Un
proyecto de litio arriesgado:
Texto:
Christoph Sterz
ORURO, BOLIVIA (ANB / Erbol).- Al borde del Salar de Uyuni, el salar más grande del
planeta, se encuentra la planta piloto de litio boliviana que debe extraer los
inmensos yacimientos de litio. Por cierto, el recurso - llamado estratégico por
Evo Morales el año 2008 - puede convertirse en un prestigioso negocio
subvencionado.
”No
había caminos, no había electricidad, no había teléfono antes de la
construcción de la planta piloto. A principios del 2013 arrancó finalmente la
producción de litio. Ya somos capaces de producir carbonato de litio de acuerdo a las
exigencias del mercado. Sólo nos falta producir ahora en cantidades mayores, y
estamos en eso”.
Raúl
Martínez está parado en un galpón grande de la planta piloto de litio
boliviana, ubicada al borde del Salar de Uyuni, que con su infinita planicie
blanca es una de las mayores atracciones turísticas de Bolivia. Aquí trabajan
los empleados de la empresa estatal con maquinarias gigantes para hacer
realidad el sueño de hace mucho tiempo: la extracción del yacimiento de litio,
presuntamente, el más grande del mundo.
El
litio, ya el año 2008, fue considerado por el presidente boliviano Evo Morales
como un recurso natural estratégico. El plan fue: En base a los esfuerzos
propios, todas las fases de producción deben ser puestas en marcha en Bolivia,las
fases que van desde la evaporación de la salmuera hasta la producción de las
baterías.
Bolsas
grandes blancas llenas de carbonato de litio
En
una esquina del galpón están almacenadas las bolsas grandes blancas, llenas de
carbonato de litio, la sustancia base para la producción de las baterías para
teléfonos inteligentes (smart-phones) o autos eléctricos. El vocero de prensa
Raúl Martínez habla de la existencia de 12 toneladas de carbonato de litio que
hasta ahora se habrían producido. En realidad, se debían haber producido desde
hace tres años 40 toneladas por mes y no 12 en total. El proyecto no está
marchando tal cual se planificó originalmente.
Pero,
está en marcha; el gobierno todavía invierte más dinero. Se han presupuestado
900 Millones de dólares para la totalidad del proyecto. Bolivia decidió no sólo
construir una planta piloto sino una industria completa en el Salar muy a pesar
de que aún no se sepa cómo se procesarán las sustancias componentes dela
salmuera. Pues, existen sustancias cuya aplicación es desconocida por los
químicos e ingenieros del Estado, reconoce Oscar Mamani, uno de los empleados.
“Nuestros
residuos son sulfato de potasio e hidróxido de magnesio. Éstos deben ser
separados para contribuir a la purificación del carbonato de litio. Esas
sustancias se las elimina, pues todo tiene un fin. Pero,también estamos
investigando el posible aprovechamiento y procesamiento de esas migajas,
llegado el momento, tal vez...”
Que
alguien hable de residuos, basura, es algo que no les gusta para nada a
personas como Milton Lérida. Lérida de 63 años de edad creció en el Salar y es
uno de los grandes críticos del proyecto estatal de litio. Lérida explica su
posición gesticulando bravamente en medio del Salar.
“Para
mí, así es como actúa el gobierno, no es racional, porque se ha concentrado
sólo en el litio. Eso es como si a un humano se le hiciera crecer sólo el brazo
izquierdo mientras el derecho se quedara tal como está, se está construyendo un
monstruo. De sustancias como el boro, potasio, magnesio y sodio no se ocupa el
gobierno; es evidente que se necesita un proyecto amplio que cubra todo el
salar, caso contrario eso no es un desarrollo sustentable.”
Dinero
fácil
El
gobierno sólo quiere el dinero fácil, esa es la razón por la que está pegado al
litio, indica Lérida. Desde hace 20 años se ocupa del tema del litio.
Actualmente está impulsando la formación de una Universidad autónoma de Litio.
A principios de los años 90, Lérida, junto a sus compañeros de la región,
impidió que el litio boliviano sea extraído a un precio regalado por la firma
norteamericana Lithco.
Incluso
ahora, con la extracción del litio dirigida por los bolivianos, Milton Lérida
cree que no todos los bolivianos van a beneficiarse, sobre todo aquellos que
están involucrados directamente.
