Las vides llegaron al lugar hace 428 años
CAMARGO, BOLIVIA (ANB / Erbol).- Los productores de uvas, vinos y singanis del
Valle del Cinti, en el departamento de Chuquisaca, buscan revalorizar, consolidar
y posicionar su tradición vitivinícola de casi cinco siglos con la obtención
del sello de calidad de la Identificación Geográfica (IG).
La Identificación Geográfica es un signo distintivo utilizado para
productos que tiene un origen geográfico específico. La particularidad del
Cañón del Cinti confiere a las uvas, vinos y singanis una reputación única en
calidad, gustos y sabores propios, influidos por el clima, suelo, altitud,
forma de cultivo y proceso de elaboración.
Los productores de Las Carreras, Villa Abecia y Camargo, habitantes del
colorado cañón y dueños de las tierras más altas para la producción vitícola
del país –más de 2.300 m.s.n.m–, emprenden la cruzada para lograr la tan
ansiada distinción a la cabeza de la Asociación de Bodegueros de Cinti (ASOBOC)
y la Fundación Educación para el Desarrollo (FAUTAPO).
Mario Molina, presidente de ASOBOC y máximo representante del comité
impulsor de la Identificación Geográfica del Valle del Cinti destacó las
características culturales y la tradición en vinos que heredaron los
productores por casi 10 generaciones.
“Muchos productos precisan ser revalorizados y reconocidos por el país y
por el mercado nacional porque estamos más de cuatro siglos en la región con
cepas, viñedos y bodegas centenarios y esto es un legado que hemos ido
recibiendo desde tiempos pasados, de padres a hijos, y la idea es mantenerlo y
revalorizarlo”, señaló.
Agregó que la particularidad orográfica y climatológica del cañón cinteño,
con un 40 por ciento de humedad relativa y temperatura semidesértica, hace
posible que las uvas se caractericen por un “alto contenido sólido”.
“Por lo tanto no son (uvas) voluminosas y son mucho más gustosas, y por eso
está reconocida la fruta de la región de los Cintis por su calidad, y tiene que
ver con el sabor, el aroma, el color de la fruta. Tenemos casi más del 90 por
ciento de irradiación solar y eso hace muy particular la producción que hay en
el Valle de los Cintis”, explicó.
La región produce una variedad de cepas, entre las más destacadas están la
Negra Criolla o Misionera, Rosada Criolla, Moscatel de Alejandría, Cereza,
Vicchoqueña; y varietales como Cabernet Sauvignon, Torrontés, entre otros.
Entre los viñedos más destacados en la región están San Roque, Sapingo y
Hermanos Zamora, en Camargo; La Viña Grande y Cercado, en Las Carreras; y La
Caldera, en Villa Abecia.
En bodegas y viñedos tenemos a 8 Estrellas, Santa Lucía, San Remo, La
Casona de Molina, Cepas Mendocina, Kiscapampa, Cepa de Oro y Oveja Negra, en
Camargo; El Pueblo, Don Tomás, Cepas de mi Abuelo, De la Villa y Tierra Roja,
en Villa Abecia; Restaurant bodega Casa de Barro, en Las carreras.
Un poco de Historia
Las referencias históricas señalan que por 1584, misioneros, religiosos,
jesuitas, dominicos y franciscanos llegaron a tierras cinteñas y anduvieron por
esos valles, como señala el investigador Benjamín Aramayo Sivila en su libro
Singani y Vinos, Coplas e Historia.
“Buscaban las condiciones más aptas para las tres especies cultivables que
trajeron de España: el olivo, la higuera y la vid, encontrando que las tierras
cinteñas reunían bondadosamente las condiciones de suelo y clima requeridos
para su adecuado desarrollo”, se lee en la publicación.
Actualmente en la región hay 16 bodegas productoras de vinos y singanis
abastecidos por unas 60 asociaciones de productores de Uva. De las 1.700
hectáreas que tiene el cañón, 300 están dedicadas a la vitivinicultura.
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