Economía
venezolana
LA
PAZ, BOLIVIA (ANB / Erbol).- El primer año de Nicolás Maduro
al frente del gobierno de Venezuela, que se cumplió el pasado 19 de abril,
cosechó datos que no enorgullecen al chavismo: una inflación anualizada de
56,2% -la más alta de toda la era bolivariana- el imparable crecimiento de los
homicidios, o un índice de escasez del 25,3% (que refleja el desabastecimiento
de todos los productos que se ofertan en el país).
El fin de semana se sumó
otro dato a esa colección de adversidades. El Instituto Nacional de Estadística
(INE) reveló que el índice de pobreza extrema pasó de 7,1% en el segundo
semestre de 2012 a 9,8% en el mismo lapso de 2013. Esto quiere decir que
737.364 venezolanos se sumaron al grupo de quienes viven en pobreza extrema.
Ahora suman en total 2.791.292 ciudadanos en una población que apenas supera los
30 millones de habitantes, informa El País.
El chavismo se preciaba de la
disminución de esos indicadores durante la pasada década. Alentados por una
expansión del gasto público y un incremento de la factura petrolera, muchos
hogares salieron de la pobreza extrema. De acuerdo con el Censo de 2001, el
11,36% de las familias venezolanas encajaban dentro de ese indicador. Diez años
después el Censo de 2011 arrojó que apenas 6,97% de los hogares pertenecía a
ese grupo. Fue un logro que la maquinaria de propaganda oficial se encargó de
promocionar en todo el mundo, a pesar de las críticas de la oposición, que
denunciaba el cambio de método para calcular la pobreza.
Todo indica que la crisis
económica se ha ensañado con lo que menos tienen. La inflación, que el año
pasado cerró en 56,2%, fue mucho más elevada en 2013 si solo se toman en cuenta
los alimentos (73,8%). El INE afirma además que el número de hogares en pobreza
extrema aumentó de 6% a 8,8% en un año, lo que significa que 189.086 familias
más carecen de los recursos suficientes para adquirir la canasta alimentaria.
Para junio de 2013 ese indicador había superado la barrera de los dos dígitos
al ubicarse en 11,8%, un umbral que no tocaban desde el primer semestre de
2006.
El aumento de la pobreza extrema
es quizá la prueba más evidente de los problemas que afronta el gobierno para
mantener el modelo económico de Hugo Chávez. 96 de cada 100 dólares que
ingresan a las arcas nacionales por exportaciones provienen del petróleo. Las
exportaciones distintas del crudo casi han desaparecido y la actividad
económica privada se ha reducido al mínimo como consecuencia del duro control
de cambios impuesto por el Gobierno desde hace once años. A eso hay que sumar
una producción petrolera que no ha podido incrementarse de acuerdo con los
planes que tenía Petróleos de Venezuela y la gran cantidad de subsidios que
tienen postrada a la economía. El gobierno se niega a sincerar el precio del
combustible que le cuesta unos 12.000 millones de dólares anuales. Además, vende
crudo en condiciones preferenciales a los países del Caribe y paga con petróleo
los préstamos desembolsados por China para la ejecución de grandes obras de
infraestructura. Todo esto deja casi noqueado al Ejecutivo y sin flujo de
efectivo para poder sustituir con importaciones lo que el sector privado no
produce debido a la falta de incentivos. En un contexto de tan precaria oferta
los precios de los alimentos se han incrementado mucho.
Las críticas se hicieron sentir
de inmediato. El excandidato presidencial y gobernador del estado Miranda,
Henrique Capriles Radonski, utilizó su cuenta de Twitter para referirse a las
cifras publicadas por el INE, que solo se descubrieron luego de un reporte
aparecido en el diario local El Universal en su edición del sábado. “Se
aprobaron 20.000 millones de dólares a través de Cadivi (una desaparecida
oficina estatal encargada de aprobar las solicitudes de divisas a las empresas
y los particulares) que nunca ingresaron al país. ¿Dónde están los enchufados
que se los robaron?”, se preguntó. Agregó que el desfalco a la nación
representa “95% de las reservas internacionales”.
Provea, una organización
defensora de los derechos humanos, exigió explicaciones al Gobierno, que
constantemente reivindica su carácter popular con la creación de programas
sociales llamados Misiones. “La devaluación de la moneda en febrero de 2013 (de
4.30 bolívares a 6.30 bolívares por dólar), la interrupción en el suministro de
servicios básicos y la escasez de productos alimenticios y de uso personal, entre
otros, inciden sin duda en el aumento de la pobreza en el país reflejadas en el
informe presentado por el INE”, aseguraron en una nota de prensa.
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