LA
PAZ, BOLIVIA (ANB / ABI).- El ministro de Minería, César Navarro,
explicó en las últimas horas en detalle los procedimientos y errores jurídicos
en los que incurrió el ex presidente Carlos Mesa, cuando, incumpliendo sus
propias leyes, revertió en 2004 las concesiones que tenía la empresa Quiborax
en el Salar de Uyuni para explotar ulexita, y ocasionó un daño económico al
Estado boliviano de 57 millones de dólares, tras el fallo a favor de la firma
chilena.
"El origen de esta deuda que tiene el
Estado boliviano, lamentablemente es una mala decisión jurídica, una mala
decisión jurídica del ex Presidente de la República de Bolivia (Carlos Mesa),
que sin conocer los procedimientos que la misma norma establece, desconociendo
las figuras jurídicas, para recuperar estas áreas a favor del estado boliviano
comete aberraciones jurídicas y, lamentablemente, estas aberraciones jurídicas
le causa este daño económico al Estado boliviano", aseveró el Ministro de
Minería.
Navarro detalló que en mayo de 1986 el entonces
presidente Víctor Paz Estenssoro declaró reserva fiscal el Salar de Uyuni con
el Decreto Supremo 21260, que prohibía otorgar concesiones en un perímetro de
2.362 hectáreas al interior del Salar de Uyuni, pero en el gobierno de Hugo
Banzer Suarez y Jorge Quiroga, a solicitud del senador Gonzalo Valda, se
promulgó la Ley 1854 de abril de 1998, que redujo el perímetro a 1.344
hectáreas.
En ese sentido, explicó que usando tráfico
de influencias, el exfuncionario del Ministerio de Minería, David Moscoso, y
accionista mayoritario de la compañía Rio Grande, obtuvo las concesiones
mineras de ulexita en el delta del Rio Grande del Salar de Uyuni y,
posteriormente, fueron vendidas a la empresa chilena Quiborax.
Entonces, indicó que el Comité Cívico Potosinista
y la Federación Regional Única de Trabajadores Campesinos del Altiplano Sur,
desde 1998 hasta el 2000, se movilizaron por la reducción de la reserva fiscal
y en diciembre de 2003, en el Gobierno de Carlos Mesa, se promulga la Ley 2564
que restituye el perímetro del área fiscal donde existen yacimientos de boratos
y ulexita.
Esa ley, propia del Gobierno de Carlos
Mesa, establecía realizar al menos cinco auditorías (técnica, jurídica,
laboral, medioambiental y económica) para declarar nulas esas concesiones y
recuperarlas a favor del Estado boliviano, en un plazo de 60 días, agregó
Navarro.
"La Ley estableció un procedimiento
legal para que el Estado recupere las áreas, pero no se cumplieron los
plazos", subrayó.
No obstante, en junio de 2004, de acuerdo
a Navarro, Carlos Mesa dictó el Decreto Supremo 27589 para la caducidad o
nulidad de concesiones mediante auditorías que no se cumplieron, y se incorporó
la figura de la revocatoria, que no está contemplada en la normativa minera ni
anterior o la vigente, por lo que incumplió las propias leyes que promulgó en
su gestión.
Así, Navarro remarcó que Mesa emitió de
forma arbitraria, e incumpliendo plazos, un decreto supremo revocando las áreas
para transferirlas a la Prefectura de Potosí y dio a la empresa un plazo de 30
días para que abandone el país y entregue las áreas.
En octubre de 2005, Quiborax demanda al
Estado boliviano con base jurídica en el Decreto Supremo 27589 de junio de
2004, promulgado por Carlos Mesa, que revoca la titularidad de concesiones en
el delta del Salar de Uyuni.
"Mesa tuvo las herramientas jurídicas
para lograr revertir las concesiones pero no lo hizo y promulgó un decreto que
se usó para enjuiciar al Estado", subrayó Navarro.
El Ministro de Minería advirtió que, en la
actualidad, Mesa "utiliza el discurso para disfrazar la realidad",
pero lo cierto es que sus "aberraciones jurídicas" ocasionaron que el
Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI)
fallara a favor de Quiborax.
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