Aniversario
de Apple
ESPAÑA (ANB / tomada de: elpais).- Difícilmente Hollywood filmará un biopic basado en su vida
como los dedicados recientemente a otros emblemáticos gurús tecnológicos, desde
Mark Zuckerberg, el fundador de Facebook, al propio Steve Jobs, su predecesor
al frente de Apple.
Y es que Tim Cook no tiene una semblanza apasionante aunque
sea el jefe ejecutivo de la empresa más grande y reconocida del mundo. Su
biografía siempre se escribirá bajo el influjo de la de Jobs, el brillante
fundador de la compañía de la manzana, al que llegaron a llamar el Miguel Ángel
del siglo XX. Desde que Cook le sucediera como consejero delegado de Apple en
2011, su gestión se ha mirado bajo la lupa deformante de las hazañas de su
antecesor, un visionario que transformó sucesivamente la forma en la que
millones de personas usan la tecnología, con artefactos prodigiosos como el
iPhone o los Mac.
No
son pocos los analistas que frente a la figura fulgurante de su predecesor,
atribuyen a Cook un papel de gris segundón, recordando que cuando ocupó su
nuevo despacho en la sede de Cupertino (California) tras el fallecimiento de
Jobs, estaba ya inventado todo lo que ha hecho de Apple la firma más valiosa
del mundo: el iPhone, el iPad, iTunes, la App Store, el iPod o los Mac. Pero
resulta difícil obviar la responsabilidad de Cook en la gestión exitosa de esa
cartera de productos y su traducción en millones de dólares para las arcas de
la compañía. Desde que tomó las riendas, ha triplicado el valor de la firma en
Bolsa hasta los 542.000 millones de euros.
Wall
Street se ha rendido a sus pies casi desde el principio. En el cuarto trimestre
de 2015, Apple registró una ganancia de 18.400 millones de dólares (16.200 millones
de euros), y batió el récord de beneficios trimestrales de una empresa, que
había conseguido ella misma el mismo periodo de 2014, cuando le arrebató el
título a la petrolera ExxonMobil. La rentabilidad que ha conseguido Cook en los
cuatro años y medio que lleva al frente de la compañía es asombrosa: Apple gana
más en tres meses que el Banco Santander, BBVA, Telefónica y Repsol juntas en
todo un año. Y cada segundo se vende en el mundo un iPhone.
Pese
a las últimas caídas, Apple vale mas que todo el Ibex
Pero
no todo es perfecto en la gestión de Cook. En el último año y medio, si bien
las ventas han seguido aumentando el ritmo de progresión ha disminuido. La
compañía ha reconocido que en 2016 podrían caer por primera vez en la historia.
Y, consecuentemente, la cotización también ha caído un 17% desde los máximos
que tocó en marzo de 2015. Las ventas del iPhone, el producto estrella de la
firma, se han estancado.
Una
brillante carrera
Timothy
Donald Cook nació el 1 de noviembre de 1960 en Robertsdale, una pequeña ciudad
de Alabama. Segundo de tres hermanos, su padre Donald era trabajador de los
astilleros, y su madre, Geraldine, ama de casa. Estudiante modelo, se graduó en
segundo lugar en su clase y se ganó una beca para la Universidad de Auburn, donde
obtuvo en 1982 una licenciatura en ingeniería industrial, y posteriormente un
MBA en la Escuela de Negocios Fuqua de la Universidad de Duke.
Su
carrera profesional comenzó en IBM en 1982, donde trabajó 12 años.
Posteriormente se unió a Intelligent Electronic y, tras un breve paso por
Compaq, Steve Jobs le fichó para trabajar en Apple en 1998. “El descubrimiento
más importante hasta ahora en mi vida fue el resultado de una sola decisión: la
de unirme a Apple”, ha dicho Cook en repetidas ocasiones.