Casi
tres horas ha vibrado el bus para traspasar el Salar hasta llegar a la pequeña
ciudad polvorienta de Llica que está en la frontera con Chile, con vista al
Salar. Los habitantes deberían estar involucrados en los planes estatales. Pues
la nueva constitución, aprobada hace pocos años, prevé que, en caso de la
explotación de recursos naturales, las ciudades y comunidades involucradas sean
consultadas e integradas. Eso no sucedió en Llica, dijo el alcalde Fausto
García López y reprocha al gobierno de actuar en forma centralista.
“Nunca
fuimos consultados si queríamos tener una industria. Y algo peor, traté de
visitar la planta piloto dos veces, y las dos veces me largaron con policías.
No debía haber pisado las instalaciones, me dijeron. Pero, soy responsable de
esta zona y fui elegido democráticamente. Estamos muy preocupados. Todo eso
sucede desde hace pocos años. ¡Que será pues en unos 50 años!Es muy posible que
en un tiempo nunca más pisemos el Salar de Uyuni.”
Que
García López no fuera consultado también
tiene que ver con el conflicto de fronteras en la región. La provincia Daniel
Campos, en la que se encuentra Llica, exige todo el Salar de Uyuni. Se
fundamenta en una ley y un mapa del año 1949. En cambio, la provincia vecina
Nor Lípez utiliza para su justificación otro mapa más reciente y afirma que le
pertenece una gran parte del Salar. Ese conflicto nunca fue solucionado. Por lo
que tampoco está aclarada la pertenencia de la zona donde se construyó la
planta piloto de litio. Fausto García López opina que la instalación está en su
provincia. Sin embargo, el gobierno boliviano se inclinó a favor de la otra
provincia que, en el futuro, participaría de las ganancias de la producción del
litio. Podría suceder entonces que Llica no tenga ninguna ventaja financiera de
su recurso natural, sino todo lo contrario.
El alcalde Fausto García López ve en peligro el ingreso principal de
Llica.
“Nos
van a destruir con el proyecto. Muchos turistas vienen aquí porque quieren ver
el Salar así como siempre estaba, sin ningún cambio, sin que sea desfigurado
con alguna planta industrial. Entiendo
que el litio tiene gran futuro. Pero también tenemos que pensar en las
consecuencias negativas. Y eso nos afecta sobremanera a aquellos que vivimos
alrededor del Salar.”
Ya
ahora escasea el agua en Llica
Llica
se sustenta sobre todo con el cultivo de quinua además del turismo. Ese grano
andino crece bien ahí por los minerales que tiene el suelo. Se comercializa a
precios atractivos y es un componente importante de la cultura andina. Muy a
pesar de que la planta es robusta y poco exigente, ella necesita de todas
maneras algo de agua. Pero, ese recurso ya escasea en Llica, indica un
productor de quinua en la región.
“Cerca
de aquí hay una mina grande, allí
extraen zinc, plata y plomo. Estamos informados que la mina está
consumiendo toda nuestra reserva de agua. Ya la zona es muy seca. De ahí que
estamos muy preocupados por el establecimiento de una industria grande en la
zona.”
La
industria de litio necesitaría mensualmente, según fuentes oficiales, más de
400.000 m³ de agua. Es muy probable que para ese fin tengan que tomar las aguas
fósiles del subsuelo. Eso sería una intervención seria al sistema ecológico del
Salar, y sólo una de las posibles consecuencias para el medio ambiente.
Al
respecto, no se tienen datos claros y exactos porque el gobierno boliviano no
revela el procedimiento exacto de la obtención del litio en el futuro. Que la
explotación del salar, surgido en muchos siglos,traerá consecuencias parece
innegable. Hablando con los responsables u hojeando las memorias anuales del
proyecto la cuestión se clarifica: el medio ambiente juega un pequeño rol.
Parece ser más importante que el sueño de la industria del litio se haga
finalmente realidad en el Salar y en otros lugares de Bolivia.
El
taxista empieza a protestar cuando escucha a dónde debe conducirnos: a la
fábrica estatal piloto para baterías litio, cerca de la ciudad de potosí, al
noroeste del Salar.
“!Es
pura propaganda lo que hacen! ¡Un proyecto de prestigio! ¡Eso, aquí en Potosí,
no nos beneficia en nada!”
Se
queja el chofer y lo hace hasta llegar al lugar. La planta piloto fue
inaugurada en forma festiva hace un año
atrás por el Presidente Evo Morales. Está justo al lado de una fábrica de
estaño; una muestra de que proyectos industriales no siempre tienen resultados.
