LA PAZ, BOLIVIA (ANB /
ABI).- Preocupado por su
"reputación" y al mando de una batería de procesos judiciales, entre
otros al hombre que impidió que huyera de la escena de sangre la noche del
martes al miércoles últimos, estaba el abogado William Kushner Dávalos incluso
después de escuchar de boca de la juez Cintia Delgadillo que, imputado por
femenicidio, debía ir a dar a la cárcel de San Pedro, mientras el cuerpo
destrozado de Andrea Aramayo recorría el sábado el centro de La Paz a la cabeza
de un multitudinario funeral, de esos que marcan época.
"Ya sé que me han destrozado en todos
los medios de comunicación. Van a seguir haciéndolo", dijo horas antes que
al menos 2.000 personas se mandaran a las calles de La Paz a la escolta del
ataúd de Andrea Aramayo, hasta las 3h00 del miércoles su pareja y a quien,
señalan los indicios preliminares, destrozó en el piso con su vagoneta, al
pasarla un par de veces.
"William Kushner...¡asesino!" y
"30 años de cárcel sin indulto", gritaban los dolientes, familiares,
amigos y solidarios, al paso de la carroza abordo el féretro blanco ataviado de
flores con el cadáver de Adriana Aramayo, que recorrió varios kilómetros por el
centro de La Paz.
"No me arrepiento de nada, porque no
tengo que arrepentirme de nada", remarcó William Kushner al salir del
juzgado de Delgadillo rumbo a la cárcel de San Pedro, donde pasa estos días en
un sector privilegiado, según la prensa local, adonde van los platudos.
Ese mismo día, uno y medio antes que los
huesos multifragmentados de Andrea Aramayo vayan a dar 10 metros bajo tierra
soòlo cohesionados por un cajón, Kushner expresó pena por su
"exnovia" y porque "se utilice un fallecimiento para hacer
activismo".
Hablaba del fallecimiento de su pareja hasta
ese fatídico momento en que arrancó su vagoneta con que atropelló a Andrea
Aramayo, cuyo cadáver, al examen forense, mostró tantas fracturas que más fácil
era establecer los huesos y órganos que no estaban rotos.
Según el informe al que accedió la ABI,
Andrea Aramayo, falleció por traumatismo cráneo encefálico grave complicado con
fractura de bóveda y base de cráneo asociado a una hemorragia. Además por
traumatismo cerrado de tórax grave complicado y fractura de arco costal
izquierdo asociado a contusión y laceración de pulmón izquierdo.
Lo mismo, por traumatismo cerrado de
abdomen y pelvis grave asociado a contusión muscular de cadera izquierda y
alteración de columna dorso lumbar (desvío en el eje central), señala el examen
del médico forense que se filtró a la prensa y que parece erguirse en la prueba
que dará o quitará fiabilidad a las negaciones recurrentes de Kushner, en el
introito de un proceso que abrirá el lunes y que demandará un plazo perentorio
de 6 meses para que la familia y abogados de Andrea Aramayo demuestren que el
abogado de 38 años, un as en los negocios que, como el Rey Midas convertía en
oro todo lo que tocaba, asesinó a su pareja y dejó huérfana a la hija de casi 8
años de la interfecta.
En principio se creía en otra prueba
definitiva e insobornable, las imágenes de una cámara de seguridad que,
instalada en la puerta del pub Mongos, cerca de donde Adriana Bohorquez
reconoció a su amiga del alma sólo el color de sus pantalones y hecha una masa
sanguinolenta en el piso, debía echar luz sobre el entuerto que antes de que se
abran las audiencias y la pericias judiciales ya descendió al terreno de los
testigos y sus versiones encontradas sobre cómo fue que Andrea Aramayo perdió
la vida, si en un mero accidente de tránsito, si el automóvil de Kushner le
pasó varias veces por encima o simple y llanamente si al perder el equilibrio
azotó con tal vehemencia el cuerpo contra el asfalto que se quebró enterita,
como si hubiese caído dentro de una trituradora de metal o lanzado de un
edificio de 50 plantas.
