Desde
la clandestinidad
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El actor Sean Penn y el capo mexicano Joaquín Guzmán. |
ESPAÑA (ANB / Fuente: El País-España).- Nació pobre, jamás buscó problemas y quiere morir en paz.
Con este retrato seráfico, el despiadado Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, se
quiere presentar al mundo. Y para ello ha elegido un sorprendente camino.
Tras
su fuga de una cárcel de máxima seguridad, el narco se reunió en secreto con el
actor estadounidense Sean Penn para una entrevista que este domingo publica la
revista Rolling Stone.
El
encuentro entre el líder del cártel de Sinaloa, detenido el viernes tras un
sangriento enfrentamiento con la marina mexicana, y la estrella estadounidense
se celebró en octubre, en un lugar que la publicación sólo indica que era
“montañoso y selvático”.
El
formato elegido fue una cena a la que acudió también la actriz de telenovela
Kate del Castillo, conocida por su galvánico papel en La reina del sur y que en
enero de 2012, en plena guerra contra el narco, afirmó públicamente que
confiaba más en El Chapo que en el Gobierno.
La
velada, a la que Joaquín Guzmán Loera llegó vestido con camisa de seda
estampada y pantalones negros ajustados, no fue el único contacto con Penn.
Posteriormente,
prosiguieron a través de llamadas con Blackphone (un teléfono que encripta las
comunicaciones), correos desde cuentas anónimas y un vídeo entregado por un
mensajero a la actriz, la verdadera intermediaria del encuentro. Todo ello
mientras las fuerzas de seguridad mexicanas desplegaban a miles de soldados y
policías en busca del capo fugado.
La
reunión, que devino en siete horas de conversaciones, se ajusta como un guante
a los delirantes intentos de El Chapo por poner en marcha una película sobre su
vida.
Una
pretensión que le llevó a contactar con actores y directores mientras estaba en
la clandestinidad y que, según el propio Gobierno mexicano, dio una pista clave
para localizarle y lanzar la primera operación de captura.
Aunque
todo indica que fue precisamente la entrevista con Penn la que condujo a las
fuerzas de seguridad hasta el refugio del narco en las montañas de Durango,
ninguna fuente oficial ha confirmado esta hipótesis.
Lo
que sí que reconoce el propio actor en su texto, un relato en primera persona
repleto de meandros discursivos, es que tras la cena quedaron para verse para
la entrevista formal, pero que el operativo militar que sobrevino al poco
tiempo frustró la reunión, obligando hacer las preguntas a través de terceros,
sin posibilidad de réplica y en vídeo.
En la
primera parte de la entrevista, aquella que corresponde a las charlas con el
actor, Guzmán Loera, aunque elusivo y ramplón, se quita la careta.
Si
durante años, en un ejercicio de inmenso cinismo, negó dedicarse al
narcotráfico, frente a la estrella de Hollywood admite sus negocios sucios y no
duda en jactarse del inmenso poder de su cártel, considerado el mayor del
planeta.
“No
quiero ser retratado como una monja. Suministro más heroína, metanfetamina,
cocaína y marihuana que nadie en el mundo. Tengo flotas de submarinos, aviones,
barcos y camiones”, afirma.
Tampoco
muestra arrepentimiento por su historia criminal ni las matanzas que se le
atribuyen a lo largo de tres décadas: “Mire, yo me defiendo a mí mismo, nada
más. ¿Empiezo los problemas? Nunca”.
Distinto
es el tono que emplea El Chapo en el vídeo grabado con posterioridad en
respuesta a las preguntas enviadas por Penn.
Ahí
emerge otro Guzmán Loera. Uno que evita cualquier espina y se muestra
sospechosamente humilde.
Uno
que cuenta que arrancó a trabajar a los seis años recogiendo naranjas y
vendiendo dulces y bebidas en su pueblo natal, Badiraguato, en la Sierra Madre,
y que para “sobrevivir”, a los 15 años decidió plantar y vender marihuana y
opio.
En
este punto reconoce que, sin llegar a ser adicto, consumió drogas, pero que
hace dos décadas que no toca ninguna.
“Las
drogas destruyen. Desgraciadamente donde yo crecí, no había otra forma, y sigue
sin haberla, para sobrevivir”.
-¿Cree
usted que es verdad que es responsable de los altos índices de consumo de droga
que hay en el mundo?
-No,
eso es falso, porque el día en que yo no exista, no bajará el consumo de
ninguna forma.
-Usted
vio cómo fue el final de Pablo Escobar. ¿Cómo ve sus días finales en relación
con este negocio?
-Sé
que algún día moriré. Espero que sea por causas naturales.
El
vídeo, del que se han hecho públicos apenas dos minutos, está filmado en una
granja, al aire libre.
El
canto de un gallo interrumpe sin cesar la grabación. Sentado y sin bigote, El
Chapo no se extiende en ninguna contestación.
En
ciertos momentos, incluso se le nota incómodo. Responder por sus actos nunca ha
sido su fuerte.
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