ESPAÑA (ANB / tomada de:
xakata).- Alemania acaba de encender con éxito el Wendelstein 7-X,
elstellarator
operativo más grande del mundo. Un dispositivo diseñado para producir
y confinar magnéticamente el plasma de hidrógeno. El material, si me
permiten la expresión, con el que literalmente están hechas las estrellas.
Ayer, se dio un paso enorme en el camino para conseguir
controlar la fusión nuclear a escala comercial. Tan importante que fue la misma
Ángela Merkel la que 'encendió' el reactor experimental. Hasta ahora, no
habíamos sido capaces de crear reactores comerciales de fusión porque no éramos
capaces de conseguir una forma estable y segura de trabajar a las temperaturas
requeridas para estos procesos. Si podemos lograr la fusión nuclear controlada
estaríamos creando la fuente de energía más barata, más eficiente y más
sostenible del mundo.
Fisión, fusión y otras chicas del montón
La fisión nuclear, que es en lo que se esconde tras los
reactores nucleares actuales, se basa en la división de átomos pesados e
inestables en otros más pequeños. Es muy eficiente (porque al trabajar con
materiales relativamente inestables se necesita muy poca energía para iniciar
los procesos de fisión). No obstante, tiene dos grandes problemas: necesita de
materiales específicos relativamente escasos (uranio, plutonio, etc...) y,
sobre todo, genera residuos radiactivos muy peligrosos cuya gestión es
compleja, costosa e impopular.
Por el otro lado, la fusión nuclear requiere grandísimas
cantidades de energía (y temperatura) para poder iniciarse, pero no deja
residuos radiactivos así que en principio es una opción mucho mejor. Algo
fantástico; si pudiéramos trabajar sin peligro a esas temperaturas, claro está.
¿Cómo estabilizar la fusión?
No es sencillo. Al fin y al cabo, estamos hablando de
recrear las condiciones interiores de un Sol en miniatura. Es decir, tenemos
que construir una máquina capaz de producir y manipular una bola de plasma de
100 millones de grados. No conocemos ningún material capaz de hacer eso, por
ello la respuesta está en el stellarator: un sistema de confinamiento magnético
(más potente que los 'tokamak' que se usaban hasta ahora). El confinamiento
magnético se basa en la idea de que el plasma no toque las paredes del reactor
('levita' en su interior) gracias a con enormes campos magnéticos.
"Es una fuente muy limpia de energía, la más limpia que
puedas desear. No estamos haciendo esto para nosotros, sino para nuestros hijos
y nietos", dijo el físico John Jelonnek del Instituto de Tecnología de
Karlsruhe
Ya en noviembre, se hicieron pruebas con plasma de helio y
el Wendelstein 7-X demostró que podía producir y sostener plasma de forma
competitiva frente a la fisión comercial. Ayer, el equipo investigador hizo la
prueba con hidrógeno; material que libera mucha más energía pero, también, es
mucho más difícil de calentar. Y digo prueba porque el Wendelstein 7-X - que
empezó a desarrollarse en 1980 - no está diseñado para producir energía (no una
cantidad utilizable, al menos) sino para desarrollar las tecnologías capaces de
hacer posible la fusión a gran escala. Y parece que va por muy buen camino.
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