La defensa legal del abogado dueño de una
cadena de consultorios odontológicos en que se empleaba Andrea Aramayo y que
cada nada desde febrero le recordaba, según versiones de cercanos a la única
muerta de esta historia, que tenía una bien gorda billetera y, más aún desde
junio último, que convenció a Adriana Aramayo a que se fuera a vivir el amor en
la casa de aquél, afirma que la joven enamorada y alborotada por una ruptura
más quiso evitar a fuerza de brazo que su amado, a quien acompañaban 2 señoritas,
partiera en su coche para siempre y que en el intento se dio tal porrazo que se
partió la mitad y más de sus huesos y órganos.
Según Gabriel Gonzales, papá de la hija de
Andrea Aramayo, "ella me pintaba que él (Kushner) era una persona atenta,
amable, la persona ideal", más "el sábado 15 de agosto "me dijo
que la humillaba, que no podía darle la contra, si él decía que era un color no
podía ser otra cosa. Le decía a Andrea: "Anda, ve mi herencia, mi extracto
de cuenta", cosas así, se aferraba a su poder económico".
A este hombre heredero de un muy buen
billete obtenido por su padre ginecólogo y accionista de una policlínica
potente de La Paz, que todo hace presumir que creía firmemente en que el cuerpo
se reconforta como los romanos Adriano, Trajano y Calígula, con baños de su o
sus consortes, estaba prohibido discutirle.
Lo único certero de esa noche camino al
miércoles, es que cuando es que cuando Bohorquez trataba de reanimar a Andrea
Aramayo en el piso, el amigo de ambas, Arturo Fortún, acertó una buena piña en
la nariz de Kushner que intentaba alcanzar el coche que había frenado 20 metros
más abajo, cerca ya a la rotonda de la Plaza Isabel La Católica, después de, en
su propia versión, percatarse que Andrea Aramayo yacía en el piso, quién sabía
por qué.
"Yo tenía el auto parqueado detrás de
otra movilidad sobre la avenida Pedro Salazar. Yo decido adelantarme para sacar
el auto mientras las chicas (dos de sus acompañantes) me seguían por detrás.
Ellas consiguieron ingresar a mi vehículo por la puerta delantera, María y por
detrás Yazmín. Yo les grité que se apresuren ya que a sus espaldas vi salir
Andrea desesperada. Arrancó el coche; ella estaba a unos metros del vehículo y
percibí que ella empezaba a gritar, cuando nosotros estábamos a muy pocos
metros del rompemuelles de la plaza Isabel la Católica me doy cuenta que Andrea
estaba tendida tres metros atrás", dijo Kushner.
En la versión de Kushner y sus amigas
aparece, a contrapelo de lo que señalaron los testigos, entre otros Arturo
Fortún, a los que ahora se intimida con anónimos y amenaza con juicios, un
automóvil blanco que en algún momento del incidente lo rebasó, presuntamente.
Mientras la posibilidad de que las imágenes
de la cámara de seguridad aparezcan se diluye como agua entre los dedos, las
dos mujeres que secundaban esa noche a Kushner, María Reuverlta Tredemirick y
Yazmin Rencifo Ramírez, sostienen versiones coincidentes con su amistad.
Hacia las 3h00 del miércoles 19 de agosto,
supuestamente después que Kushner y Andrea Aramayo habían terminado de discutir
sus amores maltrechos con voces altisonantes, incluso, "decidimos
retirarnos (del pub) y yo entré adelante (del coche, al lado del conductor).
Yazmin entró atrás y se movilizó (la vagoneta) y avanzó en lo que escuchó a una
persona corriendo, y vimos a Andrea que trató de alcanzar la movilidad y
tropezó; no alcanzó a agarrarse, dio tres vueltas chocando su cabeza contra el
pavimento", atestiguó María Reuverlta Tredemirick.
Yazmin Rencifo Ramírez señaló, a su turno,
que "nos subimos a la movilidad para salir y pasó un auto blanco, (Andrea)
salió del boliche gritando. La chica cuando estaba por llegar a nosotros se vio
que tropezó y dio como tres vueltas y se quedó en posición fetal".
Mas, se dice, que en las llantas de la
vagoneta de Kushner habían rastros de sangre y que en la piel de la cabeza y
dorso del cadáver de Andrea Aramayo se ve claramente impresas las huellas del
neumático.
