ESPAÑA (ANB / tomada de: elpais).- La nueva cúpula de la Agencia Espacial Europea (ESA) quiere
construir una base permanente en la Luna, el lugar donde hace medio siglo los
rusos llegaron por primera vez y los estadounidenses dieron sus primeros pasos.
Se trata de un proyecto "muy ambicioso" en el que ya está trabajando
el Centro Europeo de Astronautas con sede en la ciudad alemana de Colonia.
"Mi
intención es construir una base permanente en la Luna, una estación abierta a
diferentes estados miembros de todo el mundo", asegura Jan Wörner,
director de la ESA, en un comunicado hecho público hoy por la Agencia.
La
humanidad nunca ha estado de forma permanente en nuestros satélite, pero la
misión espacial Apollo demostró en su tiempo "que con el compromiso
suficiente, es posible dar un paso de gigante", asegura la ESA. "Lo
hicimos en la década de los sesenta en un plazo de diez años. Así que hoy con
una tecnología mucho más desarrollada, estamos más que preparados para
conseguirlo de nuevo", dice Andreas Mogensen, astronauta de la ESA.
La idea
es que la base lunar forme parte del proyecto global de la Estación Espacial
Internacional, donde estarían incluidos los estadounidenses, los rusos, los
chinos, los indios, los japoneses "e incluso otros países con menores
contribuciones ", añade Jan Wörner.
Un
taller con los detalles
A
principios de este mes, el Centro Europeo de Astronautas en Colonia organizó un
taller sobre cómo construir un pueblo lunar permanente. El mensaje clave es que
la humanidad puede utilizar los metales, minerales y agua helada disponibles en
la Luna.
"La
Luna está llena de recursos. Hemos encontrado hielo en los polos lunares, y
hemos encontrado áreas expuestas constantemente a la luz del día. Estos lugares
nos pueden ofrecer los recursos que necesitamos para la construcción y el
sostenimiento de los astronautas en la base lunar", explica Bernard Foing,
director del Grupo Internacional de Exploración Lunar.
Las
principales amenazas para cualquier base lunar son la radiación solar y
cósmica, micrometeoritos y las temperaturas extremas. Pero el científico irlandés
Aidan Cowley explicó en el taller cómo se puede utilizar el propio suelo lunar
para construir cúpulas protectoras.
"Una
de las ideas que se nos ocurrió fue que podíamos utilizar este material en tres
dimensiones para construir una estructura o módulo lunar habitable, y creemos
que se puede hacer, es posible. Nuestro concepto es que un vehículo robot
aterrice en la superficie de la Luna, infle una especie de cúpula hinchable que
sirva de base para construir la capa protectora que protegerá a los astronautas
en su interior sin peligro. Es decir, se coloca una capa de polvo que,
posteriormente sellaremos, añadiremos otra capa de polvo encima y repetiremos
la mismo operación hasta que se haya construido cualquier tipo de estructura
que queramos", sigue detallando Cowley.
Como
no es fácil ir a la Luna para poner en práctica nuevas ideas, los científicos
buscan lugares con rocas y polvo similares al de este satélite, como el parque
volcánico de Eifel, cerca de Colonia. "Aquí disponemos de los equipos e
instrumentos que necesitamos para medir la composición de las rocas. Y para
evaluar su funcionamiento real, usamos rocas con características similares a
las rocas lunares y marcianas, es decir rocas volcánicas", manifiesta
Bernard Foing.
"En
esta simulación yo soy el astronauta. Mi colega me ha guiado hasta el lugar en
concreto en donde ella quería extraer algunas muestras. Luego me pidió que
volviera para examinar la muestra tomada frente a este pequeño
laboratorio", cuenta Oscar Kamps, estudiante de geología en la Universidad
de Utrecht.
20
años por delante
Los
expertos consideran, sin embargo, que se necesitan aún 20 años al menos hasta
que la tecnología esté lista para hacerlo posible.
"Se
trata de un gran ciclo de desarrollo que se tiene que volver a reiniciar, desde
los cohetes que nos lleven a la órbita, hasta las naves espaciales que
transporten a los astronautas a la Luna y les ayuden a aterrizar. Y luego, por
supuesto, las bases que permanecerán alli. Toda esta tecnología en bloque hay
que ponerla en marcha", explica Andreas Mogensen, astronauta, ESA.
China
planea una misión para la recogida de muestras de la Luna. Rusia, por su parte,
está desarrollando un módulo de aterrizaje robótico con el apoyo de la ESA, y
la cápsula Orión de la NASA debería estar volando alrededor de la Luna antes de
2020. Esta diversidad es clave, segúne Jan Wörner:
"Una
de las ventajas de nuestra idea de un pueblo lunar es que no requiere una gran
financiación inicial. Es decir, podemos comenzar con una pequeña misión de
aterrizaje, que muchos países ya están planeando, hasta una gran inversión,
como por ejemplo, algunos telescopios, un telescopio de radio en la cara oculta
de la luna. Por lo que tendrá usos múltiples, para múltiples usuarios, pero en
un solo lugar ", concluye Wörner.
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