Detienen a “Gallo”, un pez gordo del narcotráfico
ARGENTINA (ANB / Erbol).- El narcotraficante argentino, Claudio “Gallo”
Andrada, detenido en las últimas horas con 583 kilos de cocaína, en Sinsacate
(Córdoba), trasladaba droga desde Bolivia a Europa, en avionetas con pasajeros
fantasmas que partían “desde la región de Santa Cruz de la Sierra, en la zona
del Chapare (sic)”, según el periódico El Liberal.
En una nota periodística de este domingo, el medio impreso del Santiago del
Estero señala que el narco utilizó también los aeropuertos de Santa Ana del
Yacuma y Trinidad en el Beni para llevar la mercadería a las salinas, en los
límites de Santiago, Córdoba y Catamarca, en el sector de la ruta 157.
“Para los investigadores, el ‘Gallo’ reinaba en una ruta perfectamente
detectable, desde la mera tecnología terrestre, aérea, o bien ya en punta
satelital. Todos los meses, los colaboradores (soldados) del friense solían
contratar naves teóricamente para transportes de pasajeros. De hecho, en más de
una ocasión aparecieron listas de pasajeros ‘fantasmas’. Las avionetas
habitualmente partían desde la región de Santa Cruz de la Sierra, en la zona
del Chapare (Bolivia) (sic). Los aeropuertos registrados se situaban en Yacuma
(Santa Ana), también en la Santísima Trinidad”, agrega el texto.
“Con el tiempo, se sospecha que los cargamentos continuaban viaje hacia
Buenos Aires. Y, desde allí, hacia Europa, la meca de los narcos por el
altísimo valor de la droga”, señala.
¿Quién era el Gallo? En la publicación de El Liberal se identifican detalles
poco conocidos de uno de los mayores narcotraficantes argentinos de este
tiempo.
Cultor del perfil bajo, aunque selecto amante y catador del champán caro -y
las chicas de la noche- Claudio “Gallo” Andrada es considerado rostro visible
de un negocio millonario de cocaína, cuyos albores pareciesen retrotraerse a
los años 2006-2007. Seis años después, el friense acaba de ser detenido,
sospechado de ejercer la jefatura de un cargamento de 583 kilos de cocaína,
incautados en Sinsacate, Córdoba. Para los investigadores, era el cerebro de
una poderosa organización que compraba y vendía cocaína en Europa: sus
eslabones clave se sostenían en socios de Bolivia, Chile, Argentina y hasta
Venezuela.
Veamos el origen de una historia que tendría como gran protagonista, al
“Gallo”. Según los distintos informes que obran en la Justicia Federal, de
adolescente realizaba viajes fugaces a Santiago con la familia. Él hizo su vida
en Buenos Aires. Frías comienza a atraerlo luego de que su padre montó un
aserradero que primero funcionaba sobre el sector este de la ruta nacional 157;
éste, luego fue mudado hasta la colectora Dr. René Favaloro y Jujuy: allí se
situó el fuerte de los allanamientos de Gendarmería. Antes del 2006, al hombre
se lo asociaba a secuestros.
En el 2007 la policía habría empezado a visualizar movimientos de “naves
fantasmas” en el cielo choyano. Mera casualidad o causalidad, a medida que se
acrecentaba la actividad, crecía también el nivel de vida en el entorno del
“Gallo”: igualmente, con mano implacable, el sujeto digitaba todo.
“Nada de mostrar opulencias”, supo ordenarle a uno de sus subordinados que
una noche osara alardear de ser “guitudo”, léase, regocijarse de llevar dinero.
En meses, el hombre habría logrado edificar toda una organización, a la cual
iba incorporando a muchos amigos nacidos en la “Ciudad de la Amistad”.
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