Es una oportunidad, dice Banco Mundial
ESPAÑA (ANB / Banco
Mundial).- Los
beneficios derivados de la baja en los precios del petróleo pueden ser muy
significativos para los países en desarrollo importadores si esta viene
respaldada por un mayor crecimiento global, señala un análisis del Grupo Banco
Mundial sobre la reducción del precio del petróleo que se incluye en la última
edición de Perspectivas Económicas Mundiales.
La disminución del precio del petróleo refleja una
confluencia de factores, incluso con varios años de sorpresas derivadas del
aumento de la oferta y mermas en la demanda –haciendo retroceder los riesgos
geopolíticos en algunas zonas–, el cambio en los objetivos de políticas de la
Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y la revaluación del
dólar de Estados Unidos. Aunque la potencia relativa de las fuerzas que empujan
la reciente caída de los precios sigue siendo incierta, los factores
relacionados con la demanda parecen haber cumplido una función dominante.
Se espera que el petróleo siga con precios bajos en
2015, lo cual se verá acompañado por cambios importantes en el ingreso real de
países exportadores de petróleo y países importadores de petróleo. Para muchos
de estos países importadores, los precios más bajos contribuyen al crecimiento
y reducen las presiones fiscales, inflacionarias y externas.
No obstante, la debilidad en el precio del petróleo
representa desafíos importantes para los principales países exportadores, los
cuales sufrirán impactos adversos al debilitarse las perspectivas de
crecimiento y la posición fiscal y externa. De continuar la baja en el precio
del petróleo, esto podría socavar también la inversión en investigaciones o
avances nuevos. La inversión se vería especialmente amenazada en algunos países
de ingreso bajo o en fuentes no convencionales como petróleo de esquisto,
arenas alquitranadas y campos petroleros en alta mar.
“Para las autoridades responsables de formular
políticas en los países en desarrollo, importadores de petróleo, la caída en
los precios del crudo constituye la oportunidad de llevar a cabo reformas
estructurales y financiar programas sociales. En los países exportadores, esta
baja aguda es un recordatorio de las importantes vulnerabilidades inherentes a
la actividad económica altamente concentrada y de la necesidad de revitalizar
las gestiones de diversificación a mediano y largo plazo”, comentó Ayhan Kose,
Director del Grupo de Perspectivas de Desarrollo del Banco Mundial.
El análisis de los precios del petróleo en
Perspectivas Económicas Mundiales se complementa con dos artículos especiales
sobre el impacto de las tendencias del comercio global y los flujos de remesas
en los países en desarrollo.
Comercio global se mantiene débil en tendencias
cíclicas y a largo plazo
El comercio global se expandió menos de 3,5% en 2012
y 2013, muy por debajo de la tasa anual promedio de 7% previa a la crisis,
retrasando en varios años el crecimiento en los países en desarrollo.
Una de las causas principales de la desaceleración
en el crecimiento comercial es la poca demanda, en especial de inversión pero
también de consumo. Con países de ingreso alto que representan cerca de 65% de
las importaciones globales, la prolongada debilidad de sus economías cinco años
después de la crisis sugiere que la poca demanda sigue generando impactos
negativos e impide la recuperación del comercio global. No obstante, dos
tendencias a largo plazo también desaceleraron este crecimiento: en primer
lugar, el cambio estructural en las cadenas de valor globales y en segundo
lugar, un cambio desde la demanda global por inversión de intensidad comercial
hacia el consumo público y privado con menos intensidad comercial.
El análisis concluye que estas tendencias a largo
plazo que afectan al comercio también dan forma al comportamiento de los flujos
comerciales en los años futuros; en especial, señala que la recuperación que se
espera en el crecimiento global probablemente no venga acompañada del
crecimiento rápido de los flujos comerciales observados en los años previos a
la crisis.
Las remesas tienen el potencial de regular el
consumo
Un segundo artículo especial indica que los flujos
de remesas a muchos países de ingreso medio y bajo no solo son importantes en
relación con el PIB sino que además, su valor se puede comparar al de la
inversión extranjera directa (IED) y la ayuda extranjera. Desde el año 2000,
las remesas hacia países en desarrollo alcanzan un promedio de 60% del volumen
de los flujos totales de inversión directa. Para muchos países en desarrollo,
estas transferencias son la única y más importante fuente de divisas.
El estudio concluye que, además de su volumen
considerable, las remesas son más estables que otros tipos de flujos de
capital, incluso durante episodios de tensión financiera. Por ejemplo, durante
crisis repentinas del pasado, cuando los flujos de capital cayeron en promedio
14.8%, las remesas aumentaron en 6.6%. El análisis termina señalando que la
naturaleza estable de los flujos de remesas demuestra que estas pueden ayudar a
regular el consumo en los países en desarrollo, donde a menudo se suele
experimentar volatilidad macroeconómica.
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