cambio de humor en la relación con su vice, a quienes
muchos creen ver como el capitán en las sombras del proceso de alejamiento de
Rousseff.
Temer es además presidente del PMDB, con lo cual su vuelco
formal hacia solidificar la relación con Dilma, tiene una importancia central.
Este partido tiene el bloque mayoritario en Diputados y en
el Senado, de modo que si se alinea atrás de la gobernante el “impeachment” se
vuelve altamente improbable. Con todo, el dólar volvió ayer a trepar y retornó
a valores del peor momento de la crisis política en octubre. Ayer se cotizaba a
3,8 reales e iba en ascenso.
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