Peligrosa
espiral de contradicciones
ESPAÑA (ANB / TOMADO DE EL PAIS).- No debería ser tan difícil. Hay una actriz porno que tiene
muy claro lo que pasó. Días antes de las elecciones de 2016, el abogado
personal de Donald Trump, Michael Cohen, le pagó 130.000 dólares por firmar un
acuerdo de confidencialidad sobre una relación sexual que ella asegura haber
tenido con Trump hace años. Ya está. Pero cuando Stormy Daniels (nombre
artístico de Stephanie Clifford) decidió denunciar ese acuerdo ante un juez
para liberarse de él, desató una espiral de nerviosismo y contradicciones en el
entorno de Trump que se ha convertido en el principal problema de su
presidencia, que ya es decir.
Cada
declaración es una mina. La tormenta de contradicciones ha llegado al clímax
esta semana, pisándose unas a otras en cuestión de horas. El que haya
pestañeado en los últimos tres días, se ha perdido algo. Esta es una
recopilación de todas las versiones sobre el escándalo Stormy Daniels que ha
dado el entorno de Trump. Todas menos una, la de Daniels, que no ha cambiado
una coma su relato, por escrito y ante un juez.
El
periódico que destapó este tema, The Wall Street Journal, publica que Michael
Cohen fue quien pagó a Daniels por su silencio. La respuesta de Cohen es:
“Llevan intentando fijar esta falsa narrativa desde hace un año; una narrativa
que ha sido negada constantemente por todas las partes desde 2011”. Es la fecha
en la que Daniels dio una entrevista sobre este tema que no se publicó. Ella
asegura que la amenazaron físicamente para callar. Un portavoz de la Casa
Blanca dice: “Esto ya se publicó y ya lo negamos antes de las elecciones”.
13 de
febrero. “Trump no me reembolsó”
Cohen
admite por primera vez la historia. Se ve obligado porque una organización
dedicada a la transparencia pone una denuncia. Al estar dirigido a mejorar la
imagen del candidato, el pago puede ser una donación ilegal a la campaña, un
delito federal. En respuesta a The New York Times, Cohen dice que él “facilitó”
el pago con su propio dinero: “Ni la Organización Trump ni la campaña tomaron
parte en la transacción con la señora Clifford, ni me reembolsaron directa ni
indirectamente (…) El pago fue legal y no fue una contribución de campaña”.
7 de
marzo. “No que yo sepa”
Daniels
presenta su demanda en Los Ángeles. Preguntan por primera vez a la portavoz de
la Casa Blanca, Sarah Huckabee, sobre el pago. Huckabee abre un nuevo frente al
decir: “Este caso ya se ha ganado en arbitraje y no hay conocimiento de ningún
pago por parte del presidente, y él ha negado estas acusaciones”. Cuando le
presionan sobre si Trump lo sabía, contesta: “No que yo sepa”. El asunto del
arbitraje es nuevo para todo el mundo. En cuestión de horas se comprueba que,
efectivamente, los abogados de Trump han logrado un laudo arbitral que refuerza
el acuerdo de confidencialidad. Lo han hecho en secreto y sin comunicarlo a
Daniels.
5 de
abril. “No”
Trump
habla por primera vez. En un trayecto a bordo del Air Force One, se acerca a la
prensa y una periodista le pregunta si conocía el pago a Stormy Daniels. “No,
no. ¿Qué más?”, son sus primeras palabras sobre este tema. Después le preguntan
por qué se haría ese pago si, según Trump, el affair con Daniels nunca se
produjo. “Tendrán que preguntar a Michael Cohen. Michael es mi abogado. Tienen
que preguntarle a él”. Alguien más pregunta a Trump si sabe de dónde salió el
dinero. “No, no lo sé. No”.
9 de
abril. El FBI entra en escena
A
primera hora de la mañana de un lunes, el FBI se presenta con órdenes de
registro en la oficina, el domicilio y la habitación de hotel de Michael Cohen
en Nueva York. Se llevan papeles, móviles y ordenadores. La orden está avalada
por la cúpula del Departamento de Justicia. Un movimiento tan agresivo revela
que los indicios de delito son graves y que el juez cree que hay riesgo de no
colaboración por parte de Cohen. Fuentes de la investigación revelan que los
registros son para buscar información sobre los pagos a Daniels y otra mujer.
18 de
abril. “Un hombre que no existe”
Stromy
Daniels revela a la prensa el retrato robot del hombre que la amenazó
supuestamente en 2011 en nombre de Trump. El presidente tuitea por primera vez
sobre esto y dice. “Un boceto años después sobre un hombre que no existe. Un
engaño total, jugando con los medios de noticias falsas (¡pero lo saben!)”.
26 de
abril. “Me representó en este acuerdo loco de Stromy Daniels”
El
presidente entra por teléfono en su programa favorito Fox & Friends, y
desbarra durante media hora. Reconoce por primera vez en una frase la conexión
con Cohen y Daniels. “Me representó en este acuerdo loco de Stormy Daniels. No
hizo absolutamente nada malo (…) No hubo fondos de la campaña en esto, que
habría sido un problema”. Sobre la investigación del FBI, dice: “Por lo que
entiendo, están mirando sus negocios. No estoy involucrado, me han dicho que no
estoy involucrado”. Trump se distancia ahora de Cohen, de quien dice que hace
“una parte muy pequeñita” de su “trabajo legal”.
2 de
mayo. “El presidente lo reembolsó”
La
última incorporación al equipo legal de Trump, Rudy Giuliani, sale en
televisión y destruye todo lo anterior. “No es dinero de campaña. Lo
canalizaron a través de una firma de abogados y el presidente lo reembolsó”.
Además, detalla que fueron pagos de 35.000 dólares al mes hasta un total de
460.000 o 470.000 dólares por ese concepto y otros trabajos de Cohen.
3 de
mayo. “Falsa extorsión”
En
tres tuits con un extraño lenguaje legal, Trump confirma los pagos como parte
de cuotas mensuales “para detener las falsas y extorsionadoras acusaciones”
sobre un affair. Trump vuelve a insistir en que “ni el dinero ni las
contribuciones de la campaña se utilizaron para estas transacciones”. Es la
primera admisión bajo la firma de Trump de toda la historia, en abierta
contradicción con sus negativas del 5 de abril. Ese mismo día, Sarah Huckabee
dice a la prensa que no sabía esto cuando habló de ello la otra vez y que se
enteró después. “La primera vez que me enteré fue en la entrevista de anoche”,
dijo, y desvió las preguntas a Giuliani.
4 de
mayo. “Tiene que enterarse de los detalles”
Antes
de salir de viaje hacia Texas, el presidente vuelve a hablar con los medios.
Parece contradecir ahora sus propios tuits y a Giuliani al decir que “lleva un
solo día” como abogado suyo y que “tiene que enterarse aún de los detalles”.
“Rudy sabe que esto es una caza de brujas. Ha visto bastantes de estas.
Es
terrible”. Poco después, Giuliani publica un comunicado que intenta matizar sus
explosivas declaraciones: “Mis referencias a los tiempos no describían lo que
sabía el presidente, sino lo que sabía yo del asunto”. Eso sí, vuelve a
insistir en el único punto que parece preocupar de verdad al entorno de Trump
como para no contradecirse: “No se violaron las normas de campaña”.
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