SANTA CRUZ, BOLIVIA (ANB / El Deber).- Afiliados a las federaciones de Cahuana y Labardens poco a
poco vuelven a ocupar las calles de dicho mercado, pues aseguran que no hay
venta en el nuevo centro y porque Flores no trasladó a su sector.
Cerca
de la medianoche de este viernes, el gobierno municipal inició un nuevo
operativo para recuperar los espacios públicos de La Ramada de la zona
céntrica, ya que gremiales afiliados a las federaciones de Róger Labardens y de
Jesús Cahuana están volviendo poco a poco a ocupar las calles y aceras de dicho
sector, con el argumento de que en el nuevo Mercado Minorista La Ramada,
ubicado en la avenida Moscú, no hay ventas y porque las autoridades municipales
tampoco han logrado retirar de la antigua La Ramada a los comerciantes
afiliados a la Federación Gremiales Unidos, que encabeza Jaime Flores.
El
operativo, que empezó cerca de las 23:00, estuvo encabezado por el secretario
municipal de Seguridad Ciudadana, José Antonio Ayala. No obstante, la acción no
fue para retirar a los comerciantes asentados en los espacios públicos, sino
para sacar los tinglados, letreros, calaminas y otras estructuras que existen
en la avenida Isabel la Católica.
En la
acción participaron más de 2.000 funcionarios, entre guardias municipales y
personal de otras reparticiones de la comuna. “Vamos a trabajar toda la noche”,
manifestó Ayala, al señalar que los afiliados a la federación de Flores deben trasladarse hasta este domingo al
terreno ofrecido por la comuna para el sector, situado frente al nuevo mercado
minorista, pues en una acción posterior
no se descarta utilizar la fuerza y decomisar los productos.
Comerciantes
El 30
de abril, Benigna Guzmán, afiliada a la Asociación 15 de Febrero, que lidera
Róger Labardens, de manera voluntaria alzó sus canastos con lechuga y cebolla y
sus cajas de tomate que tenía en las calles Sutó y Amboró, y se trasladó al
nuevo mercado minorista La Ramada, en procura de un lugar fijo y con techo para
vender; sin embargo, la mujer no consiguió un puesto, pese a que es una
comerciante que por más de 20 años vendió en las calles de la antigua La
Ramada. Por este motivo, ella ayer decidió volver a ocupar su puesto antiguo y
reanudar la venta.
“Me
dijeron que me acomode en una de las esquinas del nuevo mercado, pero cuando
acomodé mi venta vino un inspector y me ordenó que alzara mis cosas porque no
se podía vender en los pasillos”, dijo la mujer.
A su
lado hay otras comerciantes de verduras, como Bernardina Trujillo y Celestina
Mercado, también afiliadas a la asociación de Labardens, que decidieron volver
a ocupar los espacios públicos de la antigua La Ramada, argumentando que
tampoco consiguieron puestos de venta en el nuevo mercado de la av. Moscú.
Hasta
el jueves, las aceras de la calle Amboró estaban libres de comerciantes de
plantas medicinales y zapatos, pero ayer dichos espacios nuevamente fueron
ocupados por vendedores, no solo de la federación de Labardens, sino también de
Cahuana.
Beatriz
Machicado es afiliada a la Asociación 10 de Octubre, que es parte de la
federación de Cahuana. Ella logró tener un puesto en el mercado minorista, pero
con los argumentos de que allí no hay venta y que la Alcaldía no ha logrado
desalojar al sector de Flores, decidió reabrir su puesto en la acera de la
calle Amboró.
En la
antigua La Ramada, una de sus hijas vende zapatos, mientras que Beatriz atiende
su puesto de venta de verduras en el nuevo centro de abastecimiento.
En la
mayoría de las calles de La Ramada de la zona central, los gremiales de la
federación de Flores permanecen en vigilia en resguardo de sus puestos y
atienden sus negocios.
Los
comerciantes afines a Flores aseguran que se trasladarán al terreno que les
ofreció la presidenta del Concejo, Angélica Sosa, pero cuando el lugar esté
listo. Otras condiciones que ponen son
que la comuna les garantice un espacio adecuado para los 2.800 comerciantes que,
según ellos, son del sector; que los puestos de venta midan 5 m², que las
autoridades municipales aprueben el proyecto de construcción de un nuevo
pabellón en el terreno de 10.000 m² donde se asentarán y, finalmente, que les
garanticen los recursos para la ejecución de la obra.
“No
importa que por un tiempo estemos vendiendo a la intemperie, lo importante es
que tengamos un espacio adecuado para los 2.800 socios”, afirmó ayer Flores.
Sobre
el retorno de estos comerciantes, el concejal Rómel Pórcel dijo ayer que el
sector de Flores deberá trasladarse en dos o tres días al nuevo centro. EL DEBER intentó
conocer ayer la versión de la presidenta del legislativo, Angélica Sosa, pero
no fue posible.
El
ofrecimiento
El
terreno que ofreció la arquitecta Sosa al sector de Flores está ubicado frente
al mercado minorista La Ramada, concretamente en la calle Topáter, a escasos
metros del módulo educativo Calama, en la zona denominada 23 de Marzo Villa
Calama. La calle está asfaltada.
Según
la administradora del minorista La Ramada, Sonia Rueda, la aprobación del
proyecto y la licitación para la construcción del nuevo pabellón tomará entre
60 y 90 días. Ayer se vio a un grupo de obreros vaciando cemento en dicho
terreno.
En
los ambientes del nuevo mercado se observó también a funcionarios
ordenando no solo el tráfico vehicular, sino también a los comerciantes
que ya están asentados en los diferentes pabellones.
El
objetivo es evitar que los comerciantes ingresen con sus motorizados sin carga
y ocupen el área del parqueo interno durante las 24 horas del día.
Lo
que se ve
En la
calle Sutó
Los
vendedores de vajillas, frutas, ropa y plástico instalaron sus mercaderías en
plena calle. En esa zona no se vio al personal de la comuna resguardando los
espacios públicos.
En la
av. Grigotá
Similar
situación se vio en algunas partes de la acera de esa avenida. Algunos
vendedores de ropa usada y de hierbas medicinales decidieron desobedecer la
instructiva de la comuna de desocupar las calles y aceras.
En
vigilia
Un
grupo de comerciantes que hasta el jueves vendía entre la av. Grigotá y la av.
Omar Chávez se trasladó al mercado minorista La Ramada para instalar una
vigilia en procura de obtener un espacio para vender sus productos. Hasta ayer
no tenían respuesta a su petición.
Los
ambulantes
Vendedores
de asadito, api, comida, choclo con queso y de refrescos se asentaron en la
parte interna del nuevo mercado e instalaron sus puestos de venta apegados a
las paredes del mercado.
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