Inicia
gira por Brasil, Argentina, Venezuela y Cuba
BRASIL
(ANB / El País).- El presidente chino, Xi Jinping, comienza
mañana, lunes, una gira por América Latina. Su segunda visita en 13 meses —que
le llevará a Brasil, Argentina, Venezuela y Cuba— envía un mensaje decidido
sobre la importancia creciente que concede a la zona en el ámbito económico,
comercial e incluso político. Pero Xi también pasará revista a los lazos con
cuatro países que, de una manera u otra, se enfrentan a una encrucijada en la
relación bilateral.
La visita “es extremadamente
importante, no es otro viaje de rutina más. Va a incrementar los lazos entre
China y Latinoamérica”, apunta Jorge Heine, próximo embajador de Chile en
Pekín, en una teleconferencia. Los vínculos son relevantes: China es el segundo
socio comercial de la región y uno de sus principales inversores. Y Pekín mira
a la zona ya no solo como suministradora de recursos naturales, sino también
como interesante lugar de inversión en áreas como las infraestructuras, las
telecomunicaciones o incluso la banca. Un interés que empiezan a compartir
Rusia —la visita de Xi coincide con la gira paralela de Vladímir Putin por la
región—, India, Japón o Corea del Sur.
El investigador del Instituto
de América Latina de la Academia China de Ciencias Sociales (CASS), Xu
Shicheng, asegura que América Latina “tiene una importancia estratégica para
China tanto en el presente como en el futuro”.
Pero no es oro todo lo que
reluce. Países como Perú o Chile, importantes proveedores de hierro y cobre
respectivamente, ven con preocupación la ralentización de la economía china y
el posible impacto en su crecimiento. Y los cuatro países que visitará Xi “han
atravesado dificultades en la relación bilateral, a la hora de hacer progresar
la relación” con China, apunta Matt Ferchen, del centro de estudios
Carnegie-Tsinghua Center for Global Policy.
La primera etapa del viaje será
Brasil, donde además de participar en la cumbre anual de los BRICS (Brasil,
Rusia, India, China y Sudáfrica) en Fortaleza el 15 y el 16, Xi efectuará una
visita de Estado. Brasil es el país más importante para China en la región: su
intercambio comercial superó el año pasado los 90.200 millones de dólares (66.
287 millones de euros) —el más alto entre los BRICS — y ambos países comparten
objetivos de política exterior, desde la cooperación para el desarrollo hasta
la regulación financiera internacional. Pero China ve con preocupación algunas
medidas brasileñas que considera proteccionistas y Brasil quisiera ver un mayor
número de sus empresas implantarse con éxito en el país asiático.
La visita, afirma Adriana
Abdenur, de la Universidad Católica Pontificia de Río de Janeiro, servirá para
“consolidar y expandir el papel de China como principal socio comercial de
Brasil”. Está previsto que se firmen una veintena de acuerdos de cooperación,
que podrían incluir exportaciones de la firma aeronáutica Embraer a China y
mayores inversiones chinas en infraestructuras brasileñas, especialmente en
transporte.
Argentina, donde Xi llegará el
día 18, será la siguiente etapa. Un país donde el intercambio se encuentra
claramente por debajo del potencial —alcanzó los 14.800 millones de dólares el
año pasado—, Xi quiere dar un nuevo impulso a la relación y planea reconocer a
Argentina como “socio estratégico integral”, un paso más en la escala de sus
relaciones políticas. Económicamente, está previsto que se firmen, entre otros,
acuerdos de inversiones por más de 6.000 millones de dólares para construir dos
centrales hidroeléctricas y modernizar el ferrocarril Belgrano-Cargas. Cabe
esperar, asimismo, que en las conversaciones con la presidenta Cristina
Fernández de Kirchner se hable también del interés de la parte china en el
yacimiento de Vaca Muerta, que se calcula que alberga las segundas mayores
reservas de gas de esquisto, y las cuartas de petróleo, del mundo.
De todos los países de la gira,
Venezuela es el que atraviesa los problemas internos más profundos. Las
protestas callejeras han dejado al menos 42 muertos, cae el aparato productivo
y ha descendido la extracción de petróleo. Dado que se trata de uno de sus
grandes aliados políticos en la región, y un importante suministrador de crudo
al que Pekín ha entregado cerca de 60.000 millones de dólares en créditos,
China mira con atención los acontecimientos. “Las compañías chinas están
implicadas y profundamente preocupadas” sobre la situación en Venezuela,
recuerda Ferchen.
En Cuba, el tradicional aliado
de China en América Latina, Xi repasará el ritmo de las reformas económicas. Y
podría anunciar un acuerdo para el desarrollo del puerto de aguas profundas de
Mariel, lo que supondría un importante respaldo para el Gobierno de Raúl
Castro.
Además de ahondar en las
relaciones bilaterales, la gira de Xi busca también subrayar el interés de
China en aumentar los lazos no sólo económicos, sino políticos, con la región.
El principal evento para ello será una reunión con representantes de los países
de la CELAC, la Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe, durante su
visita a Brasil.
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