También investigaban antecedentes de periodistas
LA PAZ, BOLIVIA (ANB / Erbol).- “La misión (de la Red de Extorsionadores) era
crear miedo”, reveló una fuente vinculada al Movimiento Al Socialismo (MAS),
después de pedir al menos unas 10 veces no publicar su nombre. “Imagínate si
dices quien soy, estoy perdido, no olvides que del caso Olorio mataron a todos
los testigos”, subrayó para acogerse al secreto de fuente e, inmediatamente,
indicó que estas personas “ponían buzos en los estrados judiciales, pinchaban
teléfonos e investigaban antecedentes de las personas a quienes querían
descalificar o extorsionar”.
Ante estas revelaciones, Erbol Digital visitó durante tres días los
estrados judiciales, donde conversó con testigos y funcionarios de esas
dependencias. “Esos abogados (Villegas, Rivera y Rodas) venían y se sentaban
aquí mirando a los jueces que trataban los casos que les interesaba a ellos, no
se movían, era como una presión psicológica”, comentó una funcionaria.
“Paseaban como Pedro por su casa, hacían tener miedo a jueces y fiscales
porque decían que eran muy poderosos y actuaban en nombre del gobierno”, señaló
otro empleado del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz y luego agregó
que “un día, recuerdo, que en un caso que llevaban adelante aparecieron varias
personas extrañas, eran buzos, cada vez hacían eso, nosotros nos dábamos cuenta
porque nos conocemos, por tanto, era fácil reconocer a esta gente que venía a
espiar”.
“Yo veía personas extrañas en los pasillos y no sabía que hacían, pensé que
eran litigantes, pero una vez (uno de los abogados) me encararon asegurando con
quiénes me había reunido ese día, quiénes habían venido a visitarme y luego me
preguntaron por qué habían venido esas personas”, comentó un juez que también
pidió guardar su nombre.
Paralelamente, una abogada comentó que dos jueces conversaron entre ellos
sobre sus teléfonos celulares intervenidos. “Seguro que nuestros teléfonos
estaban pinchados porque pasaban cosas raras”, complementó otro funcionario
judicial.
Antecedentes y periodistas
“¿Recuerdas cuando convocaron a una declaración al periodista José Pomacusi
de Santa Cruz en el caso Terrorismo? ¿Quién crees que decidió esa convocatoria?
¿Por qué?”, preguntó la fuente del Movimiento Al Socialismo (MAS) y añadió:
“ahí está la forma de meter miedo en la gente, particularmente periodistas”.
“Creo que abusaron de la buena fe de nuestro compañero Presidente, él no
sabe nada, pero estas personas investigaban antecedentes de personas que ellos
creían peligrosas para el proceso de cambio, lo hacía para "llunkearse"
con las autoridades y demostrar que son soldados del proceso de cambio”, dijo.
“Entre los investigados estaban y están políticos, empresarios y
periodistas, a quienes luego tenían intención de extorsionarlos o tenderles una
trampa o sembrar pruebas para sacar más dinero; era grave, hermano, los
vigilaban hasta por Facebook, donde crearon cuentas falsas o clonaron otras
para perjudicar a las personas críticas con el gobierno, les ponían “ganchos”
(mujeres buzos) para tenderles trampas a través de conversaciones bien
planificadas”, comentó y manifestó que por todas estas cosas “debieran
acusarlos por asociación delictuosa, cohecho pasivo propio y uso indebido de
influencias”.
Para graficar esta última situación, evocó el caso de los abogados del caso
Caranavi, de quienes publicaron fotos íntimas para descalificarlos y hundirlos.
“Eran capaces de todo”, añadió.
Ante tantas revelaciones, Erbol Digital acudió a una fuente oficial, quién
se limitó a decir “que todo esto está siendo investigado; creo que lo hacían
para granjearse la estima de algunas autoridades y mantenerse en sus cargos; lo
hacían de oficio y para ganarse alabanzas”.
Lo que quedó claro de estas indagaciones de Erbol Digital es que ni el ministro
de Gobierno, Carlos Romero, ni el presidente Evo Morales sabían de este caso.
“Ojalá que no presionen a Romero -quien está haciendo un gran trabajo- para que
corte las conexiones porque en esto hay algo grave: es una organización
criminal que se infiltró en Palacio a través del Ministerio de la Presidencia y
en el aparato de seguridad del Estado, el Ministerio de Gobierno”, señaló otra
fuente.
“Ellos hacían el trabajo sucio, ¿quién les ordenaba o protegía? No sé,
tenemos sospechas, tenemos que llegar hasta el final”, comentó la misma fuente
del MAS que pidió por última vez guardar su nombre en reserva al igual que las
otras personas contactadas por Erbol Digital.