Juana
Olivares, la jefa de la planta, no se deja impresionar por los comentarios
malignos de muchos vecinos.
“El
problema es que la gente se olvida que si se quiere tener una industria futurista
primero se debe invertir, que no es ningún malgasto y que nosotros necesitamos
tiempo para la investigación y el desarrollo. Un día después de la inauguración
de la planta piloto, por ejemplo, vinieron vecinos de Potosí y nos quisieron
comprar las baterías. Va a pasar un tiempo hasta que nosotros podamos
producirlas, de ahí que estamos enfrentados a la poca comprensión.”
10.000
baterías para fines de investigación
En la
primera mitad del año se produjeron más de 10.000 baterías, todo con fines de
investigación y no para la venta.
Lo
que hacen los 20 técnicos e ingenieros en la planta, en efecto, no es ninguna
producción industrial. Juana Olivares, la jefa de la planta indica:
“Tenemos
un retraso técnico de 30 años en
Bolivia. En primer lugar tenemos que entender en detalle cómo funciona el
proceso productivo. Por esa razón, estamos haciendo todo manualmente para que
podamos comprender aquello que después las máquinas las puedan producir para
nosotros. Los chinos nos han dejado aquí casi una receta. La hemos tomado y
estamos probándola.”
La
fábrica piloto fue construida completamente por una empresa china y las
baterías son sólo ensambladas en Bolivia. Pues todos sus componentes son
importados de China. Eso se debe al hecho de que Bolivia aún no puede producir
los cátodos, que es el grado intermedio entre el carbonato de litio en el Salar
y las baterías en Potosí.Una fábrica semejante será construida en los próximos
años.
La
planta piloto aún está en sus inicios, es algo provisional, incluso después de
meses de su inauguración sin conexión a la red de distribución eléctrica, en
cambio, con un generador a base del costoso diésel. De todas maneras, el
gobierno decidió ya ahora construir una sucesora, una fábrica de baterías mucho
más grande que la actual. Hasta el año 2018 debe estar lista. Juana Olivares
indica que, después de pocos meses, pudieron sacar conclusiones sobre cómo
debiera ser construida una fábrica más adelante. Una apreciación que muchos
observadores del proyecto contradicen.
Uno
de esos observadores críticos es Juan Carlos Zuleta, quien accedió a una
entrevista en un café de La Paz, la sede de gobierno de Bolivia. El economista
y expositor experto sobre el litio tiene serias dudas sobre el éxito de los
propósitos estatales. Opina que el proyecto tiene mucho de motivación política
sin ningún fundamento económico y científico.
“A
este gobierno le encanta hacer propaganda, publicidad y shows. Esos hombres son
buenos subastadores de ilusiones. La planta piloto para baterías litio es muy
pequeña, es un laboratorio donde se ensambla las baterías con tecnología china
que no es la mejor del mundo. ¿Qué tiene que ver eso con la industrialización?”
El
gobierno boliviano impide el ingreso a las plantas
Zuleta
Calderón sigue desde el principio el proyecto de litio y obtuvo un gran
peritaje. El gobierno boliviano, sin embargo, no quiere cooperar con él,
impidió su ingreso a las plantas estatales. Zuleta Calderón, por lo tanto, sólo
pudo verla en forma incógnita. Además debe confiar en los datos del gobierno,
pero los mismos no tienen valor informativo, según su opinión.
“Los
responsables no actúan en forma transparente y no son serios. No existe un
mecanismo de control. No hay un certificado oficial que justifique la verdad de
sus declaraciones. Y como tienen poca cosa gratificante que mostrar, es difícil
confiar en sus apreciaciones.”
El
notable retraso del proyecto es, tanto para el economista Zuleta Calderón como
para otros críticos, un indicio de algo incorrecto en los responsables y que no
existe un análisis verdadero o una estrategia. El responsable del proyecto de
litio Luis Alberto Echazú refuta eso aunque acepta el rezago de los planes
originales.
“No
teníamos materia prima suficiente para procesarla. Las piscinas, que las hemos
construido, eran muy pequeñas. Estaban mal calculadas. Pero ahora estamos
produciendo más día tras día, con la planta industrial y las inmensas
piscinas que estamos construyendo, vamos a incrementarla notablemente.”
Es
discutible que se estén construyendo semejantes piscinas, de un tamaño de 45
km². Dicha construcción estaría asentándose sobre una tecnología que está
establecida y es usada por productores de litio alrededor del mundo, pero que,
para el caso del Salar de Uyuni, no es necesariamente la técnica perfecta. Esto
se debe a que el proceso es costoso por el gran contenido de magnesio de la
salmuera y a que en el Salar de Uyuni llueve aproximadamente 3 meses al año.
