SANTA CRUZ, BOLIVIA (ANB / ABI).- Los delegados de al menos 40 países reunidos en el II
Encuentro Mundial de los Movimientos Populares en Santa Cruz, al este de
Bolivia, aprobaron un decálogo en el que aseguran que un sistema que no puede
brindar tierra, techo y trabajo para todos, que socava la paz entre las
personas y amenaza la propia subsistencia de la Madre Tierra no puede seguir
rigiendo el destino del planeta.
Después de tres días de deliberación en la
ciudad de Santa Cruz, las organizaciones sociales entregaron las conclusiones
al presidente Evo Morales y al papa Francisco, con el que coincidieron en que
la problemática social y ambiental son dos caras de una misma moneda.
El "Decálogo de Santa Cruz"
establece los siguientes 10 puntos.
Las organizaciones sociales reunidas en el
Segundo Encuentro Mundial de Movimientos Populares, en Santa Cruz de la Sierra,
Bolivia, durante los días 7, 8 y 9 de julio de 2015, coincidimos con el Papa
Francisco en la que la problemática social y ambiental emergen como dos caras
de la misma moneda.
Un sistema que no puede brindar tierra,
techo y trabajo para todos, que socava la paz entre las personas y amenaza la
propia subsistencia de la Madre Tierra, no puede seguir rigiendo el destino del
planeta.
Debemos superar un modelo social, político,
económico y cultural donde el mercado y el dinero se han convertido en el eje
regulador de las relaciones humanas en todos los niveles.
Nuestro grito, el de los más postergados y marginados, obliga a
que los poderosos comprendan que así, no se puede seguir.
Los pobres del mundo se han levantadocontra
la exclusión social que sufren día a día. No queremos explotar ni ser
explotados. No queremos excluir ni ser excluidos. Queremos construir un modelo
de vida en el que la dignidad se alce por encima de todas las cosas.
1.- Impulsar y profundizar el proceso de
cambio. Reafirmamos nuestro compromiso con los procesos de cambio de liberación
como resultado de la acción de los pueblos organizados, que desde su memoria
colectiva toman la historia en sus manos y se deciden a transformarla, para dar
vida a las esperanzas y las utopías que nos convocan a revolucionar las
estructuras más profundas de presión, dominación, colonización y explotación.
2.- Vivir Bien en armonía con la Madre
Tierra. Seguiremos luchando para defender a la Madre Tierra, promoviendo la
"ecología integral" de la que habla el Papa Francisco. Somos
fieles la filosofía ancestral del
"Vivir Bien", nuevo orden de vida que propone armonía y equilibrio en
las relaciones entre los seres humanos y entre estos y la naturaleza.
La tierra no nos pertenece, nosotros
pertenecemos a la tierra. Debemos cuidarla y labrarla en beneficio de todos.
Queremos leyes medioambientales en todos los países en función del cuidado de
los bienes comunes.
Exigimos la reparación histórica y un marco
jurídico que resguarde los derechos de los pueblos indígenas a nivel nacional e
internacional, promoviendo un diálogo sincero a fin de superar los diversos y
múltiples conflictos que atraviesan los pueblos indígenas, originarios,
campesinos y afrodescendientes.
3.- Defender el trabajo digno. Nos
comprometemos a luchar por la defensa del trabajo como derechos humanos. Por la
creación de fuentes de trabajo digno, por el diseño e implementación de
´políticas que restituyan todos los derechos laborales eliminados por el
capitalismo neoliberal, tales como los sistemas de seguridad social, de
jubilación y el derecho a la sindicalización.
Rechazamos la precarización, la
terciarización y buscamos que se supere la informalidad a través de la
inclusión, nunca con persecución ni represión.
Asimismo, levantamos la causa de los
migrantes, desplazados y refugiados. Instamos a los gobiernos de los países
ricos a que deroguen todas aquellas normas que promueven un trato
discriminatorio contra ellos y establezcan formas de regulación que eliminen el
trabajo esclavo, la trata, el tráfico de personas y la explotación infantil.
Impulsaremos formas alternativas de
economía, tanto en áreas urbanas como en zonas rurales. Queremos una economía
popular y social comunitaria que resguarde la vida de las comunidades y en la
que prevalezca la solidaridad por sobre el lucro. Para esto es necesario que
los gobiernos fortalezcan los esfuerzos que emergen de las bases sociales.
4.- Mejorar nuestros barrios y construir
viviendas dignas
Denunciamos la especulación y
mercantilización de los terrenos y los bienes urbanos. Rechazaos los desalojos
forzosos, el éxodo rural y el crecimiento de los barrios marginados. Rechazamos
cualquier tipo de persecución judicial contra quienes lucha por una casa para
su familia, porque entendemos a la vivienda como un derecho humano básico, el
cual debe ser carácter universal.
