"Tenía problemas mentales"
EEUU (ANB / Tomado de BBC).- Como en cualquier tiroteo de los que han copado
las portadas de los medios estadounidenses en los últimos años, cuando se
producen matanzas como la de este lunes en Washington en la que perdieron la
vida al menos 13 personas, siempre se busca saber quién es el sospechoso y qué
motivó su ataque.
En este caso, la policía sólo tardó unas horas en dar el nombre del hombre
que presuntamente abrió fuego en el interior de una base naval de la Marina de
EE.UU. en la capital: Aaron Alexis.
Enseguida llegaron sus primeras imágenes y se pudo empezar a trazar un
perfil del supuesto atacante.
De 34 años y originario de Nueva York, Alexis fue reservista a tiempo
completo desde 2007 hasta que abandonó el ejército en 2011 y que había tenido
al menos dos encuentros previos con la policía por incidentes con armas.
También han surgido informes de que el exreservista había recibido
tratamiento por enfermedades mentales graves.
Según la agencia de noticias AP, el sujeto fue tratado por paranoia, oir
voces y problemas para dormir.
Pero además de lo que se sabe, también empiezan a surgir las versiones de
quienes conocían al sospechoso que indican que en los últimos tiempos trabajaba
en un restaurante tailandés, frecuentaba un templo budista e incluso había
viajado a Asia. Pero lo que predominan sobre todo en este tipo de casos son las
incógnitas.
Lo que se sabe
Aaron Alexis nació en el barrio neoyorquino de Queens en 1979. Se alistó en
el ejército como reservista el 5 de mayo de 2007 y dejó la institución el 31 de
enero de 2011 como suboficial de tercera clase por motivos que por el momento
se desconocen.
Allí, Alexis fue contratista de la Armada en el área de tecnología de la
información, según le dijo el secretario de la Armada, Ray Mabus, a la cadena
de noticias CNN.
Concretamente, Alexis trabajaba para The Experts, una empresa subcontratada
de la compañía HP para Enterprise Services, donde actualizaba "los equipos
de la red interna de la Marina estadounidense", explicó HP en un
comunicado en el que dijo que la empresa colaborará con las autoridades
entregando toda la información del exempleado que se les solicite.
En los últimos años en el ejército, sirvió en la base militar de Fort
Worth, en Texas, donde vivía en la actualidad.
También se ha sabido que, por sus años de servicio en el ejército, fue
distinguido con la medalla Nacional de Servicios de Defensa y con la medalla de
la Guerra Global contra el Terrorismo.
Pero no todo fueron medallas para Alexis, cuyo nombre también está en los
registros públicos por dos episodios de uso de armas.
El último, en septiembre de 2010, se produjo en Fort Worth donde fue
investigado por disparar al techo del apartamento en el que vivía. La vecina de
arriba, con la que Alexis tenía una disputa porque consideraba que era muy
ruidosa, llamó a la policía.
Pero, en aquella ocasión, argumentó que fue un disparo involuntrario
mientras limpiaba el arma y las autoridades aceptaron que fue un accidente,
según el informe policial.
También han surgido informaciones policiales previas de Alexis desde
Seattle, en el estado de Washington, donde supuestamente vivió entre 2004 y 2005.
Un informe emitido por la policía de esa ciudad en 2004 habla de un arresto por
disparar a las ruedas del vehículo de los trabajadores de una obra.
Entonces, Alexis les dijo a los agentes que se había dejado llevar por la
ira porque sentía que los trabajadores de la obra se habían reído de él aquella
mañana.
En aquel momento, según el informe policial, Alexis le confesó que
"los trágicos eventos del 11 de septiembre" le habían afectado.
Lo que dicen quienes lo conocen
Quienes compartieron los últimos años de vida con Alexis en Fort Worth lo
recuerdan como una persona tranquila que trabajaba ocasionalmente en un
restaurante tailandés, acudía a un templo budista y había viajado a Asia y a la
que no veían capaz de cometer el ataque.
El dueño del restaurante Happy Bowl Thai, Nutpisit Suthamtewakul, describió
a Alexis como su "mejor amigo". "Vivió conmigo tres años",
afirmó Suthamtewakul en declaraciones a la prensa local. "No creo que haya
hecho esto. Tiene un arma, pero no creo que sea estúpido. No me parecía alguien
agresivo".
Según el dueño del restaurante en el que había trabajado en los últimos
años, Alexis dejó la Marina porque no le gustaba levantarse temprano y también
se quejó porque consideraba que no le pagaban lo suficiente.
El periódico local Fort Worth Star-Telegraph publica en su página web una
entrevista con una de sus editoras Sandy Guerra-Clide quien dice haber conocido
a Alexis en el restaurante.
Guerra-Clide lo define como "un joven dulce e inteligente que dijo que
se había mudado a Fort Worth con el ejército y decidió quedarse".
"No hablaba de armas ni de nada violento. De hecho, los recuerdos que
tengo de él eran sentado en una de las mesas en los que le estaban tratando de
enseñar tailandés. Estudiaba la lengua y había viajado a Tailandia hace unos
seis meses (...) y estuvo más de un mes", afirma.
La conexión de Alexis con la cultura oriental parecía también espiritual ya
que, según algunos de sus conocidos, frecuentaba un centro de meditación
budista dos veces a la semana.
"Ayudaba a la gente que tenía que cargar cosas pesadas", afirmó
uno de los asistentes de los monjes J. Sirun al diario The Washington Post.
"Desde fuera, se veía como alguien tranquilo, pero creo que era muy
agresivo. No le gustaba estar cerca de nadie, como un soldado que ha estado en
la guerra", recuerda.
Sin embargo, Sirun se mostró sorprendido de que Alexis sea el sospechoso
del tiroteo.
Las incógnitas
Por el momento no se sabe si el sospechoso actuó sólo y la policía dice
desconocer qué motivó su ataque y cómo consiguió acceder a un recinto de alta
seguridad como el Comando Naval de Washington D.C., en el corazón
político-administrativo del país, a poco más de kilómetro y medio del
Capitolio.
En un principio, las autoridades dijeron que buscaban a otros dos presuntos
atacantes: dos hombres, uno blanco y otro negro, de entre 40 y 50 años y
vestidos con ropa militar. Más tarde, anunciaron que encontraron a uno de los
hombres -el blanco- y que había dejado de ser sospechoso, pero explicaron que
continúan buscando al segundo sospechoso, un hombre negro de unos 40 años con
patillas canosas y ataviado con ropa verde oliva similar a un uniforme militar.
"Ninguna información es pequeña", dijo Valerie Parlave, del Buró
Federal de Investigaciones (FBI) en una conferencia de prensa en la que dijo
desconocer qué pudo motivar al hombre a disparar. "Queremos saber todo lo
que se pueda de sus movimientos recientes".
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