Río de lava en el volcán Etna. | Geo Etna |
ESPAÑA (ANB / Información de elmundo.es).- Uno de los mayores enigmas de la tectónica de placas siempre ha sido la incapacidad de elaborar una teoría que explique con exactitud qué fuerzas y circunstancias provocan ese desplazamiento. Científicos de la Institución Scripps de Oceanografía en la Universidad de California en San Diego (Estados Unidos) están más cerca de desentrañar este misterio. Analizando la capa de magma de la trinchera Mesoamericana de Nicaragua descubrieron una capa de roca fundida licuada en el manto de la Tierra que creen puede estar actuando como lubricante para este movimiento de las placas tectónicas.
Fue una serendipia de libro. "Fue totalmente inesperado", afirma Carry Key, geofísico investigador asociado en el Instituto de Geofísica y Física Planetaria del Instituto Scripps. "Fuimos a buscar una idea de cómo están interactuando con los fluidos de subducción de la placa, pero descubrimos una capa de fusión que no nos esperábamos encontrar en absoluto, era bastante sorprendente". Las implicaciones son inmensas, tal y como afirma el estudio publicado en la revista Nature, y permitirán a los geólogos comprender mejor los terremotos y las erupciones de los volcanes.
Durante décadas se ha pensado que el agua disuelta en los minerales genera un manto más dúctil que facilita los movimientos tectónicos de placas. Pero existían pocas imágenes claras y datos para confirmar o desmentir esta teoría. "Nuestros datos nos dicen que el agua no puede adaptarse a las características que estamos viendo", dijo Samer Naif, estudiante graduado de Scripps y autor principal del artículo. "La información de las nuevas imágenes confirman la idea de que es necesario que haya una cierta cantidad de material fundido en el manto superior y eso es realmente lo que está creando este comportamiento dúctil para que las placas se deslicen", agrega.
Usando tecnología avanzada de imágenes del fondo marino electromagnético de la Institución Scripps de Oceanografía, los científicos fotografiaron 25 kilómetros de la gruesa capa de roca parcialmente fundida del manto por debajo del borde de la placa tectónica de Cocos, que se mueve bajo el océano Pacífico de la costa oeste de América Central. Esta tecnología se utiliza desde el año 2000 para la detección de reservas de petróleo y gas. Pero sus implicaciones en la geología podrían salvar vidas."Con estas imágenes podremos mejorar nuestro conocimiento del rol que tienen los fluidos, tanto marinos como de roca derretida bajo la superficie, en procesos de movimiento tectónico y volcanes", afirma Bil Haq, director de la división de Ciencias del Océano de la Fundación Nacional de Ciencia.
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