Reportan 25
muertos y 101 heridos
MÉXICO (ANB / Erbol).- “Estaba sentado, laborando, de repente oí una
explosión, se cimbró el edificio como si temblara fuertísimo, se vino todo el
polvo hacia adentro, por mi espalda cayeron piedras, vidrios. Empezamos a ver
gente herida, gente llena de tierra, de polvo. Nos evacuaron inmediatamente”,
le dijo un testigo directo a BBC Mundo.
Horas después se tendría la dimensión brutal de lo provocado por la
explosión: al menos 25 muertos y un centenar de heridos.
Sin embargo, pasadas las cuatro de la tarde, cuando las cadenas de
televisión empezaron a suspender sus programas habituales para informar sobre
la explosión, sólo se hablaba de la evacuación del edificio, uno más del
complejo central de la empresa de Petróleos Mexicanos, la mayor compañía del
país.
De hecho, en su primer tuit sobre el tema en su cuenta oficial, la compañía
decía: “Como medida de prevención, estamos desalojando la torre Pemex en el DF
por una falla en el suministro de energía eléctrica”.
“Pensé en mis hijos”
Silvia Hernández, trabajadora de Pemex, se encontraba a las 3.55 de la
tarde en la planta baja del edificio. Muy cerca de donde ocurrió la explosión.
“Sentí mucha angustia, pensé en mis hijos”, relataría horas después.
“Era la hora de salida de los trabajadores sindicalizados. Se colapsó un
puente que tenemos. Unos compañeros quedaron enterrados ahí”.
Según su relato, la explosión ocurrió en el sótano, donde se encuentran los
estacionamientos. “En la planta baja está la contabilizadora, intendencia y
archivos. En el primer piso recursos humanos y fotocopiados”.
La evidencia de lo que Silvia Hernández veía con sus propios ojos empezó a
filtrarse poco a poco a la opinión pública.
Minutos después de su primer tuit, Pemex lanzó otro que decía: “Lo que
ocurrió fue una explosión en el edificio B2 del centro administrativo. Hay
lesionados. Hubo daños en la PB y mezannine”.
Para las 4.30 de la tarde, las principales cadenas de televisión ya
transmitían en directo los hechos.
Las tomas aéreas mostraban la planta baja desventrada, todos los ventanales
rotos, partes derrumbadas y decenas de ambulancias y vehículos de rescate.
La dimensión de lo ocurrido también la dio la llegada al lugar de los
hechos del jefe de gobierno de la ciudad, Miguel Angel Mancera, y del
secretario de Gobierno -ministro del Interior- Miguel Angel Osorio Chong.
Fue Osorio Chong quien, poco después de la seis de la tarde, dio el parte
que hizo saltar la cifra de muertos y heridos de manera exponencial. Los
fallecidos eran 14 y los heridos 80.
Cinco horas después, a las 11 de la noche, el secretario revisaría de nuevo
las cifras: en total eran 25 muertos (17 de ellos mujeres) y 101 heridos, 46 de
los cuales todavía estaban hospitalizados.
Calma
A las 8:30 de la noche, los alrededores del complejo de Pemex, situado en
la calle Marina Nacional, entre Bahía de Banderas y San Hipólito, estaban en
calma.
Piquetes de policía antimotines con escudos transparentes rodeaban el
lugar. El silencio de la noche sólo era roto por ambulancias y vehículos de
peritazgo policial que entraban y salían, o por la rápida visita del
presidente, Enrique Peña Nieto.
Un puñado de periodistas con cámaras de televisión y micrófonos observaba,
pero poco indicaba que en ese lugar se había presentado la peor explosión desde
aquella del 19 de noviembre 1984, cuando murieron más de 500 personas.
Por una extraña coincidencia, también en esa tragedia estuvo involucrada
Pemex: ocurrió en unas instalaciones de gas que la empresa compartía con
compañías privadas. Además de los centenares de muertos hubo casi mil heridos.
En la calle Marina Nacional, al lado del complejo central de Pemex, además
de a los periodistas era posible distinguir otro grupo: el de los familiares
que esperaban noticias de sus seres queridos.
Uno de ellos era Carmen Reyes, quien preguntaba por su esposo, José Eulalio
Gutiérrez.
“Estamos esperando para que me digan si está aquí o voy a buscarlo en los
hospitales. He estado marcando y marcando a su teléfono y me manda a buzón”, le
dijo a BBC Mundo.
En medio de la angustia, Carmen no recuerda a qué horas salía su esposo. O
en que sección trabajaba: “No sé en qué área se encuentra, pero de que está
aquí, está aquí”.
Peritos internacionales
A las 11.00 de la noche, en la puerta 14 del complejo de Pemex, Miguel
Ángel Osorio Chong da un nuevo parte de la tragedia.
Además de revisar las cifras de muertos y heridos, informa:
“Se están utilizando todos los recursos de las autoridades para investigar
y conocer las causas del siniestro. Esperaremos el resultado de los peritajes y
con transparencia los daremos a conocer”.
“He girado instrucciones para que las autoridades correspondientes puedan
convocar a expertos nacionales e internacionales que coadyuden en las
investigaciones. El propósito es muy claro: la investigación debe arrojar datos
precisos, confiables y contundentes para conocer el origen y las causas del
siniestro”.
Para esa hora, ya algunos periodistas preguntaban al aire, “¿frente a qué
estamos?”.
Por ahora, ni las autoridades ni los mexicanos saben la respuesta a eso ni
a qué causó la peor explosión que ha sacudido a su capital en casi tres
décadas.
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