Declaraciones del ministro Romero
En días pasados el ministro de Gobierno, Carlos Romero, afirmó que se
abrirá otro capítulo mucho más tenebroso en el caso Ostreicher. “Un capítulo de
la red se desarrolló la anterior semana y el otro se inicia ahora, este
capítulo posiblemente será más tenebroso y generará más terremoto que la
anterior semana”, advirtió.
Romero aseguró que el gobierno está embarcado en una gran lucha contra la
corrupción y consideró que las declaraciones de los acusados serán
esclarecedoras para establecer los vínculos de la red y sus conexiones con
miembros del Ministerio Público y del Órgano Judicial.
La autoridad advirtió también que la intención de favorecer a los
principales responsables de la red de corrupción y extorsión revela que los
miembros de esa organización mantienen intacta su capacidad de influencia y
sometimiento de la justicia.
Estas declaraciones de Romero se dieron en alusión a las decisiones del
juez Juan José Zubieta que libró de culpa y cargo al fiscal de Sustancias
Controladas de Beni, Roberto Achá, en la segunda audiencia verificada, 3 días
después que Rivera Tardío, a nombre de su acólito Denis Rodas Limachi,
convenciera a la autoridad judicial, a sola petición verbal, que los alojara en
las celdas de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) y no los
mandara al penal de Palmasola, lo que después fue revertido.
“Se toma la decisión de dejar en libertad al fiscal Achá sobre el cual
pesan acusaciones de formar parte de esta red de corrupción y extorsión, de tal
manera que se aprovechan, de repente las sombras de la noche. Luego las
decisiones del juez y el requerimiento fiscal son absolutamente laxos, primero
con los ex funcionarios del Ministerio de Gobierno (por Rivera Tardío y Rodas
Limachi) que, un poco más, y los detienen y pasan a detenerlos en el Hotel Los
Tajibos y con este fiscal que un poco más admite que su defensa puede hacerse
desde (el balneario dominicano de) Punta Cana, para ir un extremo en sentido
figurado, pero no nos gusta estas decisiones de la autoridad judicial, nos llaman
a la reflexión y creo que tenemos que ser mucho más vigilantes”, sostuvo el
Ministro.
Romero se refirió también a la imputación del Ministerio Público, dijo que
desde un inicio su despacho denunció a los involucrados en la red de extorsión
como una organización criminal; sin embargo, la comisión de fiscales, asigna al
caso, los acusa de extorsión y asociación delictuosa, figuras penales
sancionadas con 2 a 6 años y 1 a 3 años de presidio, respectivamente.
Según algunos abogados que se contactaron con Erbol, las personas detenidas
en la cárcel de Palmasola debieron ser imputadas por los delitos de cohecho
pasivo propio y uso indebido de influencias (artículos 145 y 146 del Código
Penal); además, aclararon que la legislación boliviana permite el concurso de
delitos.
Hasta el momento son seis las personas detenidas por el caso de la red de
corrupción y extorsión: José Manuel Antezana Pinaya, Gustavo Dagner Céspedes,
Fernando Rivera Tardío, Denis Rodas Limachi, Ramiro Ordoñez e Isabelino Gómez
Cervero, este último exfiscal de distrito de Santa Cruz.
Infiltrados en el Gobierno
Ayer, el presidente Evo Morales dijo tener información confirmada que había
gente infiltrada en el gobierno que pretendía hacer quedar mal su gestión. Hoy,
según una publicación del periódico La Razón, Boris Villegas, exfuncionario del
Ministerio de Transparencia sería una de esas personas infiltradas.
“Tengo información confirmada. Alguna gente externa —tomen en cuenta
ministros, ministras—, de afuera, con otro mandato se infiltran para hacer
quedar mal al Gobierno y para desprestigiar al Presidente; es otra forma de
hacer una campaña sucia contra el Presidente, contra el Gobierno y este
proceso”, indicó Morales durante el acto en el que posesionó al coronel Alberto
Aracena como comandante de la Policía.
La figura delictiva en la que incurrieron los presuntos infiltrados de los
que habla el presidente Morales, de acuerdo al artículo 111 del Código Penal,
es el espionaje, mismo que está sancionado con 30 años de reclusión sin derecho
a indulto.
“El que procurare documentos, objetos o informaciones secretos de orden
político o militar relativos a la seguridad. a los medios de defensa o a las
relaciones exteriores, con fines de espionaje en favor de otros países en
tiempo de paz, que pongan en peligro la seguridad del Estado, incurrirá en la
pena de treinta años de presidio sin derecho a indulto”, indica el mencionado
artículo.
La Paz, 7 diciembre 2012
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