Exigimos políticas públicas participativas
que garanticen el derecho a la vivienda, a la integración urbana de los barrios
marginados y el acceso integral al hábitat para edificar hogares con seguridad
y dignidad.
5.- Defender la Madre Tierra y la soberanía
alimentaria. Promovemos la reforma agraria integral para distribuir la tierra
de manera justa y equitativa. Llamamos la atención de los pueblos sobre el
surgimiento de nuevas formas de acumulación y especulación de la tierra y el
territorio como mercancía, vinculadas al agro-negocio, que promueve el
monocultivo destruyendo la biodiversidad, consumiendo y contaminando el agua y
desplazando poblaciones campesinas y utilizando agro tóxicos que contaminan los
alimentos.
Reafirmamos nuestra lucha por la
eliminación definitiva del hambre, la defensa de la soberanía alimentaria y la
producción de alimentos sanos. Asimismo rechazamos enfáticamente la propiedad
privada de semillas por grandes grupos agroindustriales, así como la
introducción de productos transgénicos en sustitución de los nativos, debido a
que destruyen la reproducción de la vida y la biodiversidad, crear dependencia
alimentaria y causan efectos irreversibles sobre la salud humana y el medio
ambiente. De igual manera, reafirmamos la defensa de los conocimientos
tradicionales de los pueblos indígenas
sobre la agricultura sustentable.
6.- Construir la paz y la cultura del
encuentro. Nos comprometemos, desde la vocación pacífica de nuestros pueblos a
intensificar las acciones colectivas que garanticen la paz entre todas las
personas, pueblos, religiones, etnias y culturas.
Reafirmamos la pluralidad de nuestras
identidades culturales y tradiciones que deben convivir armónicamente sin que
unas sometan a otras. Nos levantamos en contra de la criminalización de nuestra
lucha pues están criminalizando nuestras costumbres.
Condenamos cualquier tipo de agresión
militar y nos movilizamos por el cese inmediato de todas las guerras y de las
acciones desestabilizadoras o golpes de Estado, que atentan contra la
democracia y la elección de los pueblos libres. Rechazamos el imperialismo y
las nuevas formas de colonialismo, sean militares, financieras o mediáticas. No
pronunciamos contra la impunidad de los poderosos y a favor de la libertad de
los luchadores sociales.
7.- Combatir la discriminación. Nos
comprometemos a luchar contra cualquier forma de discriminación entre los seres
humanos, sea por diferencias étnicas, color de la piel, género, origen, edad,
religión u orientación sexual. Todos nosotros, mujeres y hombres, debemos tener
los mismos derechos. Condenamos el machismo, cualquier forma de violencia
contra la mujer, en particular los feminicidios y gritamos ¡Ni una menos!
8.- Promover la libertad de expresión.
Promovemos el desarrollo de medios de comunicación alternativos, populares y
comunitarios, frente al avance de los monopolios mediáticos que ocultan la
verdad. El acceso a la información y la libertad de expresión son derechos de
los pueblos y fundamento de cualquier sociedad que se pretenda democrática,
libre y soberana.
La protesta es también una legítima forma
de expresión popular. Es un derecho y quienes lo ejercemos no debemos ser
perseguidos por ello.
9.- Poner la ciencia y tecnología al
servicio de los pueblos
Nos comprometemos a luchar para que la
ciencia y el conocimiento sean utilizados al servicio del bienestar de los
pueblos, Ciencia y conocimiento son conquistas de toda la humanidad y no pueden
estar al servicio de la ganancia, explotación, manipulación o acumulación de
riquezas por parte de algunos grupos. Persuadimos a que las universidades se
llenen de pueblo y sus conocimientos estén orientados a resolver los problemas
estructurales más que a generar riquezas para las grandes corporaciones. A
denunciar y controlar a las multinacionales farmacéuticas que por un lado
lucran con la expropiación de conocimientos milenarios que los pueblos
originarios, y ´por el otro, especulan y generan ganancias con la salud de millones
de personas, poniendo el negocio por delante de la vida.
10.- Rechazamos el consumismo y defendemos
la solidaridad como proyecto de vida. Defendemos la solidaridad como proyecto
de vida personal y colectiva. Nos comprometemos a luchar contra el
individualismo, la ambición, la envidia y la codicia que anidan en nuestras
sociedades y muchas veces en nosotros mismos. Trabajaremos incansablemente para
erradicar el consumismo y la cultura del descarte.
Seguiremos trabajando por construir puentes
entre los pueblos, que nos permitan derribar los muros de la exclusión y de la
explotación.
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