Lo cierto es que cuando Andrea ingresó
moribunda a la policlínica Del Sur, cerca del amanecer del miércoles 19 de
agosto, donde y cuando se murió pasado el mediodía, el neurocirujano que la
auscultó, junto al hermano médico de William, Luis Kushner Dávalos, dijo
resignado que la mujer tenía 1% de posibilidades de sobrevivir.
El neurocirujano le dijo a Helen Alvarez,
madre de Andrea, que "la llanta le había pasado por la cabeza".
"Eso me dijo el neurocirujano",
declaró Helen Alvarez a medios locales.
Dos canales de televisión llegaron junto
con la Policía que constató que Kushner tenía 1,5 de grado alcohólico, el tufo.
Los uniformados vieron cómo los
periodistas filmaron, dice Fortún, las
manchas de sangre en la llanta y la parte lateral del coche.
Testigos del hecho sostienen que ella fue
atropellada por la vagoneta con placa de control 4019-TIR. Propiedad de
Kushner.
La presentadora de televisión, Lorena
Herrera, fue enterada, el 18 de agosto, por la misma Andrea, mientras caminaban hacia la televisora Cadena A, que él "la zarandeo, empujó y
tiro al piso" alguna vez en los 6 meses que salieron o en los 2 meses
vivieron juntos cerca del tálamo nupcial y lejos de casarse, tanto que él la
echó en medio de dicterios el viernes 13 de agosto.
En el umbral del juicio por femenicidio a
Kushner, su familia y la de la interfecta se han trenzado en fuego epistolar
público.
"La familia de William Kuschner
Dávalos expresa su profunda consternación por el fallecimiento de la señorita
Andrea Aramayo Alvarez", dice la introducción de una solicitada pública
aparecida en recuadro en periódicos locales.
"William se encuentra en plena
disposición y sujeto a las autoridades del Ministerio Pública y del Órgano
Judicial a quienes colaborará en la investigación de los hechos hasta su total
esclarecimiento, ya que esta tragedia afecta a dos familias y es necesario que
se administre justicia con total independencia exenta de versiones que dañan y
contaminan al proceso investigativo", sostiene en el cuerpo del escrito.
"Hijita de mi vida no has fallecido,
te han asesinado, no lo ha hecho una familia, sino William Kushner Dávalos y yo
exijo justicia", repone en otro escrito publicado en redes sociales Helen
Alvarez que el sábado volvió a plantear su temor de que la bien gorda billetera
de William compre conciencias.
Helen Alvarez, familiar estos días a las
audiencias por sus ojos verdes inexpresivos como por sus ojeras profundas, se
dirigió a la que pudo ser su consuegra, la actriz jubilada de las tablas de La
Paz.
"Señora Ninón Dávalos (de Kushner). Sé
que su hijo es su bebé adorado, que ante cualquier discusión de pareja él la
llama y se queja, porque parece que usted le enseñó que los hombres siempre
tienen la razón. Me imagino que está devastada, porque no quiere que su niño
pase 30 años de su vida en la cárcel y hará y dirá lo que sea para
evitarlo", escribió Helen Alvarez, una periodista devenida hace años en
activista contra la violencia sobre las féminas.
"La mía está a mi lado en un ataúd y
en pocas horas la voy a enterrar en una tumba fría y oscura, que no quiero que
sea la tumba de la impunidad. Ya no voy a despertar a su lado y ella no volverá
a decirme, al verme abrir los ojos, "por qué no tengo ojos como los tuyos".
Yo no quiero meter a la cárcel a su niño, a su bebé, al hijo de su vida, señora
Ninón; yo quiero meter a la cárcel al asesino de mi niña, de mi bebé, de la
hija de mi vida, al asesino de la mamá una niña que después de enterarse que
ahora es huérfana me dijo que su único deseo de cumpleaños, en pocos días, será
que su mami esté ahí", señala en la lacerante epístola que Helen Alvarez
dirige a la conocida Ninón Dávalos de Kushner.
William Kushner Dávalos arriesga una
condena a 30 años de presidio sin derecho a indulto.
Mientras se escuchaban el chirrir de las
palas y paladas y mojones de tierra cubrían, abajo, el blanco ataúd en el que
ya descansa Andrea Aramayo, su madre pareció anticiparse al juicio que se
promete más público de los últimos años en La Paz.
"Nuestra venganza es ser felices, como
los 27 años que fuimos felices con Andrea", sentenció Helen Alvarez.
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