ESPAÑA
(ANB / tomada de: xatakaciencia).- Según el libro bíblico
Números, a fin de que los israelitas no olvidaran los favores concedidos, se
les colocaron cintas de color azul en los mantos. Así derivó la creencia de que
el azul remediaba ciertos males y otorgaba protección. Por ello, durante siglos
se ha situado algo azul en las ropas de los bebés del sexo que siempre ha sido
más deseado: los varones.
En cuanto al rosa de las niñas,
la leyenda dice que las niñas son flores que nacen bajo los pétalos de las
rosas y asocian dichas flores con Venus, la diosa del amor. Sin embargo, aparte
de mitos y leyendas, ¿es cierto que los niños prefieren el azul y las niñas, el
rosa? ¿O solo es una imposición cultural arraigada por la tradición?
¿Innato o cultural?
En 2007, un grupo de
investigadores de la Universidad de Newcastle, solicitó a un grupo de hombres y
mujeres que escogiera entre unos rectángulos de colores. Los dos géneros
prefirieron diversos tonos de azul, pero las mujeres mostraron mayor
preferencia que los hombres por los tonos rojizos. Tal y como explica Christian
Jarret en su libro Grandes mitos del cerebro:
Los investigadores especularon
que a lo largo de la historia las mujeres se habían especializado más en la
recolección de frutas que en la caza, y que esto "respalda la preferencia
femenina por los objetos mas rojos que el entorno".
No obstante, hay otros estudios
que rechazan esta preferencia innata, como uno realizado en 2011 por Vanessa
LoBue y Judy DeLoache, que presentaron a 192 chicos y chicas de entre siete
meses y cinco años de edad varios pares de objetos pequeños de distintos
colores. A partir de los dos años de edad, las niñas prefirieron el rosa, y los
niños lo rechazaban. Pero esa tendencia no aparecía antes de los dos años de
edad, que es cuando se empieza a ser consciente del género.
De hecho, culturalmente parece
que la asociación de esos colores al sexo varón y hembra es bastante reciente.
Según investigaciones de Marco Del Giudice, de la Universidad de Turín, las
frases "azul para niños, "rosa para niñas", empezaron a aparecer
hacia 1890 y se intensificaron después de la Segunda Guerra Mundial.
¿Entonces? ¿Innato o aprendido?
Pues parece que los estudios sugieren que aprendido, a no ser que se encuentren
más evidencias que señalen lo contrario:
Entre los himba de Namibia, un
grupo étnico totalmente separado de la cultura consumista occidental, no
encontraron ningún signo de que las mujeres prefiriesen los tonos rojizos o
rosas.
Imágenes | Pixabay
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