“No les gusta que hagamos ver sus
contradicciones”, dicen
LA PAZ, BOLIVIA (ANB / Erbol).- Los
representantes de las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) CEDLA
(Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario) y CEJIS (Centro de
Estudios Jurídicos e Investigación Social), Carlos Arce y Hernán Ávila,
respectivamente, denunciaron hoy persecución y ataques por parte del gobierno
nacional por las labores que realizan, y temen que sus instituciones sean
cerradas al igual como ocurrió con la organización Ibis Dinamarca.
“Nos vimos perseguidos cuando se dieron las marchas
indígenas, fuimos atacados de manera directa, hay unos spot que sacan falseando
la verdad y mintiendo a la población y que todavía en este momento lo están
repitiendo en Trinidad”, señaló Ávila a Erbol. Del mismo modo Arce manifestó
que “es probable (que nos quieran cerrar) porque ya no hay límites, ya no hay
escrúpulos en el gobierno para atacar, para impedir a todas aquellas voces
disidentes que están planteando el verdadero carácter de su política”.
Ambos representantes señalaron que los principios de sus
organizaciones no cambiaron en ningún momento y que continúan igual desde antes
que el Movimiento Al Socialismo (MAS) llegue al poder.
Carlos Arce, investigador del CEDLA, sostuvo que el
discurso del gobierno cambió de manera opuesta a lo que manifestaban en un
principio con el tema de la plurinacionalidad y las autonomías indígenas,
vendiendo una imagen que en la actualidad no practican, y temen que gente que
investiga, y apoya a esos sectores sociales, “les haga ver la realidad”.
“Temen a la gente que investiga, que les pueda hacer
descubrir esa realidad, es eso lo que temen y por eso actúan así, y cuando hay
un gobierno asustado y temeroso de perder esa seducción ante esa masa de
trabajadores, actúa torpemente y actúa dando manotazos, e incluso volteando el
plato que les dio de comer”, manifestó.
Del mismo modo, el director del CEJIS expresó que
antes con el trabajo que realizaban afectaban de manera negativa a los grupos
vinculados al manejo del poder y de la economía, pero ahora “parece ser que con
el mismo trabajo que desarrollamos estamos afectando a aquellos sectores que
están vinculados a prácticas antidemocráticas, de acumulación del poder en
desmedro de una mayoría poblacional”.
Como manifestación de ello, agregó, “la gente con
quien caminamos juntos en algún momento ahora se ponen al frente de nosotros y
se vinculan con quienes antes quemaron nuestras oficinas, como ocurrió en
2008”.
“Resulta que esta gente vinculada a toma de
instituciones ahora trabajan en espacios públicos de este gobierno. Entonces
para nosotros estuvo claro desde el 2009 que el proyecto en el cual habíamos
trabajado desde las esferas del gobierno estaba distorsionándose, y eso se
marca con lo que ocurrió en la VIII y XIX marcha del TIPNIS, y ahora más claro
con lo que ha pasado con el CONAMAQ (Consejo Nacional de Ayllus y Markas del
Qullasuyu)”, apuntó.
El investigador del CEDLA agregó que “lo que el
gobierno puede calificar como ilegal es lo que puede hacer debilitar su falsa
imagen creada por ellos mismos de ser un gobierno para indígenas”.
“Cuando este gobierno que subió con ese discurso
atenta contra esos derechos y reaccionan estos sectores, el gobierno teme, y
ahí lo que antes era bueno, ahora es malo, lo que antes era apoyo (de las ONG)
para fortalecer este programa hoy se convierte en conspiración imperialista,
derechista”, señaló.
Agregó que las organizaciones que apoyaban a esos
movimientos no han cambiado, “los que han cambiado son los que están en el
gobierno”.
“Ellos abandonaron esas ideas o tal vez nunca creyeron
en ellas, pero están haciendo todo lo contrario, y a gente que de alguna manera
mantiene una lealtad con esas ideas y con estas organizaciones sociales ahora
es tildada de conspiradora, de proimperialista, derechista”, dijo.
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