“Hubo
desbande en los últimos 3 meses”, dice
ESPAÑA (ANB / EL PAÍS).- De Álvaro García Linera (Cochabamba, 1962) siempre se ha
dicho que es el líder en la sombra del Gobierno boliviano, el ideólogo de Evo
Morales. “No…”, rechaza con una sonrisa cómplice, mirando al infinito, cuando
se le cuestiona por ello. Matemático de formación, exguerrillero Tupak Katari,
referente intelectual para un sector de la izquierda latinoamericana, García
Linera es el vicepresidente de Morales desde que venció las elecciones en 2005.
En estos 10 años, gracias al precio de los hidrocarburos y los altos precios de
las materias primas, Bolivia ha promediado un crecimiento económico del 5%. La
gestión de Morales se vio respaldada de forma holgada el pasado octubre. A
finales de marzo, sin embargo, sufrió su partido un revés en las elecciones
municipales.
Pregunta.
¿Qué ha pasado estos meses?
Respuesta.
Es un problema recurrente que arrastramos desde el ascenso al Gobierno. La
mitad del voto del MAS [Movimiento al Socialismo, partido de Morales], que
apoya al presidente Evo, se desbanda a los tres meses. Algo así como que el
evismo como proyecto es muy fuerte, pero el masismo tiene problemas. En las
elecciones municipales se ponen en juego personalidades locales conocidas y con
trayectoria. Y ahí tenemos problemas. Somos un partido muy joven que no ha
logrado la construcción de liderazgos que puedan abastecer, simultáneamente, un
nivel de excelencia en el ámbito nacional, con senadores y diputados, y en los
municipios y las gobernaciones.
P.
¿Cuánto pesa el liderazgo de Evo Morales?
R.
Mucho. Demasiado. Se espera que sus candidatos tengan las mismas virtudes.
Cuando no las encuentran, viene la sanción. La gente cada vez es más exigente.
P.
¿Cuál es su papel?
R.
Acompañar un trabajo colectivo. Aportar, con análisis quizás más completos; ser
siempre un hombre que dice las cosas de frente, para bien y para mal. Una
persona que ve los proyectos a largo plazo y que defiende decisiones en función
de la durabilidad.
P.
¿Qué desafíos tiene Bolivia?
R.
Mantener el crecimiento y la distribución de la riqueza. En 10 años, el 20% de
la población ha pasado a la clase media. Ese ritmo tiene que seguir los
siguientes 10 años. Hay que acabar la gestión con unos niveles de pobreza
extrema de un solo dígito, ahora estamos en el 18%. El segundo gran reto es
industrializar nuestros recursos naturales. No se trata de industrializar todo
lo que consumimos, pero sí donde hay ventajas comparativas para el mercado
nacional e internacional.
P.
¿Qué busca Bolivia con la demanda contra Chile en La Haya?
R.
Resolver una injusticia histórica, que es que a un país le arrebaten su salida
al mar. En segundo lugar, el reconocimiento de la importancia que tienen
tribunales emergentes a la hora de resolver temas que no consiguen solucionar
dos países. En tercer lugar, buscamos diálogo. No es una demanda que está
reclamando o exigiendo: “Esta es la solución’. En cuarto lugar, buscamos
integración, la salida al Pacífico acelerará los procesos de integración de
Bolivia con Chile, de Chile con Bolivia, de Chile y Bolivia con Perú, del
continente con Asia…
P. Si
fallasen a su favor, ¿se llegaría a plantear Bolivia la entrada en la Alianza
del Pacífico?
R.
No, no necesitamos de esta estructura dirigida desde Estados Unidos. Confiamos
en CELAC, en Unasur. La Alianza del Pacífico se presenta como una propuesta
digitalizada y dirigida desde Estados Unidos y fundada en libre mercado de sus
empresas. No nos oponemos a ella, pueden estar ahí, pero no es por ahí donde se
va a construir integración latinoamericana.
P.
Están tratando de recomponer las relaciones con Estados Unidos [Bolivia expulsó
al embajador en 2008], ¿en qué momento se encuentran?
R.
Cuando llegamos al Gobierno, teníamos una relación franca, amistosa y de
confianza hacia Estados Unidos. Queremos regresar a la antigua situación.
P.
Sin embargo, en la pasada Cumbre de las Américas, uno de los discursos más
duros contra Estados Unidos fue el de Morales.
R.
Porque hay indicios de que la intromisión en asuntos políticos internos de
parte de funcionarios de la Embajada aún se mantiene, no han asumido la
construcción de lazos de confianza basados en el respeto. No tienen que
enseñarnos nada de democracia. Ni nosotros a ellos. Admiramos el desarrollo
industrial y tecnológico de Estados Unidos. Es el mercado más importante del
mundo, cómo mantenerlo alejado. En los últimos 10 años hemos incrementado los
vínculos comerciales sin incrementar los políticos. Las exportaciones se
multiplicaron por cuatro. Pero exigimos respeto, y mientras eso no se dé
nuestra posición va a ser dura, de denuncia.
P. El
modelo económico boliviano ha funcionado, pero el de algunos de sus socios como
Brasil, Argentina y, sobre todo, Venezuela, no. ¿Qué han hecho mal?
R. No
me atrevería a juzgar lo que sucede en algún país. Respondo en términos
generales. Cuando uno es opositor, lo fundamental de su estrategia tiene que
orientarse a la articulación social; al ámbito discursivo, de construcción de
ideas-fuerza y al ámbito de organización. Cuando uno gobierna, a esos tres
componentes imprescindibles, tiene que sumar un cuarto que se vuelve decisivo:
gestión económica. Ahí se decide el destino de los otros tres componentes y del
propio proyecto de gobierno. Nosotros lo aprendimos del fracaso de la izquierda
en Bolivia en los años ochenta.
P.
¿Qué futuro le espera a la izquierda en América Latina?
R. El
riesgo de una inflexión, leve o crucial. Los países hermanos con problemas
están a tiempo de hacer un giro de timón que permita reencauzar una buena
gestión económica. Lo importante es tener la voluntad política para tomar decisiones,
para volver sostenible su economía y la distribución de la riqueza que
emprendieron tiempo atrás. Una distribución de la riqueza que no es sostenible
puede generar frustraciones terribles de las que uno no se recupera en 20 o 30
años. Estamos a tiempo, sin poner nombre a los países, para dar estos giros.
P. El
presidente Morales lamenta que España no sea la puerta de entrada de Europa
para Bolivia. ¿Por qué?
R.
Tenemos problemas pendientes, como el hecho del visado. Tenemos que obtener
visa para venir a Europa cuando hay otros países latinoamericanos que no. Nos
gustaría contar con una España, con la que compartimos idioma y parte de
nuestra cultura, de nuestro lado. Más aún cuando son tiempos en los que no hay
migración laboral de Bolivia hacia España, al contrario. Nos gustaría tener una
España más activa de nuestro lado.
P.
Usted es uno de los referentes ideológicos de algunos de los miembros
fundadores de Podemos. ¿Qué ve de usted y de Bolivia en ellos?
R.
Pertenezco a una generación que cuando tenía 15 o 20 años miraba a Europa como
referente en el ámbito intelectual. Podemos es el renacimiento de una
esperanza, de una Europa que vuelve a alumbrar el mundo. De la que uno puede
venir a aprender.
P. En
el último año han pasado de decir que querían aprender de algunos países de
América Latina a identificar a los países nórdicos como modelos. ¿Qué le
parece?
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