Muy a pesar de eso, apoyarse en el método de evaporación, no investigar y no
invertir hasta encontrar una técnica adecuada, es algo que le irrita al
economista Zuleta Calderón.
“Las
piscinas de evaporación son exageradamente costosas y demasiado grandes en hectáreas.
Es una intervención enorme, se tiene que remover mucha sal, invertir bastante
en energía y mucho trabajo. Lo triste del caso es que los responsables no lo
previeron así, no se constató en su
tiempo que esa no era la técnica adecuada para el Salar de Uyuni. Todo eso es
un enorme pérdida para nuestro país.”
Las
consecuencias para el medio ambiente son imprevisibles
De
acuerdo a la opinión de Zuleta Calderón se debiera optar por un proceso
químico, que los científicos surcoreanos habrían desarrollado, con el que se
pudiera obtener cátodos directamente de la salmuera sin la necesidad de las
piscinas. Evidentemente, esa tecnología no es aplicable todavía en forma
industrial, tampoco son calculables sus consecuencias para el medio ambiente.
Además de eso, los surcoreanos exigen dinero por la patente que obtuvieron con
la materia prima a título gratuito que recibieron de Bolivia. Otro grave error
del manejo de la empresa, opina el experto en litio Zuleta Calderón. En vez de
meter tanto dinero en las inmensas piscinas, el gobierno debiera haber
invertido en la investigación de tecnologías innovadoras. Hasta ahora no se ha investigado
cuánto de litio existe a ciencia cierta en el Salar.
Tanto
los críticos como los responsables del proyecto están de acuerdo en un punto:
hay un futuro para el litio boliviano. Simplemente que las opiniones son
dispares respecto a cómo será ese futuro. El responsable del proyecto Luis
Alberto Echazú cree en sus baterías, considera el mercado boliviano como su
consumidor, fundamentando su posición con la perspectiva política de ser
independientes de los países occidentales.
“Vamos
a utilizar muchas de las baterías en Bolivia por ejemplo en sistemas
fotovoltaicos para proveer de energía a regiones alejadas.Eso no es ningún
sueño, es una cosa ya decidida. Hemos perdido el miedo a las amenazas,
sanciones y a la intromisión de los imperialistas externos. Todos los países
tienen el derecho de tomar sus decisiones por ejemplo para procesar sus
riquezas naturales. Se acabó el tiempo en que muchos países eran sólo
proveedores de materia prima y que pocos estados dominaban el mundo.”
Pero,
para eso debieran estar de pie todas las plantas industriales; sólo después se
verá si los bolivianos pueden dominar el proceso complicado desde la salmuera
hasta la batería, producir en grandes cantidades el carbonato de litio, los
cátodos y baterías;para de esa forma poder recuperar algún día las inmensas
inversiones. Además está la cuestión de si se pueda generar dinero “real” con
un mercado interno, o se quede el proyecto de litio como un prestigioso
emprendimiento subvencionado.
Un
prestigioso negocio subvencionado
Lo
último presume el economista Juan Carlos Zuleta Calderón. Bolivia venderá ya
muy pronto cantidades de litio. Pero eso no tiene que ver con Bolivia sino con
la demanda inmensa mundial. Incluso la salmuera, la materia prima cruda del
proceso, es demandada ya ahora. Y es posible que tengan que vender no baterías
bolivianas sino - como siempre - materia
prima y a precios bajos, y eso sin tomar en cuenta las consecuencias negativas y sin grandes
ganancias para el país sudamericano.
“Bolivia
con toda seguridad va a producir litio porque hay una demanda grande. Pero, litio de baja calidad. Litio que traerá
un poco de dinero que en verdad no beneficiará a las comunidades alrededor del
Salar, al departamento de Potosí y al país todo. Es triste para un país que
tiene el yacimiento de litio más grande del mundo que vayamos a ser tan poco
competitivos.”
*
Este artículo se basa en un reportaje publicado originalmente en
alemán en la Radio de Alemania (Deutschlandfunk) el 21 de enero de 2015: http://www.deutschlandfunk.de/riskantes-lithium-projekt-millionen-fuer-ein-bisschen.724.de.html?dram:article_id=309367y traducidodel
alemán al español por Muruchi Poma en fecha 13 de febrero de 2015.
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