Consideran
que se estigmatizó a los transgénicos
La producción agrícola en el departamento de Santa Cruz. Foto: ERBOL. |
LA PAZ, BOLIVIA (ANB / Erbol).- Algunas autoridades de Santa Cruz, instituciones de
comercio, empresarios agropecuarios y otros se unieron para impulsar la
discusión sobre una posible ampliación del uso de la biotecnología agrícola
como una herramienta para garantizar la seguridad alimentaria en Bolivia y
buscar mayor productividad o rendimiento mediante los cultivos genéticamente
mejorados.
Esta
última semana, el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) organizó
varias actividades en el departamento de Santa Cruz, donde los interventores se
enfocaron en explicaciones que buscan eliminar los sesgos generalizados sobre
los transgénicos.
Una
de las personalidades que participó en dichos encuentros fue el presidente de
la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), Julio Roda, quien aseguró que ya tuvieron
reuniones con el Ejecutivo y supuestamente “no está en desacuerdo” en tratar
esta temática.
“Lo
ha dicho el presidente (Evo Morales) públicamente en tres oportunidades, el
vicepresidente (Álvaro García) también, (pero) lo que nos han pedido es que consensuemos
con los movimientos sociales, (aunque) sabemos que hay ONGs (Organizaciones No
Gubernamentales) que están haciendo de que se cree en la mente de los
bolivianos de que el uso de la biotecnología ocasiona malformaciones en la vida
del ser humano, cosa que no está demostrado en ninguna parte del mundo”,
sostuvo.
Aseguró
que todos los países vecinos que producen granos ya están con la biotecnología
y hasta Francia, que era el país que más se oponía en Europa, ahora hace uso de la mencionada tecnología.
Para
sustentar la necesidad que hay para aplicar esta iniciativa en el país, citó el
caso del maíz, que se fumiga varias veces en cada campaña con químicos “que sí
son cancerígenos y los países vecinos no fumigan ni una sola vez” porque hacen
uso de biotecnología.
Dijo
que esas fumigaciones representan al productor un costo adicional y ante esa
situación los sectores implicados en esta temática trabajan para tratar de
demostrar que la biotecnología bien usada no es dañina.
Pero
“sabemos que hay un proceso para poder implementarlo. En Bolivia existe una
aprobación (sólo para) la soya en biotecnología, en transgénico, y pretendemos
que se aplique en tres productos: en soya, en maíz y en algodón. En el algodón
por ejemplo (es más claro) porque no lo comemos y por ejemplo Enatex (Empresa
Pública Nacional de Textiles) compra algodón transgénico de Paraguay y Perú, el
70% de la producción de Enatex es de productos transgénicos”, declaró.
Estigmatización
de transgénicos
Luis
Alberto Alpire, secretario de Desarrollo Productivo de la Gobernación de Santa
Cruz, afirmó que se registra en Bolivia una crisis de bajos precios de los
productos y en esta coyuntura se tiene que buscar los mecanismos que impulsen
mayor productividad y rendimiento.
“El
riego es una de las alternativas pero además del riego estos cultivos
genéticamente mejorados nos permitirían alcanzar rendimiento y productividad,
para dejar de deforestar, para mantener esos servicios fundamentales que nos
otorga el bosque: agua, temperatura y oxígeno, entonces hay que replantear, hay
que poner en agenda de la mesa de discusión, mucho se ha estigmatizado a los
transgénicos, porque de hecho ya es un término que el mundo lo ha
estigmatizado”, manifestó.
Sugirió
hacer una discusión abierta con el Gobierno nacional y los movimientos
sociales, porque al final en esta época de crisis, hay la necesidad de valernos
de lo que la tecnología nos pone a disposición.
“Imagínense
estamos prácticamente sin arancel en Mercosur, entonces ¿cómo vamos a competir
con Argentina y Brasil, que ya aplican esta tecnología en varios cultivos?
entonces se hace importante poner en la mesa de discusión y creo que la
Gobernación ya está haciendo su parte, nos estamos preparando ¿Por qué no a la
liberación de variedades de cultivos genéticamente mejorados? ¿Por qué no?”,
cuestionó.
Insistió
que todos los sectores debemos sentarnos a discutir, pero ya no en el marco de
algunos sesgos que son los que han tildado a esta tecnología como algo malo
para el ser humano.
“Esos
sesgos van (en el sentido de que afectaría) en la salud, pero veamos en la mesa
de discusión algún caso que haya afectado al ser humano, planteemos,
demostrémoslo, estas son las discusiones que estamos promoviendo, por eso creo
que la Gobernación está haciendo su parte, buscando productividad con riego,
pero (también se está) preparando con la implementación o la ampliación de (un)
laboratorio de biotecnología”, declaró.
El
presidente de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo),
Reinaldo Díaz, pidió diferenciar con mayor precisión la biotecnología con
los transgénicos propiamente dichos.
“La
biotecnología como tal es muy amplio, tiene muchísimos usos, de tal manera que
nosotros estamos aplicando o vamos a empezar a aplicar para los fines de
investigación, para facilitar nuestro diagnóstico de plagas, enfermedades, para
facilitar y acelerar los procesos de mejoramiento tecnológico convencional, entonces,
hablar de biotecnología no es lo mismo que hablar de transgénicos, (aunque) a
través de ello sí se puede llegar”,
declaró.
En la
cumbre agropecuaria “Sembrando Bolivia”, que se llevó en el primer semestre de
este año, ya se trató el uso de la biotecnología, sin embargo, quedó en nada
porque el Gobierno dejó en manos de los grandes, medianos y pequeños
productores con el fin de que entren todos en consenso.
En
aquel evento se conoció que los pequeños productores, principalmente de
occidente del país, se opusieron al uso de las semillas genéticamente
modificadas.
La
mirada de una experta
María
Mercedes Roca, catedrática universitaria, microbióloga y fitopatóloga con
especialización en virología y manejo integrado de plagas, hizo una explicación
técnica de la biotecnología agrícola, pero también se mostró poco optimista en
que esta iniciativa llegue al éxito en Bolivia, porque considera que la
“campaña de desprestigio” es muy fuerte.
“Las
campañas anti biotecnología y anti transgénicos continúan, han creado un
rechazo muy arraigado, a mi me da preocupación tener que etiquetarlo de
transgénicos, porque ya está tan sesgado la idea de que el transgénico es malo
que ya sería como un sello de ‘no tome esto’ o ‘esto es contaminado y no la
coma’”, sostuvo.
Apuntó
que una tecnología es como un arma que se produce para bien o para mal.
“(Ejemplo) un machete lo puedo usar para desmalezar los cultivos o lo puedo
usar para matar una culebra que me va picar e incluso para matar a un ser
humano, entonces depende cómo usemos esta tecnología”, remarcó.
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