Moléculas de ADN
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ESPAÑA (ANB / Tomado de Rtve.es).- El cuerpo humano produce todos los días nuevas
células para regenerar tejidos y reparar aquellos que han sufrido lesiones.
Cada vez que esto ocurre las células hacen copias de su ADN, que transmitirán a
las células hijas resultantes.
Este proceso de copia del ADN, también llamado replicación, es muy
delicado, ya que puede generar graves alteraciones en el ADN asociadas a la
transformación tumoral o el envejecimiento.
Investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO)
liderados por Juan Méndez, jefe del Grupo de Replicación de ADN, en
colaboración con Luis Blanco, del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa
(CBM-CSIC), han descubierto cómo una enzima humana, la proteína PrimPol, es
capaz de reconocer lesiones en el ADN y facilitar su reparación durante el
proceso de copia, evitando así daños irreversibles y fatales para las células y
para el organismo.
Los resultados los recoge la edición digital de la revista Nature
Structural and Molecular Biology, que son una continuación de un trabajo previo
publicado recientemente por los mismos investigadores en la revista Molecular
Cell, en el que describían la existencia y las propiedades bioquímicas de la
enzima PrimPol.
Ocho horas de copia de ADN
El ADN que reside en el núcleo de las células es el portador de los genes,
los manuales de instrucciones que dictan el funcionamiento celular. “La
estructura del ADN es muy estable, salvo en las aproximadamente ocho horas que
dura la replicación en las células humanas. Entonces se vuelve más frágil y se
puede romper”, sostiene Méndez.
Estas ocho horas son por lo tanto críticas para las células: tienen que
vigilar que la copia sea fidedigna, y en caso de que ocurran errores o existan
daños en el ADN, tienen que repararlos de la forma más eficiente posible.
Posibles roturas en el ADN
Las enzimas encargadas de sintetizar la nueva copia de ADN son las ADN
polimerasas. “Cuando una ADN polimerasa se encuentra con un obstáculo en el ADN
[por ejemplo, una alteración química introducida por la radiación ultravioleta
de la luz solar], la copia se interrumpe y se produce una parada hasta que se
repara el error. Esta interrupción puede provocar roturas en el ADN,
traslocaciones de fragmentos de unos cromosomas a otros e incluso provocar la
muerte celular o la transformación tumoral”, explica Méndez.
La investigación realizada por el CNIO y el CSIC demuestra que la enzima
PrimPol evita que el proceso de copia se interrumpa cuando hay daño: reconoce
las lesiones y las salta, de modo que serán reparadas cuando finalice la copia.
Una enzima ancestral
PrimPol en una enzima evolutivamente muy antigua, y se han encontrado
proteínas similares en las arqueobacterias, una de las primeras formas de vida
que habitaron el planeta.
“Hace millones de años las condiciones de vida eran más difíciles [alta
salinidad, temperaturas extremas, etc.], por lo que PrimPol probablemente está
adaptada a sintetizar ADN en estas condiciones que favorecen daño”, explica
Méndez, y añade que “a cambio, estas ADN polimerasas primitivas son menos
fieles que los sistemas de copia más evolucionados y pueden introducir
mutaciones”.
Los científicos adelantan que este incremento en las mutaciones podría
haber desempeñado un papel crucial en la evolución de los genomas, además de
tener un impacto sobre el envejecimiento de las células y el desarrollo del
cáncer. Identificada y caracterizada esta nueva proteína en el ser humano, los
investigadores avanzan que ya están estudiando su papel en el desarrollo de
enfermedades.
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