COCHABAMBA, BOLIVIA (ANB / ABI).- Uno de los seis sobrevivientes del accidente del avión de
la empresa LaMia, el técnico boliviano, Erwin Tumiri, reveló el lunes, en
Cochabamba, que el piloto de esa aeronave, Miguel Quiroga, "nunca"
alertó a la tripulación y a los pasajeros que se encontraba en estado de
emergencia.
"Nadie sabía que nos íbamos (a
estrellar). Nosotros pensamos que era un aterrizaje normal, como cualquier
otro", dijo en una conferencia de prensa, en respuesta a si tenían
conocimiento sobre lo pasaba en el avión mientras descendía, durante el vuelo.
El lunes pasado, el vuelo 933 de LaMia, se
estrelló en la región de Antioquia, Colombia, ese accidente dejó como saldo 71
muertos y seis heridos entre los que estaban jugadores y cuerpo técnico del
equipo brasileño de fútbol Chapecoense y una veintena de periodistas.
Según Tumiri, uno de los hechos irregulares
que sucedieron con anterioridad a la caída, fue que la aeronave no descendió en
Cobija, Pando, para reabastecerse de combustible en el trayecto, como era común
en otros viajes.
"Yo le dije vamos a ir hacia Cobija,
no ve. Sí, has facturado hasta Cobija, ya pues, me dijeron, y ya en el momento
de partir me dijeron que íbamos a ir hasta Colombia. Yo dije directo y ellos
dijeron sí", relató.
Asimismo, Tumiri informó que la segunda
sobreviviente boliviana, la azafata Ximena Suárez, fue la primera que se
percató de que algo estaba mal en el avión, minutos antes de su caída, porque
hubo un apagón general en el sector de pasajeros y las luces de emergencia se
encendieron antes del choque de la aeronave.
Dijo que ella fue quien le dijo que
"algo está pasando" y le pidió que se ajuste el cuerpo con un arnés
junto con el cinturón de seguridad de su asiento.
Añadió que los pasajeros estaban absortos en
charlas, con juegos de cartas o con sus teléfonos celulares, mientras las luces
de emergencia estaban encendidas.
"Luego se apagó toda la luz y en
cuestión de minutos comenzó a vibrar (el avión) y pasó directamente el impacto.
Sentí como una hojalata doblándose, sentí el golpe y ya desperté boca abajo en
una pendiente", narró.
Agregó que una vez que reaccionó se percató
que Suárez estaba cerca de él, sujeta a un arnés y cubierta con el plástico de
una tapa de inodoro, mientras lanzaba alaridos de dolor.
Explicó que corrió a auxiliarla y que tuvo
que liberar uno de los pies de la azafata, que estaba atascado en los escombros
del avión, para luego llevarla a un lugar más alto en medio de "absoluta
oscuridad", una persistente lluvia y fallecidos "regados por todas
partes".
"Cuando descansábamos ya sentí recién
como pesadez en mi cuerpo, no podía mover mis brazos. Ximena se estaba
resbalando y me decía ayúdame, ayúdame, y yo le decía ya no puedo Ximena, no
puedo, porque mi cuerpo ya no reaccionaba, ya me empezó a doler mi columna, mis
brazos, todo", aseveró.
Finalmente, Tumiri dijo que el primer grupo
de rescate llegó al lugar unos 30 minutos después del siniestro, mientras él
gritaba para guiarles, y aclaró que él nunca comentó que se salvó porque
cumplió los protocolos de seguridad en casos de accidentes aéreos.
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