El Anata en el área rural de La Paz (ANBOLIVIA). |
EL ALTO, BOLIVIA (ANB).- Provincia
Gualberto Villarroel La Paz markanxa markachirinakaxa qallantapxiwa k´illpt´aña
jach´a uka kipkaraki jisk´a uywanaka ukhamata miratatäskañapataki taqi
chuymanpi. Ukatxa sarapxarakiwa chayawt´iri ali taypinakaruxa, yaqhipanakasti iraqt´apxiwa
llullu ch´uqinaka.
En la provincia Gualberto Villarroel del departamento de La Paz, el
carnaval empieza a partir del domingo con la compra de las lujmas, el durazno,
los lirios, los confites de color y las serpentinas en la feria de la
comunidad.
El periodista de la Agencia de Noticias de Bolivia (ANB) recogió el
testimonio de la señora Martha Morales quien es oriunda de la comunidad de
Papel Pampa de la provincia Gualberto Villarroel.
El Jisk´a Anata
Morales cuenta que el lunes se da inicio a la Jisk´a Anata (palabra Aymara que
significa el agradecimiento a la Madre Tierra por los animales pequeños).
Durante la mañana las ovejas deben ser bien alimentadas con lo mejor de la alfa
alfa, la cebada y la sal. Luego la familia sacrifica un cordero para el
almuerzo de ese día.
Al medio del lunes se da comienzo a la fiesta del Jisk´a Anata con la iza
simbólica de dos banderas blancas al frente de la casa de cada familia donde el
padre y la madre preparan todos los elementos necesarios para la k´illpha; es
decir el cortado de pequeños trozos de la oreja de las ovejas como señal de marca
de pertenencia a la familia.
La bandera blanca simboliza que aún en las familias existe la felicidad y
la paz. Para Ch´allar se trae el agua de hombre estancada de los lagos ubicados
en la cima de los cerros y la mujer rocía con está las bondades dadas por la
Madre Tierra.
La familia elige del corral a los dos mejores coderos (hembra y macho) para
seguir con el rito de esta ceremonia de la k´illpha a todos los ganados menores
como las orejas. Una vez cortadas las orejas la familia inserta pequeños aretes
de colores de lana en otra parte de la oreja del ganado. El acto continúa con
el resto de las 100 ovejas que tienen las familias e incluso otras más de está
cifra.
Al finalizar la tarde todos los pequeños trozos de orejas son depositados en
un pequeño tari (palabra Aymara que significa mandil sagrado para ceremonias) que
contiene hojas de coca.
Entre tanto, el padre y la madre dan vueltas alrededor del corral de los
ganados menores mientras lanzan los membrillos, los duraznos recortados, los
confites y las serpentinas. Las mujeres rocían el trayecto con agua de maíz, el
maíz molido y las flores de colores. Los sombreros del hombre y la mujer se
adornan con lo lirios para esta ceremonia.
El Jach´a Anata
Al medio día del martes se da inicio al Jach´a Anata (Agradecimiento a la
Madre Tierra por los ganados grandes) con el entierro de los trozos de orejas
cortadas del ganado menor en medio del corral de estás acompañada de un
profundo agradecimiento a la Madre Tierra.
Luego se procede a la k´illpha del ganado mayor como las vacas y las llamas,
seguida de la ch´alla (agradecimiento a la Madre Tierra) de la casa al cual
adornan con serpentinas de colores, los confites y las frutas al son de la
música instrumental de Tarqueaka, Moseñada ó Pinquillo.
El Anata en el área rural de La Paz (ANBOLIVIA). |
El Anata continúa con el miércoles de ceniza con la visita a las cosechas de
papa. En el lugar se prepara pequeñas ofrendas con el copal, el incienso ó el
azúcar dando gracias a la Madre Tierra por la buena producción de alimentos. Posteriormente
empiezan a tocar la música con el instrumento de la Tarka, la Moseñada ó el Pinkillo
y a recorrer todo el sembradío cantando insistentemente “Chayawaya
anata…chayawaya anata…”. En el trayecto rodean con serpentina a las grandes plantas
de papa y cosechando de algunas los alimentos para el disfrute de la familia.
Según Morales, este día en la visita a los cultivos no se debe realizar el
ritual con bandas orquestales e instrumentos metálicos, porque esta no está de acuerdo
al calendario agrícola debido a que provoca más adelante una inesperada helada,
por eso en las comunidades realizan el ritual con instrumentos nativo. Señaló
que está es una tradición que poco a poco se va perdiendo y “tal vez por está razón
en varias comunidades después del carnaval sufren heladas”.
El jueves, muy temprano, desde el pequeño niño y niña hasta la abuela se
dirigen en conjunto al cantón de la comunidad por cuatro días íntegros a bailar
con la música autóctona y a espectar el baile de otras comunidades. El viernes,
el sábado y el domingo de tentación se concentran varias comunidades a espectar
y disfrutar de la anata andina.
En esos días las familias degustan de lo mejor. Las ovejas, las llamas y
las vacas se quedan esos días en el corral luego de haber sido bien alimentadas
con el alfa alfa, la cebada y otros forrajes entre el lunes y el miércoles.
El siguiente lunes varias familias, a primera hora del día retornan sanos a
sus comunidades y hogares.
El Anata en las comunidades altiplanicas se extiende hasta fines del mes de
febrero, en otras hasta la pascua debido a que incluyen el rito de la herencia
familiar de ganados de los padres hacia los hijos e hijas.
El Alto, 12 febrero de 2013 – E.CH.M.
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