LA PAZ, BOLIVIA (ANB / ABI).- El ex alcalde La Paz, Juan del Granado, y el
gobernador de Santa Cruz, Rubén Costas, hicieron juego, desde sus posiciones, a
las políticas del expresidente ultraliberal Gonzalo Sánchez de Lozada, incluso
en momentos en que reprimía la insurrección popular contra su decisión de
exportar gas por y para Chile, que dejó al menos 70 muertos y más de 500
heridos por bala en Bolivia, denunció el domingo el vicepresidente Alvaro
García Linera, basado en una recopilación hemerográfica.
A una década de la crisis que
determinó 'el derrumbe del modelo político económico y corrupto' que rigió
entre 1985 y 2005, el dignatario dijo haber descubierto en un repaso a los
periódicos de la época que Costas y Del Granado apuntalaron a Sánchez de
Lozada, el primero como titular del político empresarial Comité Pro Santa Cruz
y con manifiestos separatistas y, el segundo, como burgomaestre de La Paz y ex
aliado del desafectado gobernante.
'El mismo día que se va (de
huida) Sánchez de Lozada (el 17 de octubre del 2003) el Comité Pro Santa Cruz,
a la cabeza del señor Rubén Costas, hoy gobernador (de ese departamento
oriental) saca un manifiesto y dice (en una solicitada publicada en diarios
locales) que 'de no darse este cambio dudamos de la permanencia de Santa Cruz
en la actual estructura del país'.
Costas que en 2005 habría de
convertirse en el primer prefecto electo de Santa Cruz y luego gobernador,
postuló la vigencia de un sistema de autonomías departamentales de sesgo
federalista, alejado de la tuición del Estado y el poder central y fundada en
la independencia política y económica regional.
'Se va Sánchez de Lozada pero
quedarán sus compadres, ya no con el discurso neoliberal sino con el discurso
del separatismo', dijo García Linera luego de precisar el accionar de Del
Granado y Costas esos días de setiembre y octubre de 2003.
Respecto a Del Granado, coaligado
de Sánchez de Lozada entre 1993 y 1997, denunció una suerte de apoyo furtivo
incluso en el crítico lapso de setiembre y octubre de 2003, cuando el
mandatario, con un apoyo popular de menos del 8%, soltó al Ejército y la
Policía contra las masas insurrectas opuestas a su política hidrocarburífera
para mantenerse en el poder a cualquier costa.
Fundado en publicaciones de la
época de los diarios El Deber, La Razón y La Prensa, García Linera dijo que Del
Granado fungió de portavoz oficioso del 'masacrador, del asesino' de Sánchez de
Lozada.
Mientras Sánchez de Lozada
volcaba al país en su contra, tras la matanza de 27 bolivianos en la ciudad de
El Alto, el 12 de octubre de 2003, a manos de militares que intentaban conducir
un convoy de gasolina a la sazón desabastecida ciudad de La Paz, Del Granado
'pide se suspenda cualquier discusión sobre el gas hasta que haga una consulta'
en un intento por amainar el descontento popular.
'Curiosamente, Juan del Granado
pide que se suspenda cualquier decisión sobre el gas, que se haga una consulta
y, curiosamente, la noche (del día en que el entonces alcalde de La Paz lanza
tal propuesta) Sánchez de Lozada le hace caso; Sánchez de Lozada saca un
decreto en la madrugada del lunes (13 de octubre de 2003) donde dice que 'no se
exportará gas natural a nuevos mercados mientras no se realice consultas y
debates sobre este recurso. O sea el portavoz de Sánchez de Lozada fue Del
Granado', denunció en un aparte de la exposición cronológica, a 10 años de las
tristemente célebres masacre de El Alto y Guerra del Gas.
Del Granado, según García Linera,
no se pronuncia, contra todo pronóstico, ese lunes sobre la muerte de 26
bolivianos a manos del Ejército en El Alto.
'Mientras otros ya están pidiendo
que se vaya Sánchez de Lozada, que se industrialice (el gas), Juan del Granado
pide textualmente que se suspenda cualquier decisión sobre el gas. Nada sobre
los 26 muertos, ¡nada! Está (en las fotos de la época) con su cartelito de
'diálogo ya', sostuvo el Vicepresidente que mostró un fixture de publicaciones
en que fundó sus conclusiones.
El mandatario refirió asimismo
la decisión 'de los vecinos de la zona sur' de la ciudad de La Paz se correr a
Del Granado que intentó sumarse a la altura de 'la calle 12 de Obrajes' a un
caceroleo público en demanda de la dimisión del Sánchez de Lozada.
'Cuando la marcha de los vecinos
de la zona sur hacia la ciudad se opuso al sonido de las ollas, por la
Subalcaldía de la zona sur, en la calle 12 de Obrajes, el alcalde de La Paz,
Juan del Granado, se unió a la movilización y portando una bandera de la ciudad
La Paz marchó junto a los vecinos un par de cuadras; los vecinos se molestaron
por la decisión del Alcalde y lo botaron (el día jueves 16' de aquel octubre).
Se quiere colar a la marcha de los vecinos en contra de Sánchez de Lozada y los
vecinos los botan, por su tibieza', rememoró.
García Linera calificó a Sánchez
de Lozada, refugiado en EEUU desde el 18 de octubre de 2003, pese al juicio
abierto en Bolivia por cargos de genocidio, peculado y corrupción, como el
'criminal más terrible que ha tenido la historia' de Bolivia.
La justicia de Bolivia ha pedido
sin éxito la extradición de Sánchez de Lozada para juzgarle por la masacre de
70 bolivianos.
En su análisis morfológico de
las publicaciones de la prensa boliviana de la época, el dignatario, que expuso
durante 2 horas, dijo que Sánchez de Lozada, que resuelto a impartir una
pedagogía brutal, para defender 'sus intereses' y los de su clase, recibió esos
días críticos el apoyo político y económico de Washington.
'EEUU apoya a Goni y dice que no
reconocerá otro Gobierno (?)', dijo en base de un titular de prensa y significó
que militares estadounidenses mantenían un 'cuarto de guerra' en pleno Estado
Mayor del Ejército en La Paz 'y eran los que coordinaban acciones y toma de
decisiones'.
García Linera, que mostró una
foto estampada en un periódico que muestra a Sánchez de Lozada 'custodiado' por
sus aliados Jaime Paz Zamora y Manfred Reyes Villa, dijo que EEUU aportó, esos
días, con 63 millones de dólares para aliviar los gastos que insumía la crisis
reflejada en las cuentas nacionales.
Recordó que el apoyo explícito de Paz Zamora, jefe del casi extinguido
socialdemócrata Movimiento de la Izquierda Revolucionaria (MIR) a Sánchez de
Lozada le costó la pedrea de su casa en La Paz, 'por apoyar al criminal'.
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