Nadie trabaja ahí, dicen
vecinos
Una ventana abierta, una nueva puerta y un lúgubre aspecto luce la sede del
CONAMAQ
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LA PAZ, BOLIVIA (ANB / Erbol).- Una de las ventanas del frontis de la sede del
Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (CONAMAQ) está abierta hace
varios días y por las noches las luces no se encienden al interior de esas
instalaciones, desde que el grupo de Hilarión Mamani, dirigente afín al
gobierno del presidente Evo Morales, tomó violentamente hace 22 días, con la
ayuda de la Policía, esas oficinas y expulsó a “chicotazos” a las autoridades
originarias que realizaban una vigilia de 30 días, para que el Ejecutivo les
devuelva su “casa”, contaron vecinos de la zona Sopocachi de la ciudad de La
Paz, donde se ubica la organización indígena de pueblos de tierras alta del
país.
La puerta principal de ingreso al CONAMAQ, que quedó destrozada por los
campesinos que irrumpieron la noche del 10 de diciembre de 2013 con patadas y
piedras para ingresar a la fuerza a las oficinas, fue remplazada por otra de
color azul. Sacaron y después taparon con estuco el lugar donde antes había un
timbre.
Fría, desolada y misteriosa es el aspecto que ahora tiene la “casa” que en
2007 entregó el presidente Evo Morales a los originarios del Consejo de Ayllus
y Markas. “No hay nadie adentro desde que los han votado a los otros. Nunca se
prenden las luces y esa ventana así está abierta, los policías deben saber”,
contó una joven mujer, que era vecina de los originarios, a la Agencia de
Noticias Indígenas de Erbol, pero prefirió mantener en reserva su nombre.
Otras personas relataron que de vez en cuando ven ingresar y salir a
algunas personas de las oficinas del CONAMAQ, pero no los identificaron como
mallkus porque no “vestían ponchos”.
Fuera de la sede no hay policías haciendo guardia, como pasó desde el 10 de
diciembre al 14 de enero del presente año, quienes por orden del gobierno no
permitieron el paso de los indígenas para supuestamente evitar un
enfrentamiento. La gente señaló que también son los uniformados quienes
ingresan y salden del CONAMAQ “cuando quieren” o simplemente para hacer el uso
del baño de esa organización.
“Ellos tienen la llave. Un día una policía pasó y le ha dicho a uno de
ellos ‘mi sub necesito usar el baño’ y el otro dijo que pase no más”, narró un
hombre de la tercera edad.
Grupo policial de cuidado
La tarde del martes, durante media hora no se registraba ningún movimiento
al interior del CONAMAQ. Ningún policía cuidaba la puerta y nadie respondió al
llamado de ésta.
Policías que se encontraban cerca al Hospital de Clínicas Virgen de
Copacabana aseguraron que nadie trabajaba en el CONAMAQ, desde el 14 de enero
porque habían problemas para resolver la propiedad de esas instalaciones.
Dijeron que un grupo policial se
encarga de cuidar esas instalaciones.
El mallku de la nación Qhara Qhara del departamento de Chuquisaca, Fidel
Condori, dijo que los policías son quienes pasan la noche en sus oficinas para
que ellos no tengan la oportunidad de retomar el control de esa organización.
Además aseguró que Hilaron Mamani duerme algunas veces en la sede del
CONAMAQ. “La Policía lo cuida a él, ellos (policías) se quedan para que nosotros no podamos ingresar. El Hilarión
va de un lado y otro en los vehículos que le ha entregado el gobierno”, afirmó
Condori.
La Agencia de Noticias Indígenas de Erbol intentó contactarse con Mamani,
pero sin resultados porque no contestó a su teléfono móvil. Únicamente,
Gregorio Choque del mismo bando, atendió nuestro requerimiento y aseguró que
trabajan normalmente en las oficinas del CONAMAQ.
“Pueden venir en cualquier momento, nosotros estamos todos los días
trabajando en el CONAMAQ, siempre hay alguien de turno. Estamos también
trabajando en comisiones en los suyus”, aseveró.
Desde que las autoridades originarias hicieron uso en 2007 de las oficinas del CONAMAQ, que el Primera
Mandatario les regaló, los indígenas hicieron su vida orgánica ahí, es decir,
el tiempo que duraba su gestión como miembros del Consejo de Gobierno
(directorio) -dos años- usaban las habitaciones no sólo como oficinas, sino
también como dormitorios incluso para sus hijos, a quienes no podían dejar en
sus comunidades.
La cocina también estaba instalada dentro. Las reuniones y el trabajo de
comisiones se realizaban en ese lugar, además siempre rotaban para dejar a
alguien el cuidado de la recepción. Casi nunca quedaba vacía la sede del
CONAMAQ.
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