Su impronta
se notó inmediatamente en un momento muy delicado en el que la compañía, en
pérdidas, estuvo a punto de desaparecer. Como jefe de operaciones, Cook dio la
vuelta a la gestión, obsesionado en que la corporación dejara de fabricar sus
componentes, externalizando su producción, y estableciendo una disciplina
férrea a los suministradores exteriores, no exenta de polémica como la ola de
suicidios que se vivió en 2010 en las factorías del fabricante chino Foxconn,
atribuida a los turnos extenuantes y los salarios míseros que sufrían los
trabajadores para cumplir con los pedidos del iPhone. Desde 2004, actuó en tres
periodos como consejero delegado interino para suplir las convalecencias de
Jobs, al que le habían diagnosticado un cáncer de páncreas. Por eso es injusto
excluirle de éxitos como el iPhone o el iPad.
Celoso
de su vida privada, rompió su reserva cuando admitió su homosexualidad:
"Ser gay es el mayor regalo que me ha dado Dios"
Reservado,
poco hablador, casi huidizo en sus relaciones sociales, su carácter tiene poco
que ver con la explosividad de su mentor en sus comparecencias de
ciberpredicador, cuando Jobs se enfundaba su jersey de cuello alto y se paseaba
por el escenario aclamado por los fans mientras presentaba la última novedad de
la firma.
Cook
rompió esa reserva cuando en octubre de 2014 declaró públicamente su
homosexualidad. “Aunque nunca he negado mi sexualidad, no la he reconocido
públicamente hasta ahora. Así que permítanme ser claro: estoy orgulloso de ser
gay, y considero ser gay entre los más grandes regalos que Dios me ha dado”,
afirmó en un artículo de opinión en la revista Bloomberg Businessweek.
El
jefe de Apple es adicto al trabajo y a las barritas energéticas. Pese a que
nunca alce la voz, tiene fama de exigente. Sus subordinados temen sus
interrogatorios porque siempre encuentra los puntos débiles y es capaz de
repetir la misma pregunta diez veces si no encuentra una respuesta que le
satisfaga, o de enviar correos electrónicos en plena madrugada. Un exejecutivo
de la firma contaba en la revista Fortune que siempre tenía una respuesta
preparada por si se encontraba con Jobs en el ascensor. “Pero para Cook no
tenía ninguna”, relataba, ”porque sabía que no la encontraría si me
preguntaba”.
Pese
a que sus emolumentos son multimillonarios (más de 300 millones de euros al
año), no tiene los gustos extravagantes y caros de otros ejecutivos, y suele
pasar las vacaciones en parques nacionales como los de Yosemite o Zion. Le
gusta el ejercicio, practica ciclismo y era admirador incondicional de Lance
Armstrong —llegó a imitar hasta su corte de pelo— hasta que el ciclista confesó
su historial de dopaje.
Frente
a la racanería de Jobs, Cook es conocido por su labor filantrópica. Desde que
le diagnosticaron por error una esclerosis múltiple ha impulsado una campaña
generosa de donaciones desde Apple y él mismo participa en varios programas
sociales, como ayuda a comedores comunitarios. Esa labor benéfica no le impide
ser un férreo defensor de la ingeniería tributaria que, a través de paraísos
fiscales, permite a Apple eludir el pago de impuestos en la mayor parte de los
países donde opera, incluyendo Estados Unidos, y que le han llevado a declarar
ante el Senado.
Los
accionistas le adoran: ha hecho crecer los títulos de la empresa y compensado
la caída de la cotización en el último año con el pago de un dividendo
multimillonario. Pero los fans de la firma le piden a Cook que saque de la
chistera otro artilugio que les deslumbre, más allá del iPhone 6 plus de
pantalla grande o el reloj Apple Watch, que no ha supuesto ninguna revolución,
algo que les devuelva al mundo mágico de Jobs.
En el
último trimestre, las ventas del iPhone 6 apenas aumentaron un 0,5%. A las
tabletas les ha ido aún peor. Los iPads se resintieron de una caída del 24,5% y
ni siquiera el nuevo iPad Pro hará que este segmento remonte considerablemente.
Por eso, no ha tenido más remedio que plegarse a los dictados del mercado y
sacar el iPhone SE, el primer móvil de gama media, a cambio de sacrificar
tamaño y prestaciones.
La sombra
del fundador de Apple siempre perseguirá su trayectoria y ensombrecerá sus
éxitos profesionales. Y puede que esté justificada esa comparación permanente,
porque Jobs ha sido el Mozart de la tecnología. Pero entonces, Cook es el
Salieri más listo y rentable de la historia.
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