ESPAÑA (ANB / BBC).- Es un curioso método de seducción: si el macho no
parece interesado, arrojarle una piedra puede llamar su atención.
Es una de las estrategias de las monas capuchinas en Brasil, tal como
registraron por primera vez las cámaras de la serie "Wild Brazil", una
coproducción entre la BBC y Discovery Channel.
Los documentalistas filmaron a estos monos silbadores –una subespecie de
los capuchinos– en el Parque Nacional Sierra de Capivara.
Los monos viven en un hábitat de sabana seca conocido como Caatinga, en el
noreste del país sudamericano.
Aunque su nombre común se refiere al aspecto de su pelo, su nombre
científico da un indicio del costado pasional de estos primates: Sapajus
libidinosus.
Camila Galheigo Coelho, investigadora de las universidades de Durham (Reino
Unido) y Sao Paulo (Brasil) ha pasado los últimos dos años estudiando las
interacciones sociales de los monos para su doctorado y ayudó a los
realizadores de la serie documental a revelar los secretos de la vida sexual de
los capuchinos.
Muecas, chillidos y piedras
Estos monos son conocidos por su inteligencia: son los primeros primates no
hominoides que fueron registrados utilizando herramientas.
La forma en que manipulan piedras –para abrir frutos secos, excavar e
investigar agujeros – ha fascinado a los científicos durante años y estudios
recientes se han concentrado en la habilidad de los capuchinos para dirigir y
arrojar piedras con precisión.
Tiago Falotico y Eduardo B. Ottoni, colegas de Coelho, publicaron
recientemente su descripción del novedoso lanzamiento de piedras de las hembras
de esta especie en la revista especializada digital PLOS One.
A diferencia de otras monas, las capuchinas no poseen indicadores físicos
para mostrar cuando están en su fase más fértil o favorable a la concepción.
Sin genitales hinchados de brillantes colores y sin fuertes olores para
comunicar su estado, las hembras capuchinas muestran que están listas para
aparearse a través de su comportamiento.
Para llamar la atención de los machos, hacen muecas pronunciadas, chillan o
los tocan y se alejan galantemente.
Cuando las capuchinas de la Sierra de Capivara persiguen a los machos, este
comportamiento puede intensificarse y llegar a que una hembra arroje piedras
directamente al objeto de su deseo.
Pero más que una señal de agresión, la pedrada es un cumplido.
Sólo en la Sierra de Capivara
"De la misma que los machos de otras especies de primates esperan
hasta que la hinchazón alcance su punto máximo de tamaño y enrojecimiento, los
machos capuchinos esperan a que las hembras desplieguen su comportamiento
favorable al apareamiento al completo para garantizar la cópula en la fase más
fértil", explicó Coelho.
Los biólogos han estado estudiando cómo comportamientos individuales pueden
convertirse en tradiciones más extendidas, pero Coelho aclaró que esta conducta
en particular sólo se da en el grupo de la Sierra de Capivara y es improbable
que se transmita a otros.
"Sería difícil de transferir. En los capuchinos, las hembras
permanecen con su grupo toda su vida, son los machos los que migran a otros
grupos", le dijo la investigadora a la BBC.
"Otras culturas de uso de piedras o palos tienen más oportunidades de
transmisión porque los machos migran a grupos vecinos y acaban difundiendo esos
comportamientos".
Coelho estudia ahora los datos que ha recogido para producir una "red
social" de las interacciones de los capuchinos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
ANBOLIVIA te invita a ser el quinto poder, opina...con respeto
DEJA TU OPINIÓN EN:
TW: @ANBOLIVIA
TW: @ANBdigital
F: https://www.facebook.com/anboliviadigital