SANTA CRUZ, BOLIVIA (ANB / ABI).- El ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, explicó
el jueves que el crucifijo sobre la hoz y el martillo que le regaló el
presidente Evo Morales al papa Francisco, es una réplica de una imagen tallada
por el padre jesuita Luis Espinal, que representa que el comunismo y la Iglesia
son compatibles.
"Primero el presidente Evo Morales le
regaló al Papa una réplica de un tallado en madera, que en algún momento había
sido labrado por Luis Espinal. (...) Aquí hay un ensamble armónico de estos
tres símbolos, que en definitiva lo que planteaba Luis Espinal es que son
absolutamente compatibles", señaló.
En un contacto telefónico con la Red Patria
Nueva, Quintana subrayó que la imagen que fue labrada por Luis Espinal representa
"que no es incompatible esta relación" entre la Iglesia y el
comunismo, más por el contrario ambos son "compatibles y armónicos".
"La relación que existe en la cruz,
que es el símbolo de la Iglesia, de alguna manera, el martillo y la hoz, el martillo
es un símbolo del mundo obrero, de los trabajadores obreros y la hoz es el
símbolo de los agricultores, de quienes producen alimento", puntualizó.
Quintana recordó que ambas filosofías, la
cristiana y el comunismo, son compatibles, pero que la relación entre ambos se
vio truncada a través, precisamente de los medios de comunicación, durante la
Guerra Fría.
"Fue satanizar el comunismo como un
adversario irreconciliable con la propia Iglesia. Esto era parte de la guerra
entre el occidente y digamos, como el mundo católico, el mundo cristiano y la
Unión Soviética", complementó.
A su juicio, "no había nada más
absurdo" que iniciar una guerra ideológica entre el cristianismo y el
comunismo, ya que ambos eran parte de la sociedad.
"Luis Espinal, un hombre tan
inteligente, reflexivo y fundamentalmente un gran pastor social, (...) lo que
trataba de explicar es que no hay incompatibilidad entre esta Iglesia de los
pobres, justamente que plantea el papa Francisco, esta Iglesia de los obreros,
esta Iglesia de los campesinos, de los pueblos indígenas", agregó.
El sacerdote jesuita Luis Espinal Camps fue
un religioso que llegó desde Barcelona a principios de los años 70 para
dedicarse al cine, al periodismo y, en el proceso, denunciar los abusos de
gobiernos militares que se turnaban el poder en aquellos años y causa por la
que fue asesinado por la dictadura en marzo de 1980.
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